Días atrás anotábamos en estas columnas que el turismo no debería seguir siendo una actividad complementaria, sino que tomado en serio debería de ser uno de los “motores” del desarrollo regional.
Quedan muchas incógnitas al respecto y es por eso que hoy volvemos sobre el tema. En primer lugar, se sabe que quien piensa en venir a la región a “vacacionar”, piensa en las termas.
Esta es nuestra primera duda. El agua subterránea no es infinita, lo han dicho los geólogos reiteradamente, es agua pluvial que ha ido acumulándose por el basalto que impide que se vaya, durante millones de años. Vale decir que si la seguimos derrochando y gastando insensatamente, llegará el día en que se termine, como se han terminado algunas ya en el mundo (recuérdese lo que ha pasado con termas “famosas” en el mundo).
Llegados a este punto, quisiéramos saber que quedaría en la región si se terminara el acuífero. Nos atrevemos a pensar que no quedaría absolutamente nada, porque todos los “directores” de turismo han ido pasando y “pensando” solo en este recurso.
Los empresarios de Daymán y de Arapey lo saben. La gran atracción es las termas, sin ellas ¿Qué queda?
Todos se ha quedado en este puntapiés uncial, es decir el aprovechamiento del agua termal ha sido un inicio, pero alguien tiene que pensar más allá de l os cinco años de un gobierno. Nos atrevemos a decir que más allá de las fechas “claves” para el turismo, tanto en esta semana, como en los fines de semana largos, el resto del año es difícil hacer frente a los costos y demás obligaciones que tiene el sector.
No con esto pretendemos señalar que todo lo que se ha hecho y se hace esté mal. Pretendemos decir que hay que analizarlo, saber para donde se va. El aprovechamiento del recurso natural es bienvenido, pero ¿será suficiente?
Cuando vemos los miles de litros de agua que se malgasta en las fuentes o se va por el caño inútilmente, nos preguntamos ¿estaremos haciendo lo que corresponde?
Venimos de una de las peores sequías que ha sufrido el país y ya podemos notar sus consecuencias. Ahora sabemos lo que pasaría si algún día nos faltara definitivamente el agua.
Estamos a tiempo de mostrar la inteligencia suficiente para usar este y todos los recursos naturales como corresponde. En el turismo es una de las actividades donde podemos demostrarlo.
A.R.D.