El promedio de consumo aumentó cerca del 400 %
Una imagen cotidiana. Sea en Punta del Este, Rocha, Pinamar o Mar delPlata, es llamativo ver adolescentes realizando la «previa», (o como se le dice ahora «pre») juntarse para tomar alcohol. La película parece repetirse noche tras noche: chicas de 14 años con botellas de alcohol en una mano y de gaseosa en la otra, zigzagueando entre los autos. Emborracharse, con los riesgos que esto implica, parece ser la nueva forma de divertirse en muchos jóvenes.
En promedio el consumo de alcohol aumenta casi un 400% con respecto al consumo en invierno. La bebida de mayor preferencia es la cerveza, del total de bebida ingerida, el 75.5% corresponde al consumo de cerveza, el 18% a la bebida blanca y el 6.5% al vino.
Con respecto a las drogas, según el último estudio realizado entre las personas que han consultado Fundación Manantiales, el 48 % ha comenzado su consumo durante la temporada de verano.
El estudio también demuestra que la edad de inicio es entre los 13 y los 14 años y que entre las drogas más consumidas para esta primera experiencia, se encuentra la marihuana con un 88%, seguida de la cocaína y el éxtasis. Sin embargo pasados los dos años de consumo esta tendencia se modifica, aunque no se deja de consumir marihuana, existe un aumento significativo en el consumo de cocaína y drogas sintéticas, sobre todo en verano.
Según las investigaciones del Departamento de Prevención de nuestra institución las causas de este fenómeno se relacionan con que en verano se dan varias condiciones diferentes a otras épocas del año: menor control de los padres, menos límites, mayor cantidad de tiempo ocioso, menor cantidad de responsabilidades, mayor influencia del grupo de amigos, mayor apertura a nuevas experiencias, más contactos sociales y salidas, aumenta la oferta de droga y alcohol. En cuanto al alcohol una de las variables se asocia a la mayor ingesta de líquidos durante el verano, pero también hay variables que se deben a la percepción de que el alcohol posibilita divertirse más y tener un mejor estado de ánimo.
Los motivos por los cuales una persona empieza a consumir son diversos, entre ellos está la curiosidad, la búsqueda de nuevas experiencias o la necesidad de pertenecer a un grupo.
Sin embargo para que el consumo continué deben influir otros factores además de la curiosidad, existen tres factores a tener en cuenta: familiares, individuales y sociales.
El primer factor es de suma importancia, todo adicto es el portavoz de un conflicto familiar, cuando el grupo familiar es poco continente, violento, disgregado, sin roles claros, sin límites, padres con pocas expectativas respecto de sus hijos, es más probable que el hijo sea adicto.
Las características individuales de las personas con adicción son baja autoestima, sistema de valores poco definidos, rehúyen a lo que les provoca frustración. El individuo es reflejo de una sociedad, ellos se caracterizan por ser hipersensibles a lo que sucede.
Desde un plano psicológico, las personas consultadas refieren haber sentido antes del uso de drogas, sentimientos de vergüenza respecto de su familia: 78.9 % y de si mismo: 29.1%, por la situación económica de su familia: 60.2%, por defectos físicos: 14.7%. También refieren sentimientos de inseguridad previos al consumo el 65,7% de ellos y un 86.9% sentimientos de soledad.
Las adicciones se basan en tres puntos fundamentales: el deseo, la tolerancia y la dependencia. El deseo estimula al consumo, surge de la sensación de bienestar que produce la droga o de la idea de seguir con ese bienestar con determinados comportamientos, este deseo puede llegar a ser incontrolable.
La tolerancia es un hecho fisiológico: el organismo se acostumbra a ciertos estímulos y deja de notar sus efectos, puede desarrollarse de una manera relativamente rápida.
Y por último la dependencia, ésta puede ser física, cuando el organismo requiere la presencia de una droga para asegurar su funcionamiento sin traumas físicos; o psicológica cuando existe igual que la física aunque sus efectos son menos espectaculares.
Hay sin dudas drogadictos de todas las edades y de todos los estratos sociales. Sin embargo es durante la adolescencia cuando las personas son más vulnerables a contraer este tipo de vicios y esto se produce más precisamente durante los meses de vacaciones.
En especial son la Costa Atlántica argentina (Mar del Plata, Pinamar, Villa Gessel, Mar de Ajo, San Bernardo) y la Costa de Uruguay (Costa de Oro y el Este uruguayo) lugares claves para el inicio en el consumo de alcohol y estupefacientes.
Los datos demuestran que el 48 % de las personas adictas se inició en el consumo en la temporada estival, el 61 % lo hizo a los 14 años y el 88% empezó fumando marihuana. De estas cifras se desprende que el 82 % de los consumidores son hombres, y un 18 % mujeres en relación a las drogas ilegales.
En relación al alcohol, en la franja etaria de 14 a 17 años, el 61 % de los que consumen son hombres y un 39 % mujeres, mientras que en la franja de edad entre 18 y 22 años, el 57 % son hombres y el 43 % mujeres. No obstante, las imágenes que vemos en la calles son mayormente de mujeres adolescentes borrachas, esto se da porque el ADH (alcohol deshidrogenasa), que es la enzima en la mucosa gástrica que destruye el alcohol, tiene menor actividad en las mujeres que en los hombres. Esto explica porque en las mujeres se alcanzan mayores niveles de alcohol en sangre que en los hombres cuando se ingieren las mismas cantidades de alcohol.
Fundación Manantiales
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