Dirigentes salteñas participaron del 3er. Encuentro Nacional
El sector de las trabajadoras domésticas está en conflicto porque sus reclamos no son tenidos en cuenta, tanto por el sector patronal (cuya representación ejerce La Liga de Amas de Casa) y por el actual gobierno. A principios de mes se desarrolló un encuentro nacional de trabajadores del sector, y una asamblea de la organización sindical, que resolvió la declaración del conflicto.
PRESENCIA SALTEÑA
El pasado 5 de diciembre se llevó adelante el Tercer Encuentro Nacional de Trabajadoras Domésticas. Se desarrolló durante toda la jornada en la Facultad de Ciencias Sociales, en la ciudad de Montevideo.
El contenido del mismo refirió al fortalecimiento de la organización sindical, efectuándose una puesta al día del proceso que ha venido desarrollando el sindicato. Asistieron autoridades de gobierno, dirigentes sindicales. De Salto participaron del encuentro nacional las trabajadoras Patricia López, Alba Olivera, Nelly Laguna, Karina López y Lourdes Antuúnez. Hubo gente de todo el país.
CONFLICTO: «NO SE CONTEMPLAN RECLAMOS»
El mismo 5 de diciembre también se desarrolló la Asamblea Nacional del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD). En la misma se resolvió «declararse en conflicto y no presentarse en el Consejo de Salarios convocado, porque la propuesta presentada tanto por el Ministerio de Trabajo como el de Economía, no cumple con los lineamientos aprobados por el Consejo Superior Tripartito». Se han establecido contactos con algunos legisladores, como la senadora Lucía Topolansky (Frente Amplio). La organización sindical ha solicitado audiencia tanto al presidente de la República, como con otras autoridades del gobierno, de las que se han concretado solo algunas. Según indicó López, los motivos de conflicto tienen que ver con una plataforma del sector que no ha sido contemplada «en nada, ni siquiera en los aumentos».
RECLAMOS: SALARIOS Y SALUD LABORAL
Los trabajadores solicitan «que toda trabajadora que se encuentre amamantando a su hijo gozará de medio horario, debiendo el empleador abonar el salario íntegro». También se aspira a «un complemento al subsidio por enfermedad y por maternidad, a un 25% sobre el salario por nocturnidad (entre las 22 hs a las 6 hs), y a un salario vacacional equivalente al 120% del salario líquido». Se plantea, asimismo, una prima por presentismo del 10% del salario base, un preaviso «toda vez que se decida el despido, la necesidad de cursos de capacitación». Finalmente se solicita la conformación de una Comisión de Seguridad y Salud a los efectos de «prevenir riesgos como las tareas repetitivas, movimientos de flexión y extensión, carga de objetos pesados, exposición a fuentes de calor y objetos cortantes, manipulación de productos de limpieza con diversos grados de toxicidad y exposición prolongada al polvo y manipulación de energía eléctrica en los utensilios».
EL 99,2 % DEL SECTOR ES MANO DE OBRA FEMENINA
En un trabajo elaborado este año por la Asesoría General en Seguridad Social del BPS, las sociólogas Leticia Pugliese y Silvia Santos, actualizan un informe sobre «la situación de trabajo doméstico en el país». Del documento resulta que «en Uruguay el trabajo doméstico representa el 7,7% del total de ocupados, el 17.6% del total de mujeres ocupadas y se trata de un trabajo casi exclusivamente femenino; el 99.2% son mujeres en esa ocupación. Estas trabajadoras tienen bajo nivel de escolaridad: la mayoría sólo cursó estudios de primaria (52.7%), con secundaria incompleta se encuentra el 33.2%. En cuanto a los tramos de edad las mayores concentraciones se dan entre los 35 a 54 años, aunque hay trabajadoras domésticas a partir de los 14 años de edad y también adultas mayores». También se indica que «la actividad del servicio doméstico en nuestro país, al igual que en otros países de la región, es una de las que presenta los mayores índices de informalidad y de elusión».
ESPECIAL VULNERABILIDAD
Como consideraciones finales el documento indica que «el trabajo doméstico es una actividad con características particulares tanto por la relación laboral como por el ámbito de trabajo en el que se desarrolla, que provoca que quienes participan en ella sean especialmente vulnerables. Ha tenido históricamente una protección inferior al resto de las ocupaciones, incorporándose a los beneficios laborales y de la seguridad social en forma tardía e insuficiente. Este segmento de los servicios es casi exclusivamente femenino, el 99% de los trabajadores son mujeres. Estas provienen de sectores populares, cuentan con baja calificación, realizan un tipo de trabajo que es desvalorizado socialmente, que por realizarse en casa de familia se encuentran aisladas de otras trabajadoras de su mismo sector de actividad, y presentan alta movilidad». Pero en los últimos años se pueden apreciar «tendencias positivas de aumento en el ejercicio de derechos y amparo del sistema de seguridad social». Se expresa, igualmente, que «es aún alta la proporción de trabajadores no afiliados al sistema y que revertir esta situación no es sencillo, porque la evasión no se debe a un afán de no aportar y transgredir las normas, sino que existen características propias del tipo de trabajo y de relación laboral».