Muchas veces difícil de describir, las historias no las cuentan
Se dice que Dios no te da una cruz o una carga que no puedas llevar..
Más allá de las creencias, todos en algún momento pensamos que hay personas especiales, son aquellas que atraviesan adversidades, o llevan una vida abocada a una búsqueda del bienestar para otros, la búsqueda de una verdad, la búsqueda del hacerlo posible, no solamente por sus hijos …
Seguramente en ese camino hay tropiezos caídas, temores, dudas pero también una fuerza gigante que no los deja bajar los brazos.
El papá de Charly Ferreira
Juan José Barreto: «Mientras Dios me dé fuerzas y siga viviendo voy a luchar el resto de mi vida»
La última nota que EL PUEBLO publicó sobre el caso de Charly Ferreira fue el pasado jueves 2, cuando su papá, Juan José Barreto, contó que días antes había declarado en el Juzgado de Artigas 1080 un nuevo testigo, lo que podría arrojar luz en la investigación. Pero todo sigue demorándose sin que se aclare. En abril ya se cumplieron 15 años de la noche en que Charly Ferreira fue a un baile en Tropezón y luego de ser retirado por efectivos policiales, apareció muerto sin que se supieran con exactitud las circunstancias de la muerte. Desde aquel día, la vida de Juan José Barreto tuvo un brusco giro. El centro de su vida pasó a ser la muerte de su hijo; el objetivo, que se haga justicia, conocer la verdad de los hechos y que se sepa de quién o de quiénes es la responsabilidad. Este padre no ha cesado, en 15 años, de recorrer diferentes escritorios de pofesionales, así como juzgados, pero también medios de comunicación para que el tema no se olvide. Y no está dispuesto a abandonar la lucha hasta ver la situación aclarada. Así conversaba días pasados con EL PUEBLO, una vez más, para el informe de hoy:

-¿Cómo era Charly?
Charly era un muchacho tranquilo que cuando tenía trabajo, trabajaba, y si no había trabajo acá en las chacras se iba de cuidador de motos al Tata de allá de 19 de Abril y Soca, hacía algunas monedas y se venía…
-¿En qué zona había sido criado?
En la zona de Parada Viña.
-Y cuando falleció, ¿cuántos años tenía?
Tenía 23 años, ya hace de esto 15 años…
-A lo largo de todo este tiempo, ¿usted se ha sentido acompañado en la lucha por justicia?
Mucha gente me ha acompañado, ustedes como periodistas, los medios de comunicación, en eso estamos muy conformes porque siempre nos han acompañado, y también mucha gente en distintos lugares que me ve y me pregunta por qué el caso no se ha aclarado todavía…
-¿El resto de la familia lo acompaña y lo apoya en esto?
Sí, sí… Ellos eran dos hermanos nomás, Charly y John, y la verdad que John siempre está luchando también, y del lado de la familia de la madre también siempre tuvimos apoyo, lo mismo que de los vecinos, gracias a Dios siempre nos acompañaron.
-¿Tuvo ganas de abandonar la lucha alguna vez?
Y sí, sí…La verdad que en varias ocasiones, como todo padre uno se siente afectado y me dieron ganas de abandonar sí, pero después me acostaba y al otro día me levantaba con ganas de seguir luchando. Porque hay que seguir luchando… Fíjese que hasta el día de hoy no tenemos respuesta alguna de la Justicia. Es como yo siempre dije, si a mi hijo lo sacan detenido y esposado, la responsable es la Policía.
-¿Cómo está la mamá de Charly?
Y… Yo no quiero que ella salga mucho porque sufre mucho, se pone a llorar… Fíjese que además Charly era el primer hijo…para nosotros fue un golpe mortal. Ese sábado lo vimos salir normal, con un amigo para el baile y que después aparezcan con esa noticia, es bravo. Y a la edad que ella tiene, que va a cumplir 75 años… entonces no es fácil seguir y seguir y que no se aclare nada.
