«Es importante el seguimiento cuerpo a cuerpo del joven
que ingresa al programa», indicó la Psic. Lucía Minutti
El Programa Miguel Magone es – en su esencia – de ejecución de medidas judiciales establecidas a partir del Código de la Niñez y la Adolescencia en el Art. 80, que habla de las medidas no privativas de libertad.
Frente a un adolescente que cometió una infracción, el juez penal estudia si amerita o no iniciar lo que se denomina el Juicio de Responsabilidad.
La Coordinadora de dicho programa, Psicóloga Lucía Minutti informó que “el índice de reincidencia (de los jóvenes que ingresan al programa) es de entre un 25 a un 29 por ciento y que es muy importante hacer un seguimiento cuerpo a cuerpo a los adolescentes.
El adolescente, a partir de los trece años y del Código de la Niñez y la Adolescencia en función de la Convención de los Derechos del Niño considera que a partir de esa edad, el joven es responsable.
En consecuencia la Justicia Penal inicia el juicio de responsabilidad.
Posteriormente el juez determina una medida cautelar y se comienza con el proceso, donde en el caso de los menores, los plazos son diferentes.
El juez resuelve en función del delito que se haya cometido de la infracción a la ley penal, el tipo de medidas.
El código establece que para los delitos graves o gravísimos (en caso de homicidios o violaciones) la medida es la privación de libertad.
A su vez determina que para otros delitos que son considerados menores, puede precisar medidas que no sean privativas de libertad, pues el Código de la Niñez y Adolescencia a partir de la Convención que fue ratificada por Uruguay hace veinte años, establece que la privación de libertad debe ser el último recurso que se tiene en el caso de los adolescentes “porque están en una etapa de la vida en la cual hay que trabajar en su desarrollo” – indicó Lucía Minutti.
PROGRAMA EN
CONVENIO CON INAU
Allí entonces es que entra a funcionar el Programa Miguel Magone, provisto de medidas socio-educativas. Dicho programa se moviliza en convenio con INAU, organismo administrador de la medida judicial.
El joven ingresa al proyecto a través de un oficio del Juzgado Penal o del Centro de Derivación de INAU (derivado por el juez).
En Salto es el único programa de ejecución de medidas y funciona en Salto a partir del 2004.
Las medidas judiciales pueden ser: la libertad asistida, libertad vigilada, orientación y apoyo o la prestación de servicios a la comunidad, ésta última que aún no se está implementando en el departamento.
En función y medida del tiempo por el cual en chico esté en el programa (de acuerdo a lo dispuesto por la justicia).
En base a un diagnóstico situacional se resuelve en conjunto con el joven un proyecto socio-educativo.
Incluye el trabajo sobre la responsabilidad, no solo la penal, sino el ir asumiendo las consecuencias de las acciones que se realizan en la vida cotidiana y en la construcción de ser un ciudadano responsable.
Cabe considerar que no se realizan trabajos grupales, sino personalizados.
“Por ejemplo, podemos tener a un chico de 13 años que no sabe leer ni escribir y por otra parte atender a un joven de 17 años que va al liceo” – explicó la profesional.
Se trabaja en coordinación con una asistente social, abogado, educador y psicólogo.
Lo chicos concurren y luego se les hace un diagnóstico, va a entrevistas y luego se establece un programa de acción que incluye encuentros con cada integrante del equipo.
A su vez la asistente social se conecta con el entorno familiar y se trabaja con las inserciones de los adolescentes en otras instituciones de la comunidad.
Los jóvenes en consecuencia se comprometen a cumplir con un programa que tiene metas establecidas (ir al liceo, concurrir al programa, culminar el ciclo escolar, entre otras propuestas y dependiendo de cada caso en particular).
Algunos tienen permiso de INAU para trabajar, sin dejar de concurrir al programa por el tiempo estipulado, como anteriormente se explicó (puede ser de dos meses hasta diez, según el delito).
LA ATENCIÓN PROMEDIO DE
VEINTE ADOLESCENTES
Si bien va variando la cantidad de jóvenes atendidos por mes, el promedio es de veinte.
El programa tiene ya cinco años de funcionamiento y consultada por EL PUEBLO la Coordinadora Minutti indica que el grado de reincidencia es menor ante la medida de internación o privación de libertad.
Los porcentajes de reincidencia andan en alrededor del 25 y 29 por ciento.
Este año se sumó el tema de la pasta base, pero en un número mínimo de jóvenes. La mayoría son chicos que han abandonados los estudios y diferentes actividades.
Se trabaja en red con otras instituciones de la comunidad como El Portal Amarillo de Montevideo, Hospital, etc. El programa Miguel Magone hace todo el sostén y la coordinación de todas las acciones.
“Hasta el año pasado venía descendiendo el número de adolescentes. Este año rebrotó. Es fundamental hacer un seguimiento cercano a esos chicos” – precisó Minutti.