El 1ro de febrero se celebra el día de la Mae Iemanjá y La Mae Florencia Lle de Oxum, nos revela la historia del templo de Pae Richard Soto de Xangó desde hace muchos años celebra la víspera de la Mae Iemanjá. Hoy se le da un enfoque diferente; no se trata de ir solamente a la playa a entregar la barca y hacer los cantos a Iemanjá, sino que se procura brindar una mirada cultural al evento, puesto que es la madre de los Orixás.
La celebración se llevará a cabo en la costanera, en la zona del monumento a Iemanjá.
“Nosotros como colectivo umbandista queríamos que no solamente la sociedad viera que se va a ritualizar, sino que Umbanda tiene un contenido cultural” – declaró la Mae Florencia
Por ello ha sido convocado un grupo femenino que expresará sus cánticos a la Mae Iemanjá, pidiéndole la licencia a Oxum que es la orixá regente de este 2022, la orixá dueña del agua dulce. Se llevarán a cabo danzas en honor a Iemanjá y Oxum. El evento dará comienzo este martes a las 20 30 horas y se invita a la comunidad umbandista y a toda la comunidad de Salto que quiera participar.
Iemanjá recibe cualquier artículo femenino que quiera ser ofrendado, como perlas, maquillaje, perfumes, jabón de tocador, peines, espejos, sandías, merengues, sidra y fanta.
“La idea es que esta diosa milagrosa pueda transmitir a todos mucha paz y mucha salud” – reveló Mae Florencia.
Considerada la «reina de las aguas», esta divinidad proviene del pueblo Yoruba, en el oeste africano. Este pueblo comparte una lengua en común, creencias y tradiciones espirituales. Las deidades yorubas se llaman orishas, y cada una tiene su leyenda y una función en el universo: son las divinidades del amor, del fuego, de la pesca, de la justicia, de la música, de la guerra, de la sabiduría, de la fertilidad. En el caso de Iemanjá, es la orisha del agua salada, protectora de los pescadores y de las familias en general. Es también la orisha femenina más importante de toda la religión.
Iemanja es un Orixá, es decir, una manifestación de la divina creación de Olodumare «Dios», por lo que no se debe confundir con una Diosa, sino que es una divinidad. En Yoruba, su nombre originario es Yemoja, que significa «Madre de los peces o Madre cuyos hijos son los peces».
La cultura y religión Yoruba se expandió fuera de África hacia el continente americano debido al tráfico de esclavos, en donde fue adoptando diferentes formas sincréticas. Cada culto a los orishas fue tomando las distintas características del lugar en donde se asentaron los fieles. Esta es la razón por la que es venerada y nombrada de formas diferentes según la región.
Cuenta la leyenda que Iemanjá, hija de Olokun, el gobernante de los mares, recibió una poción de su padre para ayudarla a escapar de posibles peligros. Después de un tiempo, Iemanjá se casa con Olofin-Oduduá, con quien tuvo diez hijos, que luego se convirtieron en orixás.
Al amamantar a todos sus hijos, Iemanjá se quedó con unos pechos enormes. Se sintió avergonzada, especialmente después de que su esposo se burlara de ella al respecto. Enojada y triste, Iemanjá decidió dejar a su esposo e ir tras la felicidad.
En este viaje, se enamoró del rey Okerê. Para aceptar casarse con él, Iemanjá le pidió a Okerê que nunca se burlara de sus enormes pechos. Sin embargo, después de emborracharse, el rey comenzó a burlarse de sus pechos e Iemanjá se escapó.
El rey trató de perseguirla para disculparse, pero la reina del mar usó la poción que le dio su padre para escapar de su esposo. La poción la convirtió en un río, que fluyó hacia el mar.
Temeroso de perder a su esposa, Okerê se convirtió en una montaña para evitar que el río llegara al mar, y Iemanjá pudiera volver a él.
Sin embargo, Iemanjá pidió ayuda a su hijo Xangô, quien con un rayo partió la montaña por la mitad, permitiendo que el río siguiera su curso. Así, Iemanjá conoció el océano y se convirtió en la reina del mar.
Yemanjá en el sincretismo religioso
En el sincretismo religioso, Iemanjá corresponde a Nossa Senhora dos Navegantes, Nossa Senhora da Conceição, Nossa Senhora das Candeias, Nossa Senhora da Piedade y Virgen María.
Iemanja es parte del panteón de los Orixás, y al igual que la Afrodita del panteón griego, está rodeada de leyendas y misterios. El dios supremo Olorun creó a cada una de los Orixás, que representan y se clasifican en las diferentes fuerzas de la madre naturaleza. Es así que se veneran a deidades del aire, la tierra, el fuego y el agua, como la bien conocida Iemanja.
Cada Orixá tiene una personalidad, un comportamiento y una historia singular, que lo distingue del resto del panteón, directamente relacionados con el elemento natural que representa. Según las creencias del Candomblé, todos los hombres son hijos de algún Orixá: sus características psicológicas y su aspecto físico están determinados por ello.
Siguiendo con las enseñanzas del Candomblé, cada persona tiene además la influencia de dos deidades principales: el Orixá de frente y el Orixá de atrás. Este par de Orixás protegerá siempre al que los venere, pero un individuo puede además solicitar la protección de otras deidades, hasta completar el máximo de siete. Si en los rituales de la playa ves a un Pai tocándose la frente o la nuca, ello significa que está reverenciando a su Orixá de frente y de atrás respectivamente.