Quien hacía este planteo se refería concretamente a la Plazoleta Estigarribia, del barrio Ceibal, y a lo ocurrido en la noche del sábado último, pero bien que podría aplicarse a muchos otros días y espacios de la ciudad: «hubo tambores y cantos hasta el amanecer… ¿A quién corresponde controlar las reuniones de muchas personas? Pero aunque no existiera la pandemia, ¿quién protege la tranquilidad y el descanso de un barrio? Esa plazoleta es tierra de nadie por la noche».
La gran bajante del Río Uruguay ha dejado al descubierto una impresionante cantidad de basura. Hubo gente que estos días tomó fotografías -para luego difundir en redes sociales- de lo que se observa alrededor de la estructura del Muelle Negro. Realmente impactante lo que se ve, desde electrodomésticos hasta partes de vehículos y mucho más.
Hemos sabido que hay un grupo de salteños que planea reunirse mañana para limpiar justamente algunas partes de la costa, como ya lo han hecho en otras oportunidades, pero esta vez entienden que la poca agua ayudará a que se limpien partes a las que no siempre se puede acceder.
Una patrulla recorría días pasados un barrio en horas de la noche, pero sin siquiera una luz encendida, lo que significaba un peligro para el tránsito. «¿Será una estrategia de trabajo?», se preguntaban algunos vecinos. Solamente así podría, en parte, justificarse la infracción.