-Usted nos ha dicho más de una vez que está dispuesto a dar pelea el fin de sus días si es necesario…
Sí, yo no voy a bajar los brazos, voy a seguir peleando, porque acá hay muchos errores, muchas contradicciones, entonces un responsable tiene que aparecer, o los responsables… Yo estoy dispuesto a seguir luchando, mientras Dios me dé fuerzas y siga viviendo voy a luchar el resto de mi vida. Siempre pienso también que si me llegara a pasar algo y ya no estoy, en la familia igual siempre va a haber alguien que va a seguir luchando.
-Porque uno imagina que en tantos años, habrá pasado por momentos en los que se desanimaba…
Claro que sí. Porque uno entiende que la Justicia a veces demora, que tiene que buscar las pruebas suficientes, pero hace 15 años…y errores hubo muchos en la Justicia en todos estos años, con todo respeto lo digo. Pero es así, cuando aparece alguna nueva prueba dan ganas de seguir luchando, como ahora por ejemplo que declaró un nuevo testigo. Pero también pasa que hemos esperado un año para un careo por ejemplo, son las cosas que desaniman, un careo con los dos comisarios, la Jueza había marcado fecha pero llegamos allá y nos dijeron que no se iba a hacer. A la Justicia de a ratos no la entiendo. Yo estaba muy entusiasmado con ese careo, y al final no salió nada..
Leticia Da Costa Leites: una madre que lleva una larga y dolorosa historia de lucha
“Voy a continuar hasta llegar a la verdad”
Leticia Da Costa Leites no fue la misma a partir del 1ro. de enero del 2018, día sombrío en el que encontraron a su hija Nazarena Porto sin vida, en las cercanías de Villa Constitución. Si bien pasaron ya cuatro años, el dolor permanece latente y el crimen continúa sin resolverse. Leticia continúa luchando para que llegue una respuesta por parte de la Justicia y que se pueda dar con el paradero de quienes cometieron tal atrocidad. Leticia continúa pidiendo colaboración a la comunidad salteña, a aquellos que puedan tener una pista o información útil para poder avanzar en el caso.

Leticia Da Costa Leites cuenta con el apoyo del colectivo La Revuelta Subversiva, quienes la apoyan en cada movida, para que la memoria de Nazarena Porto continúe intacta y que tarde o temprano, se pueda hacer justicia.
“Mi lucha empezó cuando encontraron a mi hija Nazarena sin vida el 1 de enero del 2018. De allí en más me uní al colectivo feminista La Revuelta Subversiva, participando de las marchas, con la finalidad de poder mantener vigente la memoria de mi hija y se pueda encontrar a los culpables” – manifestó Da Costa Leites.
– ¿Cómo ha vivido esa primera etapa en la búsqueda de respuesta?
– “Haciendo marchas, pegando fotos de Nazarena en todos lados… en la Plaza de Deportes. Fue alló donde ella desapareció hace ya cuatro años y seis meses. Es el fiscal Martinicorena el que tiene el caso de mi hija”.
Leticia sostiene que durante los primeros tiempos no contaba con apoyo de ningún tipo. “Iba a Fiscalía y no me recibían. El año pasado me comunicaron que había dos personas que estarían involucradas… luego quedo todo en la nada”.
– ¿Ha surgido alguna novedad en la causa?
-”Este año el 3 de agosto de ahora van a hacer un ADN a los restos de Nazarena. Recuerdan como sucedió el caso de Tamara… dicen que hay muchas cosas similares en ambos casos”.
– ¿Cómo se siente al contar con el apoyo del colectivo feminista La Revuelta Subversiva?
– “Participo de todas las marchas y pido mediante el micrófono justicia por Nazarena…. si alguien tiene alguna pista o información que la compartan, que se involucren porque cualquier cosa que se sepa puede ser de gran colaboración para poder continuar avanzando en el caso”. Lastimosamente tengo que decir que desde que sucedió la tragedia los familiares por parte de su padre, nunca me apoyaron en esta lucha”.
-Luego de tantos años de lucha, de espera y de tantas preguntas que aún hoy no tienen respuesta. ¿Con cual apoyo cuenta?
-Por el momento cuento solamente con el apoyo del colectivo. Fueron las chicas integrantes de La Revuelta Subversiva las que me consiguieron la abogada, ya que por mi cuenta no podía solventar ese servicio”.
