Su exitosa empresa, la familia, los logros y ese arraigo por Uruguay.
Con diario El Pueblo, comenzamos a recorrer el “mundo” buscando el testimonio de algunos de los miles de salteños que se encuentran viviendo en otros países. En este caso, el comienzo lo marca Francisco “Pancho” Abelleira, viviendo en España junto a su esposa e hijas. Logrando ganar premios importantes con sus “socios” en el emprendimiento que ha revolucionando el andar de los europeos en sus bi rodados eléctricos o no. Además de Europa, Estados Unidos también ingresa en la lista de aquellos países donde llegan estos productos de seguridad y prevención.

En tiempos de Pandemia surgió el emprendimiento, desde allí la expansión fue tremenda utilizando las redes sociales y el ingenio del salteño con sus pares argentinos radicados en la Madre Patria.
¿Francisco hace cuánto tiempo resides en Madrid?
Se van a cumplir 2 años el mes que viene. Nos vinimos desde Buenos Aires toda la familia.
¿A qué te dedicás?
Soy uno de los fundadores de una empresa que se llama UNIT 1, que vende accesorios en el segmento de movilidad urbana en Europa y Estados Unidos principalmente. En criollo: cascos con luces integradas, señalero y luz de freno. También hacemos mochilas y botellas, pero principalmente cascos inteligentes.
¿Cómo está conformada tu familia?
Micaela mi esposa, que es uruguaya, pero vivió casi toda su vida en Buenos Aires. Juanita que nació en Buenos Aires y tiene 4 años y Filipa que nació en Madrid y tiene 6 meses. Qué lindo relajo (Risas).
¿Cómo surge la idea de fabricar estás herramientas que ayudan ser más visibles en la circulación vial?
La realidad es que empezamos en la nieve, con cascos que tenían también tecnología. Cuando llegó la pandemia por suerte no teníamos inventario, nos quedaba algo de caja y tuvimos que replantearnos todo. Centros de ski cerrados sin fecha de apertura, pronóstico incierto, tomamos la difícil decisión de pivotar 100% el modelo de negocios. Sabíamos hacer cascos, teníamos toda la red de proveedores en China, vimos una oportunidad en el mundo de bicicletas y allá fuimos. Nos sentamos con una hoja en blanco y nos preguntamos “qué casco tenemos que hacer?”. Dos problemas que identificamos fueron que los cascos en general no eran atractivos, y que los ciclistas se sentían poco vistos por los conductores. Llegamos a una propuesta y la lanzamos en crowdfunding con el último aliento, en una plataforma que se llama Kickstarter, y logramos muy buenos resultados en poco tiempo. Tiempos duros de mucha adrenalina. En retrospectiva, ese pivot a cascos para bicicletas fue una buena decisión. Es paradójico, pero algo tan duro y triste como la pandemia nos salvó la empresa y nos dio una oportunidad de empezar de nuevo sin tener que dar explicaciones. Todo fue fuerza mayor.
¿Quienes son parte de esta empresa?
Mis dos socios, Juan García Mansilla y Javier Bertani, son Diseñadores Industriales argentinos, inmensamente talentosos. En términos de productos, podes hacer lo que te propongas hoy en día, pero la habilidad de diseñar y fabricar productos de calidad es un diferencial enorme. Hacemos todo, desde el dibujo en la servilleta al producto real. Al margen de ellos tenemos un equipo de 16 personas que ha venido creciendo en los últimos años. Tenemos toda la operación comercial en Madrid, el equipo de Producto y Software en Buenos Aires, y fabricamos en Shenzhen, donde tenemos dos personas también. Cerramos también rondas de inversión que ayudaron a sostener la empresa en la fase de crecimiento, la última la más significativa. Se sumaron a la empresa dos Fondos de Capital de Riesgo holandeses, uno de ellos es parte del Grupo Pon, una de las empresas de bicicletas más grandes del mundo, dueños de Cannondale, Cervelo, Kalkhoff, Veloretti, GT, y más de 15 marcas más. Fue nuestro hito más importante sin dudas.
¿En qué países se comercializa?
Nuestros principales mercados son Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Canadá y Suiza. Operamos fundamentalmente online, y ya enviamos producto a más de 75 países, pero también tenemos presencia física en tiendas de la Unión Europea y Estados Unidos.
¿En redes sociales vemos un interesante movimiento, cuál es la evaluación que ustedes realizan?
