Cuando escuchamos la posición del ex presidente de la CTM de Salto Grande (vertida en entrevista de En Perspectiva), nos reafirmamos en lo que siempre hemos opinado con respecto a la obra de Salto Grande.
En primer lugar, no nos gusta que se siga manejando los cargos en esta obra como un “premio consuelo” para aquellos candidatos o líderes políticos fracasados, como se manejó hasta el 2005 y se volvió a manejar a partir del 2020.
Se ha dicho que siempre y en todo momento hubo “cargos de confianza” en Salto Grande, lo que no se dice es “cuantos”. Rodríguez sostiene que fue el del secretario general de la delegación el único cargo ocupado en estas condiciones
Mientras el Dr. Albisu justifica los más de 30 cargos ocupados por “designación directa” (sin sorteo ni concurso) en estos momentos, debido a que Argentina tenía más funcionarios que Uruguay y necesitaba “normalizar” lo que establece el acuerdo firmado por ambos gobiernos (Uruguay y Argentina) que establece que ambos países deben tener igual número de operarios.
Esto parece razonable, aunque de ninguna manera justifica que se distribuya estos puestos entre adherentes y militantes conocidos de los partidos tradicionales.
Esto desprestigia y ensombrece la democracia uruguaya, porque Salto Grande pasa a ser un coto reservado para ciertos partidos políticos, o quienes piensan de determinada manera.
Lo justo para nosotros, es que cuando se trata de cargos que no requieren conocimientos previos, todos los uruguayos tengan las mismas posibilidades, piensen como piensen y profesen afectos por las ideas que sean.
Otro punto muy importante, con el que tenemos algunas diferencias con la posición del ex presidente, es el referido al desarrollo regional. Más allá de lo que se establece en el proyecto de Salto Grande, porque también hubo posteriormente otros documentos, nada impide que los dividendos que produzca Salto Grande sean usados para apoyar o impulsar proyectos de desarrollo de la región donde se encuentra la obra, región que tanto ha aportado para esta obra.
No liderarlos, ni responsabilizarlos de este desarrollo, pero si contribuir ya sea económicamente.
Siempre bregamos para que esta obra esté dirigida por gente de Salto, en el entendido que es la gente que más conoce la realidad y el aporte de la región a esta obra.
Entendemos, aunque no compartimos, que se mire como una obra de todo el país y no solo como algo local o regional, pero no compartimos que sus dividendos sean volcados a otras partes del país.
A.R.D.