Ayer de tarde, una señora estaba desesperada en la zona de la plazoleta Benito de Paula, de Salto Nuevo, porque supuestamente había perdido su teléfono celular después de haber esta-do un rato tomando mate allí.
Lo bueno del caso es que un muchacho que habitualmente está en ese lugar (cuidando algún coche, ayudando a alguien a cargar en el auto la compra de los comercios de la esquina implemente escuchando música en un parlante de grandes dimensiones), encontró el celular, lo guardó en un bolsillo y esperó. Cuan-do rato después vio a la señora y otras personas buscar el celular, se acercó y lo devolvió. Había quedado olvidado sobre un banco. Vale la pena destacar la actitud.
Desde calle Uruguay hasta el Salto Shopping, es decir pasando avenida Batlle, la avenida Blandengues era en la tardecita de ayer un verdadero peligro para resbalar quienes transitaran en moto o bicicleta. Es que había mucho aceite desparramado. Hasta el momento en que escribimos estas líneas, ya de noche, no se había solucionado el problema.
Mucha gente está a la expectativa de qué se hará en el predio donde estaba el Zoológico municipal. Es de suponerse -por llamados que se esán haciendo que el tema no tardará en resolverse. «Lo importante es que se haga algo de una vez», nos decía hace unos días un vecino del lugar, de lo contrario, la soledad, la oscuri-dad, la quietud, no conducen en este caso a nada bueno.