Robots, el universo, los hielos continentales y enormes dinosurios son algunos de los puntos más destacados de la mega muestra que recorre de ciencia y tecnología de la Argentina
Tecnópolis, la mega muestra de ciencia, tecnología, industria y arte argentino más grande de América latina ya abrió al público y promete ser durante cinco semanas, el lugar indicado para conocer el desarrollo de la actividad científica y tecnológica del país, a lo largo de sus 200 años de historia.
Con un gran despliegue y colorido en las escenografías y stands , la exposición, que abre de martes a domingo de 12 a 20, con entrada libre y gratuita, abarca 50 hectáreas en el predio ubicado en Villa Martelli, sobre la avenida General Paz, entre Constituyentes y Balbín, donde funcionó el Batallón 601 durante la última dictadura militar.
Lanacion.com recorrió todos sus pabellones para adentrarse en los principales ámbitos de la ciencia y la tecnología, según los cinco continentes en que fue divida la gran muestra que cierra los festejos por el Bicentenario: Aire, Agua, Fuego, Tierra, e Imaginación. Y por ello recomienda los 10 stands más impresionantes que el visitante no puede dejar de conocer.
1- Viajar por el espacio
Ya desde afuera de la feria tecnológica se destaca la imponente presencia del cohete Tronador II, la lanzadera que representa el futuro del plan espacial argentino, que custodia la pirámide de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Allí, uno puede virtualmente viajar por el espacio y ver Tecnópolis, mientras se tripula una nave en el vacío mediante imágenes tomadas por los satélites argentinos que orbitan la Tierra. El recorrido se realiza entre modelos a escala de satélites, entre ellos el SAC-D/Aquarius, recientemente lanzado en forma conjunta por Argentina y Estados Unidos, mientras las constelaciones interactúan alrededor.
2- El sueño de volar
Después de observar de cerca íconos históricos de la aviación argentina como lo son el Pulqui I (primer avión a reacción argentino y sexto en el mundo) y II, además del legendario Pucará, que se destacó en la Guerra de Malvinas, quedan las ganas intactas de subirse a uno de estos aparatos y experimentar un vuelo. Eso se puede lograr sentándose en la butaca de un avión de escala real para pilotearlo en simuladores de vuelo de última generación. En el espacio de Aerolíneas Argentinas también se puede caminar entre las turbinas y los motores de las máquinas que surcan hoy en día los cielos el país.
3- Vivir en la Antártida
Dentro del pabellón Agua, la instalación propone un fascinante viaje a la Antártida , donde se narra en pizarras la historia de las bases argentinas que hace 107 años hacen patria en uno de los lugares más hostiles del mundo. Después de vestir el típico traje naranja, se puede caminar por las pasarelas del mirador del glaciar Perito Moreno, y ver, escuchar y sentir el rompimiento de sus gigantescas paredes sobre las aguas heladas del Lago Argentino. Se trata la experiencia más espectacular de ese sector: ver los bloques de hielo traídos del continente blanco del tamaño de un auto, sintiendo los 7 grados bajo cero que se respiran en el lugar.
4- Ser el curso del agua
Adentrarse en un túnel y experimentar el recorrido que hace el curso del agua desde las entrañas de la Tierra hasta llegar a la canilla de una cocina vuelve locos a quienes lo recorren. Además, el stand de AySA propone conocer datos relevantes sobre su consumo: se utilizan 390 litros mensuales por cada lavado de dientes con la canilla abierta; o que para producir un kilo de lechuga se necesitan 126 litros de agua. Para un kilo de pan es necesario 1300 litros. Los dispositivos didácticos explican los beneficios de la correcta administración del recurso esencial y por la noche, toda la estructura se transforma en una gran caja lumínica, que resplandece en medio de Tecnópolis.
5- Experiencia Yacyretá
Bajo el domo de una inmensa semiesfera de más de 20 metros de diámetro, el stand de Yacyretá revela en Tecnópolis algunos de los secretos que viven en el fondo de la presa mediante sistemas informativos que interactúan con los visitantes y los sorprenden en cada paso. En el ingreso, el visitante es protagonista de la realidad virtual que le permite verse a sí mismo dentro de una pantalla y apreciar sobre sus manos una breve introducción al mundo de Yacyretá. Sigue un acuario virtual en el que literalmente se puede tocar un dorado y de inmediato aparece un cuadro con la información en detalle sobre la vida de cada especie de la fauna ictícola que habita el embalse.
6- ¿Cómo se originó el Universo?
Seguramente es la gran pregunta que todos nos hacemos y que nos gustaría conocer su respuesta. Ni que decir si somos testigos presenciales de ese acontecimiento. Vivir el momento exacto en que ocurrió el Big Bang e introducirse en un simulador del Gran Colsionador de Hadrones, que en su instalación real en Suiza busca los orígenes del Universo es realmente una experiencia fascinante para comenzar a recorrer el pabellón Fuego. Y si eso es increíble, el hecho de poder sentir en el cuerpo el choque de partículas con el que se creó la Tierra, es sencillamente una experiencia de otro mundo. Para vivir esto en primera persona, un video 3D estereoscópico sobre una pantalla de 180º te va a explicar los detalles técnicos de la sofisticada maquinaria y los alcances de la investigación que involucra a científicos de 35 países, entre ellos la Argentina.
7- Vivir el ciclo de fisión de un átomo en un reactor nuclear
A través de varios domos, se puede llegar hasta el corazón de la energía nuclea , ingresando a un cubículo cuyo movimiento y vibraciones dan la sensación de descender al centro de un reactor y presenciar el proceso de fisión del átomo. El proceso va desde la exploración y explotación minera del uranio hasta las aplicaciones que benefician a la sociedad del modo más directo: núcleoelectricidad y medicina nuclear.
Un reactor en el centro del domo recrea el proceso de fisión del átomo, mientras un video 3D exhibe los detalles del reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), un proyecto íntegramente argentino que suministrará energía a pequeñas ciudades y, en la medida que aumente su población, podría extenderse mediante el sistema de módulos.