“MI HIJO DE 19 AÑOS EL MI MOTOR PARA SEGUIR ADELANTE”
– ¿Qué sentimientos experimenta hoy, llevando adelante cada hecho que pueda acercarla más y más a la verdad?
– “Muchas veces me siento sin ganas de vivir más ni luchar…. pero mi hijo de 19 años es mi motor para seguir adelante. He estado varias veces interada en psiquiatría… pero mi lucha tiene que continuar hasta que se le haga justicia a Nazarena.
Hoy por hoy no confio en nadie ni en la familia del padre de Nazarena nunca dio la cara como padre. Siempre dije que capaz algo me esconde”.
– ¿Qué recuerdos tiene de la personalidad de Nazarena?
– “Era una joven llena de vida. Salía con los amigos a la plaza… se divertía mucho. Iba a CECAP a estudiar y tenía proyectado acceder a una carrera de diseño de modas. También quería estudiar belleza y peluquería. Pasaba conmigo todo el día en mi trabajo. Solíamos tomar mate y hacer gimnasia.
A Nazarena le encantaba cuidarse.
Siempre me pregunto por qué no me llevaron a mí , en lugar de a mi hija.
-¿Usted tiene fe que en agosto pueda surgir alguna respuesta?
-”Quiero tener fe que algo nuevo pueda surgir para que estemos más cerca de la verdad. Lo cierto es que le truncaron la vida a mi hija que en julio cumpliría 21 años.
Un mensaje que usted desee compartir con la sociedad…
El mensaje que quiero dejar es pedirle a la población de Salto que me ayude con algún dato… no callen… espero que hablen porque para mí es vital”.
Pablo Perna, abogado de Blanquita Filippini
“Omar quería verla crecer, poder bailar con ella su vals de los 15 años, y ver que se hiciera justicia contra todos los pronósticos”
De la historia de Blanquita Filippini se podrían escribir libros. Pero lo que fue la batalla judicial, de la fortaleza que debió tener don Omar Filippini, padre de Blanquita contra la injusticia y el destrato que sufrió cuando fue acusado de haber sido un mal padre, debiendo enfrentar al establishment médico y a las autoridades ministeriales, solo contra todos, de eso puede dar cuenta quien fue el abogado de la familia desde el primer día, el Dr. Pablo Perna, quien accedió a hablar con EL PUEBLO.

– ¿Cómo recuerda ese primer contacto con el caso de Blanquita Filippini?
– Fue en el año 2009 cuando me llama Omar Filippini que estaba en el Hospital Regional Salto pidiendo por favor ayuda porque le estaban matando a la hija. Ese fue mi primer contacto que tuve con Omar. Yo no lo conocía, había llegado a mí por referencias. Todavía no había tomado estado público la situación de Blanquita, y a partir de ahí comenzamos a trabajar en un proceso que llevó más de 10 años. El primer fallo a favor nuestro fue en el año 2019, después vinieron las apelaciones, el Tribunal de Apelaciones también por unanimidad nos da la razón en 2021 y ASSE resuelve pasar a Casación la sentencia. En el ínterin había existido un cambio de gobierno, que es donde incide el Presidente de la República sosteniendo que no va a seguir adelante y el Estado desiste de la Casación, quedando firme el fallo del Tribunal de Apelaciones.
Siempre entendimos que se trataba de una injusticia total, porque recordemos que en su momento la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, tuvo un rol muy importante con manifestaciones públicas que hizo, estando siempre arriba de este caso defendiendo a ASSE, sosteniendo que acá no había existido ningún tipo de responsabilidad médica. Las pericias que había solicitado ASSE habían venido a favor de ellos, pero cuando se les preguntaba a los peritos si tenían alguna relación con la ministra, quedaba claro que la habían tenido, donde la ministra ya había adelantado los resultados de lo que en definitiva meses después confirmaba la pericia en una suerte de futurología.
