Días pasados con una hermosa fiesta celebrada en el Club Náutico Ibirapitá en Bella Unión celebró los quince años Rina Peralta Susalla, siendo acompañada por familiares y amistades que con su presencia les testimoniaron su afecto.
Dos graciosos mimos recibían a los invitados y los acompañaban por un túnel de globos que desembocaba en el recibidor del club donde estaban los padres de la jovencita Antolín Peralta y Marta Susalla, junto a ellos había una estatua viviente que cambiaba de posición.
Mientras se esperaba la presencia en la sala de la quinceañera sobre una pantalla se pasaban videos y fotos con la historia de su vida, al finalizar se escuchó una suave melodía y se rompió la pantalla apareciendo Rina, la recibió su hermano Mateo.
Lució elegante modelo de fiesta realizado en raso laminado color fucsia, corset destacado sobre la línea del escote con delicados bordados en pailletes plateados, desde el talle nace amplia falda suavemente recogida sobre la parte media hasta el ruedo, complementó su atuendo con largos mitones igualmente bordados en las terminaciones, y en el peinado juvenil lució tiara de strass.
Luego de saludar a sus familiares más directos con su papá llegó hasta el centro de la pista donde comenzó con el tradicional vals, cambió parejas por varios minutos y luego ritmos de moda inundaron la sala haciendo que todos disfrutaran del animado baile y sobre la madrugada el reparto del colorido cotillón.
El salón fue bellamente decorado en los colores blanco, plateado y fucsia, las paredes fueron cubiertas con cortinados y el techo casi escondido con telas blancas que convergían al medio donde estaba el perímetro con la secuencia de globos espejados y luces dirigidas de la discoteca.
Las mesas donde fueron deferentemente atendidos los invitados fueron tendidas con manteles blancos y senderos intercalados en fucsia y plateados, al centro habían altos floreros de vidrio con rosas algunas y otras con gerberas dobles unidas a follaje, mientras que las sillas vestidas los pliegues eran retenidos con guías de hiedras. Dos mesas bien diferenciadas se ubicaron en diferentes ángulos del espacioso salón, en una estaban la variedad de dulces, siendo la misma muy visitada por los jóvenes, la otra estaban los platos fríos y adornada al medio con destacado arreglo con frutas de estación, gerberas color fucsia y extensiones de hiedras y otros follajes.
Sobre un costado de la mesa principal se encontraba un baúl antiguo adornado con tela satinada fucsia igual a la del vestido de la quinceañera, en él se depositaban los regalos.
Llegado el momento de elevar las copas en el brindis y cantarle el feliz cumpleaños tomó mayor relevancia la mesa principal donde estaba la torta de tres pisos superpuestos decorados en blanco y fucsia, acompañaba soberbio candelabro plateado con sus ramas extendidas, sostenían los quince veloncitos del centro de la felicidad junto a gerberas dobles de color fucsia entre las hojas, una bella obra artesanal; en el otro extremo de la mesa habían cuatro copas decoradas para el brindis familiar.
La ceremonia de las velas la quinceañera la realizó desde el árbol de la vida otra obra artesanal de gran belleza, donde las velas estaban encerradas en potiches de vidrio e importante arreglo floral en la base del candelabro.
Recibió esta jovencita muy lindos y finos obsequios.