Pablo Sánchez junto a Ricardo Lagos
El artista plástico Pablo Sánchez, tallerista del departamento de Cultura de la Intendencia de Salto, hizo un repaso del proyecto de Muralismo desarrollado durante el año 2019 junto a su colega Ricardo Lagos, que dio lugar a la realización de murales en distintos puntos de la ciudad de Salto e incluso en localidades cercanas, junto a instituciones y grupos locales.
«Es un proyecto que se inicia dentro del departamento de cultura de la intendencia. Lo proyectamos junto a Ricardo Lagos.
Inicialmente se hizo un llamado público a instituciones, grupos, etc que les interesara materializar un mural.
Nuestro objetivo fue y sigue siendo que los trabajos surgieran de un proceso creativo en conjunto con los interesados y no un trabajo personal de nosotros.
Respecto a la estética de las imágenes generadas, no se busca que sean reproducciones fieles de algo o de alguien particular, sino que la apuesta pasa por habilitar y activar el lado creativo del ciudadano dándole la libertad de lectura cuando el encuentro con el trabajo se produce».
La idea es que la experiencia sea educativa y cuando digo educativo me refiero a que se vaya más allá de comentarios como: esta igualito que fulanito!!!, se parece a…?, para permitir el viaje a la infinidad de lecturas y se transforme en un acto más democrático.
El proceso en cada institución se inicia con talleres que involucran lo corporal, el cuerpo en relación al entorno, a las personas y desde allí arrancamos
En esta edición la propuesta tenía que ver con generar, generar nos aperturas, abrir puertas, ventanas, huecos para sorprendernos y descubrir nuevas cosas
La pregunta será ¿Qué hay detrás de…?
Y a esto vincularlo con una temática que tenía que ver con el mundo de las leyendas donde lo supuestamente imposible puede vivir en su realidad. Y allí jugamos a hacernos preguntas: ¿Cuál es la realidad?, ¿Y la verdad?
Profundizando en eso es que empiezan a aparecer las imágenes y las relaciones con la vida de cada participante.
Los sueños., los deseos, los anhelos, los miedos, etc, de cada uno y del conjunto de los participantes.
El carácter lúdico predomina para creer de que es posible y que a lo que vamos a llegar va más allá de la belleza estándar y de lo técnicamente aceptado para dialogar más con el mundo de las metáforas visuales. Porque de lo contrario, si las producciones fueran por otro lado, daría lo mismo imprimir un banner en lugar de pintar un muro que para nosotros esa forma aporta directamente a que las personas permanezcan en su lugar de confort, inactivos y aceptando lo ya conocido
No es parte del proyecto obrar desde la seguridad sino al contrario, la duda es nuestro motor de acción que invita a hacernos preguntas para seguir.
Este proyecto no termina con el mural sino que continúa con el diálogo con los participantes y el entorno y la población en general.
Una cosa a destacar es de que es un proyecto local, nuestro y no importado. Con talleristas locales que dialogan e intercambian con las personas que materializan plástica mente hablando
Roland Barthes.
Estamos ante una verdadera era de la imagen, pero poco se reflexiona sobre el poder y el legado que hay en el acto de crearlas.
En nuestra cultura visual se comienza tratando de encontrar un ideal en la belleza, porque nadie nos enseña a dudar de ella. La tiranía de lo bello, de lo sublime y de lo reconfortante nos aleja de lo que nadie quiere ver.
La idea de la belleza reduce la experiencia humana y mutila las infinitas posibilidades estéticas y expresivas que existen en lo feo, lo grotesco, lo aterrador. Como todo lenguaje, el de las imágenes evoluciona según nuestra necesidad de comunicarnos.
En las imágenes se hace presente con frecuencia un elemento no enteramente racional, que se le podría llamar mágico, diabólico o divino, según el caso.
La propuesta tiene como eje temático lo sobrenatural, lo oculto, lo subyacente y subterráneo, que da vida e influye de múltiples maneras en la vida cotidiana de los seres humanos ligados geográficamente a los lugares.
El dialogo con los participantes será constante y se producirá a través de narrativas visuales que permitan materializar en imágenes sus pensamientos.
Entre otras cosas, la experiencia será: escuchar y atender las inquietudes de la comunidad sobre su entorno y hacerlas dialogar con la temática central. Por eso, consideramos fundamental generar mecanismos de participación y conversación pública.
Ya con la imagen resultado, el encuentro con la pintura tendrá que significar un diálogo entre la anécdota, los que pintan y el entorno.