Por lo tanto, si bien esta fue una batalla jurídica, también sentimos que había una animosidad por parte del gobierno de que se perdiera este juicio, y así litigaron, donde vivimos cosas aberrantes. Por ejemplo, en este caso se le echaba toda la culpa a la familia diciendo que Blanquita comía de la basura, y que por ese descuido de los padres le había entrado un virus generándole una infección generalizada que terminó en lo que sucedió luego con las amputaciones y todo lo que siguió. En definitiva, eso no fue así, se trató de una mala praxis de los médicos que la atendieron, que si la hubiesen atendido en tiempo y forma, no hubiese sucedido lo que pasó, o al menos, como dijo uno de los peritos, en un 92% de probabilidades no hubiese sucedido.
– ¿Cómo era su relación con el papá de Blanquita, quien fue el que debió llevar adelante esa lucha por su hija, que era muy chiquita?
– La verdad que ganamos el juicio porque indudablemente hubo razones de hecho y de derecho que nos dieron la razón, pero acá jugó un rol muy importante la personalidad del padre que estuvo acompañado por la prensa, porque los jueces suelen ser permeables a la opinión pública, por suerte, porque teníamos enfrente a todo el poder del Estado, con informes de médicos en contra de Blanquita, y por otro lado, nosotros estábamos solos, lo único que teníamos era nuestra defensa y el discurso del padre que contrarrestaba al discurso de la ministra que decía que Omar Filippini no era un buen padre. Por tanto, si bien se ganó el juicio, un gran porcentaje del triunfo fue por la perseverancia que tuvo el padre durante todo el juicio peleándola, pero además también con el crecimiento de Blanquita, porque sin tener posibilidades económicas, tuvo que enfrentar diferentes cirugías que durante 10 años sufrió Blanquita.
Omar quería verla crecer, poder bailar con ella su vals de los 15 años y ver que se hiciera justicia contra todos los pronósticos. La relación que tuve con Omar fue excelente, me saco el sombrero por la calidad de padre que fue. La luchó hasta último momento, y cuando se ganó el juicio, un hombre fuerte, sano, aguerrido, vino a mi escritorio y me dijo, “bueno Pablo, te quiero agradecer por todo, yo ya cumplí con mi objetivo, así que ya me puedo morir tranquilo”, y yo le traté de hacer entender que le quedaba un montón de vida por delante, tanto que peleó porque se hiciera justicia y que ganó, podía ver a Blanquita crecer. Pero dicho esto, a la semana se le desató un cáncer que lo terminó matando en muy poco tiempo.
– ¿Se emociona al contarlo? (La pregunta vino por el cambio en el tono de su voz)

– Por supuesto. Nunca me voy a olvidar la entrevista que le hizo Sergio Hornos al padre, donde Blanquita llora, lo abraza y le agradece, y él le dice, “mija, lo único que hice fue cumplir con mi rol de padre”, rol de padre que había sido criticado durante todo el proceso, por lo que se termina haciendo justicia. La primera vez que vi la entrevista que hizo Hornos lloré, y cada vez que lo recuerdo me genera emoción. Omar fue un gran hombre, y si bien se ganó el juicio porque se trató de hacer lo mejor posible, gran parte del mérito se lo lleva el padre, quien no tuvo miramiento y peleó contra el mismo sistema y le ganó.
– En esa entrevista de Sergio Hornos, Blanquita dice que su aspiración es ser abogada…
– (Se emociona) La verdad que es emocionante, pasa que la vida de Blanquita desde sus 3 años hasta el año pasado vivió entre el hospital con sus tratamientos y cirugías y los Juzgados, donde convivió entre abogados y jueces peleando por sus derechos. Hoy Blanquita es una persona muy capaz, con una personalidad muy similar a la del padre, por lo que no tengo la menor duda que lo que se proponga, lo conseguirá.
Paula Viettro, comunicadora y productora de medios
“Quien tenga un hijo diferente sabe lo que es”
En la etapa de juventud, cuando se comienza a pensar en lo que se viene, cuando comienza a pensarse cómo quiere que sea su vida, uno puede imaginarse y proyectar aquello que puede parecerse a lo más cercano a la perfección, pero la vida de pronto no transcurre como uno pensó, enfrentándonos a desafíos y dificultades de todo tipo, la cuestión pasa por saber cómo debemos enfrentarlos encarando la vida con firmeza y convicción. Es el caso de Paula Viettro, quien contó su historia a EL PUEBLO.

