Ayer fue una jornada de paro en todo nuestro país, a nivel de varias áreas del sector público. Como viene sucediendo en los últimos paros, la opción de los trabajadores «estuvo bastante repartida» -como nos decía ayer un funcionario de un instituto de enseñanza- entre quienes se adhirieron y quienes no. En cuanto a estudiantes, también fue repartida la decisión, muchos se quedaron en sus casas, pero también hubo aquellos que asistieron como un día cualquiera, incluso hubo grupos enteros en algunos liceos.
Algunos comerciantes se mostraban contentos ayer porque los funcionarios de la Intendencia cobraron sus salarios. «Varios de ellos tienen cuenta todo el mes y cuando cobran ya pasan por acá y pagan», comentaba ayer una señora propietaria de un almacén de barrio.
Un verdadero desfile de gente con sus macotas –gatos y perros-, en sus brazos o llevándolos con correa, se veía ayer en algunas calles céntricas. Sucede que se realizaron durante casi todo el día las llamadas «castraciones económicas» en el local de Aute, por calle Sarandí.
Según pudimos saber por medio de gente allegada a grupos de rescatistas, fueron varias decenas de animales los que se castraron.
A pocos días de Halloween, se acentúa el pedido de las autoridades de la salud para que no se realicen fiestas de ningún tipo. Ojalá se acate la exhortación.