En las últimas jornadas se ha confirmado el viaje a Colonia por parte de los alumnos de Profesorado de Historia del CeRP que partieron el pasado jueves rumbo a las Rutas del Plata. La salida como queda establecido se produjo el jueves 1º de setiembre a la hora 15:55 de Salto en ómnibus, y sobre el mediodía, en auto, otro grupo de la misma expedición.
El viaje cuenta con la autorización y aval del Director del CeRP del Litoral, la más que generosa colaboración del Director del CeRP de Colonia, que aporta alojamiento, alimentación, micro, y la también generosa contribución de los docentes del CeRP de Colonia, entre ellos, Pablo y Juanita, que organizan una instancia de encuentro entre docentes y estudiantes de ambos CeRP y también colaboran con el recorrido histórico por el lugar.
La Prof. de Historia e Investigadora Mónica Nicollielo – que acompaña a sus alumnos en la expedición – mencionó que los docentes colonienses Pablo y Juanita ya tienen la experiencia de haber viajado a Córdoba, por la ruta de la plata del antiguo Virreinato de la Plata, que fue el antiguo eje económico del antiguo Virreinato del Río de la Plata.
“El corazón de ese sistema minero y monetario era el cerro de Potosí, de donde, como se sabe, se extraía la plata. Pero la ciudad de Colonia era el puerto clandestino de la salida de esa plata, cuando estaba en manos de los portugueses, motivo por el cual la ciudad de Colonia, fundada por los portugueses en 1680, pasó de mano en mano hasta fines del siglo XVIII, de portugueses a españoles y de españoles a portugueses.
Eso ha modelado el paisaje urbano coloniense, que exhibe las dos caras de esa dominación a través de su arquitectura y de las características de las edificaciones de la zona colonial, mitad españolas, mitad portuguesas.
Nosotros vamos a visitar el Real de San Carlos que es el lugar exacto donde llegaban estas dos influencias, era la frontera entre una y otra”, remarcó Nicollielo.
Los portugueses interpretaron el Tratado de Tordesillas de 1494, de manera muy diferente que los españoles. Para ellos, dependiendo del cartógrafo del que hablemos, toda la Banda Oriental podía llegar a caer dentro de su jurisdicción
Por este motivo, fundaron Colonia, en cuanto enclave colonial que les permitiría, según sus planes, unir puntos estratégicos logrando influencia sobre el territorio de la Banda Oriental.
Siguiendo con lo anterior, este viaje a Colonia es parte del proyecto La Ruta de la Plata, pero en este caso, es una investigación sobre el Uruguay como frontera.
Pradera-Frontera-Puerto, según los profesores Reyes Abadie, Tabaré Melogno y Óscar Bruschera.
Es una manera de vivenciar lo que dice la bibliografía y además, estudiarlo en el mismo lugar.
En Potosí se encontraba el centro minero más importante de la América colonial. Sus riquezas y creciente actividad atrajeron una gran inmigración que transformó a la ciudad en una de las más pobladas del continente. Allí llegaron nobles, artesanos y muchos aventureros.
Potosí demandaba indios para trabajar en las minas y productos para sus habitantes, muchos de los cuales disponían de considerables sumas de dinero para gastar. Fue una ciudad donde abundaba la ostentación de la riqueza y las fiestas públicas.
EN POS DE “LA RUTA DEL PLATA”
Pese a la gran distancia que las separaba, Potosí y Buenos Aires fueron los extremos de un circuito comercial por el que iban y venían mercancías. Por Río de la Plata entraban, rumbo al norte, los productos manufacturados provistos por el contrabando, y por allí también salía hacia Europa la plata proveniente del Alto Perú.
En esa larga ruta, llamada el Camino Real, existían centros importantes y paradas obligadas como Santa Fe, Córdoba, Tucum Salta y Jujuy.
Incentivadas por el alto consumo de Potosí, prosperaron las actividades artesanales y agropecuarias de las zonas atravesadas por el Camino Real.
Hacia el Alto Perú se vendían carretas y muebles de Tucumán, cereales de los valles fértiles del noroeste argentino, tejidos de Santiago del Estero y mulas del Litoral. Las mulas eran un medio de transporte y de carga indispensable en las regiones andinas. Las ciudades que se encontraban fuera del circuito, como las de Cuyo, no disfrutaron de los beneficios de este movimiento comercial y tuvieron una prosperidad muy limitada.
La producción de la plata potosina fue muy alta hasta fines del siglo XVII, pero más tarde comenzó a declinar, disminuyendo así la relevancia económica de la ciudad. En cambio, Buenos Aires continuó su papel de intermediario entre Europa y el Interior; también se convirtió en un exportador de cueros.
Su población fue creciendo pues llegaba gente del interior, atraída por las oportunidades de encontrar trabajo en una ciudad donde aumentaban las actividades. El trabajo a su vez aumentó en los campos de los alrededores, porque Buenos Aires requería mayor cantidad de alimentos.
Hacia fines del siglo XVIII ya era el nuevo punto clave del circuito comercial.
Explica María Saenz Quesada en su popular libro: La Argentina Historia del País y Su Gente: “El negocio de la cría de muías movilizaba a capitales y personas de todos los rumbos en dirección al Perú. Las muías, híbrido de yegua y burro, se criaban en los campos de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires. A los dos años de edad, salían en dirección a los potreros de Córdoba, en tropas de 700 a 1.000 animales custodiadas por baquianos para evitar que se dispersaran en la inmensidad de la pampa».