– ¿Cómo definiría lo que ha sido su vida?
– Proyectamos cosas, nos casamos muy jóvenes con Juancho (Ambrosoni), ideamos una vida juntos, un futuro, tener hijos, formar una familia. Nació Juan Carlos primero, al tiempo viene Alfonsina con un montón de sorpresas que no teníamos previstas y es ahí cuando te cambia la vida totalmente, porque la verdad que una espera tener un hijo y como todos dicen “ojalá que sea sanito”. Fuimos a tener una niña que tenía todo bien, y cuando nació, nos topamos con esa realidad que era difícil pero que desde el primer momento apechugamos y enfrentamos todo con mente positiva.
– ¿De dónde se sacan fuerzas para poder levantarse cada vez que la vida la golpea?
– Creo que eso está en uno mismo, de querer sacar adelante a los hijos más que nada porque cuando ya tenés instalado el tema que tu hijo es diferente, lo tenés que encarar porque es la única manera de salir adelante poniéndole garra, corazón y buscar todas las alternativas posibles, hacer todo lo que esté a tu alcance para que tenga una vida mejor, una vida digna, que a los 18 años de Alfonsina te puedo decir que lo logramos, porque la verdad que ella tiene los desgastes de su edad obviamente, pero dentro de todo ha llevado una vida bastante bien.
– ¿Es en esos momentos donde la familia más se une?
– Por supuesto. Éramos muy jóvenes como padres, con Juan Carlos chiquito, tenía cuatro años. Siempre digo que la única preocupación que yo tenía era dejarlo solo dos días porque iba con una cesárea programada. Ahí se nos dio vuelta todo el mundo, y ya empezamos con médicos, recorridas a Montevideo, a Argentina, fuimos a todos los lugares donde todos los médicos nos dieron un mismo diagnóstico, que ella tenía lisencefalia, y ahí empezamos, un recorrido con familia, amigos que nunca nos dejaron solos. La gente de la salud de acá de Salto la verdad que no tengo ninguna queja porque desde el primer momento todo el mundo se puso el tema encima y buscaban soluciones para ver cómo podían hacer para esto y aquello otro. Desde el primer día tuvimos el apoyo incondicional de todo el mundo.
Después en el camino, Juancho tiene un accidente, fallece y ahí sí, de nuevo la vida te cuestiona qué hacer ahora. No da mucho para pensarlo, simplemente tenés que salir adelante porque tus hijos dependen solamente de vos. Siempre fui una persona que le gustó salir adelante, o sea, me podría haber quedado en mi casa cuidando a mis hijos y pedir que me ayudaran, pero no. Desde el primer momento quise salir a trabajar, después de tres meses y medio de estar Juancho en CTI lo llevamos para casa, tuvimos diez días y se complicó su situación, nuevamente marchó a CTI y el 6 de febrero de 2006 fallece.
Otra vez arranca todo, pero siempre con fuerza, con gente amiga, nunca me dejaron sola, eso siempre lo destaco, aparte también de sus compañeros de trabajo, todos los del canal me hicieron más fácil la tarea, y si bien yo no estaba trabajando porque me había dedicado por entero a mis hijos, siempre lo ayudé a él, entonces conocía a sus clientes, conocía su modo de trabajar, ayudaba en lo que podía desde casa, le hacía la facturación y todo ese tipo de cosas, entonces como que me fue más fácil, no había muchos secretos en su trabajo. Siempre destacaré y agradeceré a Claudino (Ferreira Pinto) y a Luis (Andiarena) que me dieron una gran mano al principio haciendo el programa, se lo pusieron al hombro para que yo pudiera estar un poco más con mis hijos porque también estaban en una etapa difícil de ellos, era todo un cambio.
– ¿Cómo define hoy su vida?
