Días pasados los esposos Ricardo Pedrozo y Andrea Alfaro festejaron los quince años de su hija María Pía, viéndose acompañados de familiares y amistades, con los cuales pasaron gratos momentos de sociabilidad y diversión.
El local de Parador Ayuí fue decorado con muy buen gusto, en la entrada estaba el cuadro de firma y una gigantografía de la quinceañera, acompañaban plantas de interiores, en el salón había secuencias de globos espejados y de cristal, se dispusieron en el techo junto a bandas de telas, el sector de los jóvenes en forma de media luna amoblado con puff y varios juegos de livings blancos adornados con almohadones en los colores del arco iris, sobre las mesas ratonas habían bandejas anaranjadas con brochettes de golosinas, una barra de tragos frutales fue habilitada toda la noche. El sector de los mayores ubicados en el exterior bajo la baranda techada, las mesas fueron tendidas con manteles blancos y cubre beige de satén, lucían al medio soportes altos con bouquet de calas y follaje natural, una creación del papá de la quinceañera que también diseñó y realizó el vestuario de la familia.
Un sitio muy visitado fue la mesa de las golosinas, las había de todas las variedades y envueltas en todos los colores.
La mesa principal portaba la torta de cumpleaños de dos pisos superpuestos bañadas de blanco con detalle de calas y follaje, dos soportes con igual detalle floral complementaba la decoración de la mesa, del otro lado habían tres bandejas de espejos donde se agrupaban de a cinco los velones anaranjados y cintas verdes.
En este entorno se lució María Pía con modelo de baile interpretado en piel de ángel blanco, corset bordado con piedras y canutillos, de un costado se desplazaba en diagonal pieza de igual tela retomado en el contrario sobre el talle con guía vertical de rosas y centros bordados, desde allí nacía juegos de drapeados hacia la falda irregular, por debajo continuaba otra falda recta, en el peinado lució broche artesanal con piedras y plumitas blancas.
Fue recibida por sus padres y hermanos Ana Belén y Thiago, luego se acercaron a saludar los abuelos Ramón Pedrozo, Elba Ortiz, Gaspar Alfaro y Mirian Fabbio, también el padrino Martín Pedrozo.
Luego de saludar su papá la invitó a llegar hasta el centro de la pista comenzando con el vals, el cual se prolongó por varios minutos cambiando de parejas, posteriormente ritmos de moda se pusieron al aire disfrutando todos del animado baile y reparto del cotillón con la presencia de una conocida batucada, destacaban los antifaces y vinchas cariocas realizadas por el papá, una obra artesanal decorado con plumas, espejitos y caireles de canutillos.
Entre las elegantes de la noche recordamos a la mamá, lució solero largo de satén y gasa color bordeaux, breteles finitos de canutillos y flores de pétalos sueltos combinando telas de colores y centros bordados, una sola en un bretel dando nacimiento sobre el hombro un panel suelto. Su hermana Ana Belén vistió solero de gasa tono turquesa, con el corsage cubierto de flores de pétalos sueltos y centros de canutillos, falda larga de suave movimiento.
Como muestra de amistad recibió la jovencita múltiples y finos obsequios, siendo estos otro motivo de alegría.