Mañana se celebra en todo el mundo el Día de los Trabajadores y es uno de los días más «respetados» en todos los países del mundo.
En el Uruguay la situación de nuestros días es muy diferente a lo que ha sido años atrás, dado que se pasó de un concepto de «mala fama» de todo lo que era sindicalización y gremio, al concepto actual, en que en algunos casos, incluso se asume que hay protección exagerada a los trabajadores sindicalizados.
En este tema, como en todos, la cuestión es obtener un sinceramiento y una actitud razonable entre los seres humanos.
Patrón y empleado, quieran o no, deben asumir que a ambos les conviene que las empresas funcionen debidamente, correctamente, eficientemente.
Es justo que el empresario obtenga una ganancia razonable, producto de su inversión, de su riesgo al asumir la instalación de una empresa y es por lo tanto absolutamente justo que obtenga un lucro por la actividad emprendida.
Por su parte los trabajadores, deben preocuparse y responsabilizarse por dar lo mejor de su capacidad y de sus posibilidades en su trabajo.
Cualquiera persona razonable puede entender y asumir esto.
¿Dónde está entonces el motivo de la discordia que aparece permanentemente?.
Está en el alcance de las pretensiones de cada una de las partes.
Si lo que gana el trabajador no es razonable para lo que aporta a través de su trabajo, o las condiciones en que debe trabajar no son dignas, habrá disconformidad y probablemente se planteen situaciones de enfrentamiento.
De la misma manera, si el costo del trabajador es tan alto que determina que el empresario, no salga con una ganancia justa para su inversión, su riesgo y muchas veces sus horas de trabajo en la conducción de la empresa, habrá disconformidad y el campo estará abonado para el conflicto.
La sindicalización sigue siendo vista con resquemores por parte de patrones y empleados?. ¿Por qué aún teniendo todos los derechos a sindicalizarse, un alto número de trabajadores, la mayoría, sigue sin hacerlo?.
La clave del asunto está precisamente en la capacidad de justicia y de razonabilidad que demuestren unos y otros.
El patrono, entendiendo que en la medida que sus trabajadores estén satisfechos de las condiciones en que trabajan, producirán mejor.
El trabajador, asumiendo que tiene tantos derechos como obligaciones, responsabilidades que cumplir.
Asumiendo el camino de desigualdades que han debido sortear ambas partes para llegar al punto en que nos encontramos hoy, bastaría que hubiera un concepto de equidad y de justicia social de ambas partes para entender que este paisito necesita de un entendimiento, de un diálogo permanente entre patrono y trabajador como única forma de mejorar la calidad de vida para todos.
¡Feliz Día Trabajadores!.