Ayer a la tarde, en varios puntos de la ciudad podían verse a niños y mayores disfrutando de festivales que tenían por objeto festejar el Día del Niño.
Estas celebraciones nos despiertan sentimientos contradictorios. Nada mejor que ver a los niños disfrutar con sus padres u otros familiares de estas celebraciones, sobre todo cuando se trata de juegos al aire libre.
Es más, entendemos que no sólo debería ser un día en el año, sino que los derechos que pretendemos otorgar a los niños, entre ellos el derecho a jugar y divertirse, deberíamos de respetar y hacer valer todos los días del año.
El hecho de festejar con tanta pasión un día del año, nos dice que en el resto de los 365 días del calendario no es lo mismo.
El propio Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay con el emblema que está impulsando en ocasión de la fecha nos recuerda que “Los niños, las niñas y los adolescentes tenemos muchos derechos que se construyen día a día”.
¿Qué vemos de cuestionable por lo tanto en esta celebración?
Es la exageración de la necesidad de hacer un regalo material, porque no todas las familias pueden hacerle un regalo a sus niños.
Por otra parte, nosotros mismos y cuando usamos el plural nos referimos a la comunidad en su conjunto fomentamos determinados regalos que son los preferidos, porque toda la publicidad nos bombardea con ellos y el hecho de que un niño reciba uno de estos y la mayoría reciba otra cosa, muy diferente, por un tema exclusivamente económico, comienza a marcar y profundizar una discriminación absolutamente gratuita e injusta.
Estas diferencias se van luego acentuando, se vuelven arbitrariedades, fomentan los resentimientos y las consecuencias, que comienzan siendo aparentemente inocentes, terminan siendo causas de profunda heridas en el seno de la comunidad.
Hemos notado que año a año se van difundiendo más los derechos de los niños y se extienden a más niveles de la comunidad las celebraciones e incluso los obsequios, pero falta mucho, muchísimo camino para recorrer y la mayor parte de él no será posible hacerlo si no es juntos, porque hay que entender que ni siquiera el día que lográramos llegar con un obsequio a cada niño o adolescente estaremos realizados.
También es importante eliminar las diferencias y para eso hay que trabajar en otro nivel y en otras áreas de la sociedad, donde se inician estas diferencias.