– Gracias a dios hoy tengo una vida que no sé si llamar feliz porque creo que feliz es una palabra que encierra mucho, pero sí tratamos de estar bien, de disfrutar de los momentos que tenemos con los niños, estoy en pareja, mi compañero de vida es un padre para mis hijos, me ha ayudado muchísimo. Juan Carlos ya está para recibirse de politólogo en unos meses, está trabajando. Alfonsina sigue su vida con nosotros con sus achaques de salud, pero siempre con una sonrisa, saliendo adelante. Es nuestro motor, nuestro empujoncito diario, si ella está bien nosotros estamos bien. Siempre tratamos de estar rodeados de gente positiva, de amigos, de hacer reuniones en casa, tenemos a Alfonsina incorporada a nuestra vida diaria, siempre cuidándola, obviamente, pero dentro de todo tratamos de tener una vida lo más normal posible.
– Qué reflexión o pensamiento le gustaría compartir con nuestros lectores.
– Cuando la gente te dice que no puede hacer algo, bueno, todos podemos porque cuando te toca pasar por diferentes situaciones, tenemos que hacer frente a la vida y salir adelante porque por algo nos tocó a nosotros. No hay que cuestionarse el por qué a mí, eso nunca me lo cuestioné, siempre traté de salir adelante con la tristeza y el dolor del momento que todos hemos pasado y que es inevitable, hay que transcurrir la vida y tratar que los que quedan con nosotros que son a quienes tenemos que cuidar y apuntalar, que siempre estén bien y se vean realizados. Cuando mi hijo se reciba, para mí va a ser una tarea cumplida, es mucho mérito de él, un muchacho muy maduro, muy recto, muy buena gente, eso me reconforta y me enorgullece muchísimo. Y Alfonsina es mi compañera de vida, es mi otra mitad. Quien tenga un hijo diferente sabe lo que es.
«Siento que mi vida valió la pena», dice la mamá
María Angélica y María José transitan juntas «una larga y difícil aventura»
Ma. Angélica Pérez Pallares es maestra y profesora de piano y solfeo, salteña, madre de cuatro hijos: Carlos, Adolfo, Gabriela y María José. Pero María José es especial, es la hija que llegó cuando los hermanos ya eran adolescentes, es la hija que llegó con «capacidades diferentes» (cursó el ciclo escolar y talleres en la Escuela Especial N° 97) y es con quien Angélica comparte actualmente su vida y su soledad. Siempre juntas, así se las ve por las calles de Salto. La lucha de Angélica por mejorar la calidad de vida de María y de otras personas en igual situación, ha sido y es, tenaz e inquebrantable: contra la discriminación, la intolerncia, las burlas, contra sistemas que no logran una verdadera integración…Hoy, Ma. Angélica y Ma. José (que tiene 41 años) son su mutuo sostén; se tienen una a la otra, y no imaginan la vida de otra forma.

Así comenzaba expresándose Angélica al conversar con EL PUEBLO: «La llegada de un niño especial es motivo de angustia, preocupación e incertidumbre. Nos culpamos nosotros como padres. Hice un proceso de duelo muy largo. Luego sigue una etapa de cuestionamiento, de búsqueda, de esperanzas, de leer mucho, de muchísimas consultas con carga de desaliento que tensan y desgastan a la familia. Las experiencias que vivimos son innumerables y el intercambio con otros padres que pasan por lo mismo son muy valiosas. Y nuestra vida seguía entre médicos, consultas, viajes a ver especialistas, psicólogas, fonoaudióloga, y paralelamente seguía trabajando, atendiendo a mis hijos y al hogar. Un padre ausente… y así llegó el divorcio».
Luego, narra y reflexiona animadamente sobre diversos aspectos de la vida que llevan ambas, desde la rutina cotidiana, hasta la importancia de la integración, la inclusión educativa, el comportamiento de la sociedad ante personas «diferentes», etc.
«Todo le lleva mucho tiempo…»
«Va creciendo y los movimientos en la casa son iguales. Todo se repite de la misma manera. Los rituales… El mate, el baño, la preocupación por su ropa, su celular. Todo le lleva mucho tiempo. Su cuarto lo tiene impecable y no permite que le cambien nada de lugar. Los cambios de ropa de estación son difíciles, la irrita y le provoca estrés. En verano puede andar abrigada y en invierno en chinelas y sin manga. No siente frío ni calor. Para ella todo está bien. Entendí que debo respetarla en sus tiempos y en sus rituales para vivir ambas más tranquilas. Le encanta correr en la vereda pero la provocan, se le ríen en la cara, o la quedan mirando y los chicos del liceo le hacen bullying. Duerme o puede pasar la noche entera sin dormir. Actualmente, bajo mi responsabilidad no toma ningún medicamento, pero en este momento, con 41 años, sus contestaciones son exactas, fuertes, que te dejan con la boca abierta».