Nosotros no existiríamos sin redes sociales. Nuestra mayor inversión en medios es en Facebook y Youtube, algo en TikTok que es incipiente pero tiene potencial. Desde una perspectiva estricta de negocio (a nivel social me permito una lectura completamente distinta), nos permitió una exposición y un crecimiento que de otra forma no hubiésemos podido lograr. Imagínate que hicimos el pivot de la empresa y diseñamos nuestro primer producto para bicicletas sin vernos en persona por meses. Vendimos cascos sin tener una sola tienda física.
El equipo de diseño de Unit 1 ganó el premio IF Gold Award 2023 ¿cómo llegó a ustedes está nominación y premiación?
El premio IF para que se entienda es el Oscar de los Productos. Se postulan miles de productos, muchos reciben nominaciones, otros tantos premios, pero el Gold es solamente para el 1% de los aspirantes. El 90% de las marcas que ganan el Gold Award son hiper conocidas: Apple, Microsoft, Sony, entre muchas otras. Cuando recibimos la noticia no lo podíamos creer. Fuimos a la ceremonia en Berlin y ver a nuestra marca entre todas esas fue un momento increíble. Difícil de explicar.
¿Confían que pueden expandir aún más el producto?
Sin duda. Cada vez crece más la adopción de bicicletas, especialmente con la incursión de las eléctricas. En Europa se venden alrededor de 5 millones de bicicletas eléctricas por año y la proyección es 10 millones en 2026. La adopción de cascos es bajísima, hay lugares en donde es inferior a 5%. Los cascos sin luces tienen una propuesta de valor mucho más débil e incluso grandes marcas como Giro o Alpina se están metiendo a hacer cascos inteligentes. Las luces a la altura de un asiento de bicicleta, o el piso de un monopatín eléctrico, no pueden compararse con las luces en el punto más alto posible que es la cabeza de la persona que va en el vehículo. Si combinas todos estos factores, la oportunidad es grande.
¿Cómo es la vida en Madrid para un Salteño?
La mezcla empresa-paternidad hace que de Madrid te pueda contar poco (se ríe). Es una ciudad increíble, cosmopolita, conectada con todo el mundo y en términos culturales, cercana a Uruguay y Argentina, que es la razón primordial por la que la elegimos. Se extraña la familia, que con hijos chicos es un soporte importante a todos los niveles, pero se sobrelleva. Mi hija ha llegado a jugar buen tiempo con sus abuelos por videollamada. Al principio me chocaba, pero es una forma de mantenernos unidos y cerca. Vivimos cerca del Retiro, todas las mañanas me cruzo el parque con mi hija para llevarla al colegio. Son cosas que en Uruguay o Argentina también serían diferentes. Todo tiene pros y contras.
¿Que se extraña de Salto, además de la familia y amigos?
Bueno, sacando eso que es lo más importante desde ya, tengo todo bastante identificado. Yo de Salto me fui en el 2006, así que si en Montevideo y después en Buenos Aires ya extrañaba cosas, ahora ni te digo. Extraño mucho el Club Remeros; la vida de club principalmente que nunca más la recuperé. Extraño el futsal, y extraño la pizza y el fainá. Ahí está el top 3.
¿Cómo se ve Uruguay desde Europa?
No diría que tengo una opinión formada sobre la mirada europea sobre Uruguay, y seguramente se me mezcle con la mirada argentina, porque aún viviendo en Madrid tengo muchos amigos argentinos. Creo que nos ven como un país serio, sencillo (en el mejor sentido de la palabra) y democrático. El fútbol es imposible de eludir en cualquier conversación y es otro sello de nuestra cultura.
Por Último ¿Pensás volver a vivir en nuestro país en un tiempo? O definitivamente no vuelves?
Después de haber vivido en varias ciudades sin haberlo planeado, tener una hija Argentina, y otra Española, más que saber si vuelvo a vivir ahí, me desvela mantener un vínculo fuerte con Uruguay. Ahí me formé, me eduqué, aprendí las cosas más importantes de la vida, y me siento muy uruguayo. Pensando rápido creo que me hice más uruguayo en estos 12 años fuera de Uruguay que antes de emigrar. Entonces dedico tiempo a mantener todos los vínculos posibles con mi país independientemente de donde viva. No sé que pasará a futuro, pero sobran los motivos para mantenerse cerca y volver todo lo seguido que se pueda.