«Padres especiales y sus hijos se sientes solos…»
«Su adaptación en los centros educativos debe ser progresiva. Ellos tienen derecho por la ley 18.651 al respeto, a disfrutar de la vida, a la salud, la educación, a la adaptación, a la inserción laboral, a la seguridad económica y social, a la vivienda, a tener una familia y a ser protegidos de toda explotación o trato discriminatorio, abusivo o degradante. Nuestro sistema educativo no está preparado, todo parece tan lindo pero nuestros padres especiales y sus hijos se sientes solos. La sociedad debe involucrarse para integrarlos. El objetivo de los centros educativos es lograr que un chico con dificultades pueda vivir de una manera simple, libre y auténtica. Más que saber leer y escribir, deberá aprender cosas imprescindibles para la vida. Se debe ver qué necesita cada chico. Hay que actuar con máxima simplicidad y tener en cuenta de educarlos con el ejemplo, en la imposición de hábitos para la convivencia. La alegría y el amor son fundamentales. Es necesario que todo el equipo multidisciplinario interactúe junto a la familia. El miedo de los padres es el rechazo, las ofensas, las burlas, los temores de abusos y explotación que a veces se dan en la misma familia. Ellos no son seres asexuados, y de esto no se habla».
«Nadie te entiende si no pasa por la misma situación…»
«Hemos formado una simbiosis, las dos estamos muy juntas, si no la siento la busco aunque a veces me pesa y me cansa, me altera el humor, y otras por el contrario, disfruto tanto que me muero de risa de sus ocurrencias. El desgaste es mucho y nadie te entiende si no pasa por la misma situación. Sueño con la integración familiar, que cuando los jóvenes se preparen para el matrimonio pongan énfasis en la responsabilidad que van a afrontar y hablen sobre la posibilidad de un niño diferente, de la integración escolar que no es fácil, la integración en Secundaria y si es posible Universitaria. Siguen los prejuicios y las etiquetas, y esto no llevará al éxito de un chico especial. Cada etapa es un desafío para los padres. La comunidad debe presentar actitudes positivas frente a ellos. Debemos como sociedad toda, reconocer y aceptar la gran diversidad entre los seres humanos; esto significa una larga y difícil aventura que exigirá de nosotros un cambio, mucho esfuerzo y rever nuestros valores. Ello llevará a instaurar sanas relaciones entre todos. Con una sociedad preparada en valores, no habría necesidad de la existencia de tantos grupos separados, y la vida y la convivencia serían más sanas y plenas».
«Ella para mí es una bendición…»
«A pesar de todos los sacrificios, de todo el dolor, del duelo hecho, de la separación de la familia, de la gran soledad que nos acompaña siempre, ella para mí es una bendición. Cada logro para mí era un milagro. Como madre actualmente me siento bien, optimista, me siento realizada, hago lo que me gusta, como que mi vida se encauzó y con mucha paz. Lo importante es el respeto y el amor. Siento que mi vida valió la pena. Trato de vivir y dejarla hacer. Día a día aprendemos algo nuevo, nos brindamos mutuamente vivencias que años atrás parecía imposible. Como madre, celebro el día a día, a pesar del dolor.
Finalmente, quiso agregar Angélica que «esta nota se la dedico a todos los padres que están pasando por lo mismo, para que no se sientan solos, para que luchen, para que logren subsanar sus necesidades, para que logren estimulación temprana, equipos multidisciplinarios integrados e incluidos los padres, para que la sociedad los respete en lo educativo, en lo recreativo, en lo laboral y, por qué no, formar una familia. Todo lleva tiempo y no es fácil, pero créanme que se puede. Tienes que armarte de una gran coraza, de fuerza, de voluntad, de muchísimo tiempo y verás los logros. En mí encontrarás una mano extendida… «.
«REÍR LLORANDO»: Así se titula el libro que escribió María Angélica Pérez y publicó hace algunos años, con prólogo de la poeta María Teresa Prinzo. Allí hay poemas, narración, descripciones y mucha información sobre la situación que vive esta madre y su hija.
Hijos drogadictos, una lucha que esclaviza
«Perdí mi matrimonio, perdí años de vida y perdí salud»
Rosario Ugolini es una mujer que hace 13 años viene sufriendo la realidad que implica tener hijos con consumo problemático de sustancias. Puede dar cuenta fielmente de todo lo que sucede en un hogar cuando uno o más de los integrantes de la familia cae en las garras de las drogas. Esas garras que destrozan no solo a la persona que consume sino que van desgarrando todo el entorno. La lucha para poder salvar a esos hijos de esas garras se transforma en una busqueda incesante de alguna lucecita de esperanza , pero para Rosario, por ahora solo frustrante.
«Yo vivo el problema del consumo de drogas por parte de dos de mis hijos desde hace 13 años. Uno de ellos comenzó a consumir con 17 años y otro con 21. De ellos , uno estuvo preso y desde que salió no ha vuelto a consumir, ni siquiera alcohol . El otro hijo sigue siendo un consumidor por lo que mi vida sigue atada a una lucha para tratar de encontrar una forma, una solución para poder tratar a todos los jóvenes que viven estas situaciones»
Todo lo perdí
«Debo decir que vivir una situación de este tipo en un hogar genera grandes pérdidas. En mi caso por ejemplo perdí a mi esposo porque nos divorciamos. El hombre ve de manera diferente el problema y cuando se viven momentos en que el hijo de roba todo para poder comprar sus drogas, el padre entiende que debe irse de la casa. Las madres no pensamos así, no queremos que el hijo se vaya, queremos curarlo, encontrarle una via de salida al problema. Esas diferencias desgastan y terminan con la pareja. También perdí oportunidades de trabajo, perdí años de mi vida y perdí salud porque empecé con problemas de presión alta, porque uno vive pendiente de esto y se enferma .He perdido también la oportunidad de irme de mi casa porque temo volver y no tener ni mi casa ya, porque lamentablemente los que viven en el consumo se llevan todo. Esto es como una esclavitud.»
La lucha
«Con otras madres en la misma situación decidimos juntarnos para comenzar a buscar soluciones para nuestros hijos. La idea siempre fue poder contar en Salto con un centro de rehabilitación. Para eso comenzamos a solicitar reuniones con actores políticos, con autoridades , fuimos a Montevideo y aqui en Salto logramos un lugar donde reunirnos , un espacio cedido por el Dr. Gonzalo Leal.» Es triste ver como nadie nos ha dado una respuesta a este problema tan grave», aclara Rosario. » Hemos conversado con ediles, con diputados, en la intendencia nunca nos recibieron , hemos golpeado muchas puertas.Y en cada oportunidad escucharnos nos escuchan pero no ven factible lo que pedimos. Los políticos nos toman en cuenta solamente cuando están en las épocas electorales «
Rosario aclara que lo que el grupo pide es un centro de atención en Salto, pero que pueda atender desde el primer momento en que un joven empieza a consumir » pero hasta el momento nada, no recibimos respuesta alguna «
«Es muy difícil no ser escuchadas por nadie, porque a esta lucha se suma todas las circunstancias que vivimos en la casa, donde nos encontramos que un día ya no tenemos ni un plato, un cubierto porque al consumidor todo le sirve para vender. Esta es una situación que yo vivo hace años. En Salto se han cerado bocas , pero se cierra una hoy y mañana abren dos no? , esto es así. «
Este próximo 24 de junio, el grupo de madres viajará a la capital del país a participar en el Parlamento de la Conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Narcotráfico y el Uso problemático de Sustancias, que se conmemora cada 26 de junio. «Para esto logramos el apoyo de la Junta Departamental que nos aportó los pasajes, y como invitadas estaremos allí portando la bandera de Salto.»
Rosario va más allá de lo que es el reclamo del grupo y en las situaciones personales,» yo pienso en las escuelas, en la educación , en la prevención que es fundamental, en los liceos también porque sabemos que ahi están vendiendo afuera . Por eso es fundamental la prevención. «