Realmente afligidos, en algunos casos hasta con crisis de angustia, se encuentran vecinos de barrio Malvasio, más precisamente de calle Artigas al 2700, proximidades de la Avenida Reyles, por un basural que crece día a día, desde hace años, sin que aparezca la solución.
No solamente bolsas de residuos domiciliarios desparramados en importante cantidad -incluso abundantes ramas producto de podas- sino además animales muertos y proliferación de ratas, ratones y otros roedores, hacen que la gente del lugar se haya acostumbrado a llamar a este sitio como «Basurero».
Se trata de un terreno en donde existe una casa a medio demoler, y hasta allí lamentablemente es común que lleguen personas que viven cerca, pero también otras de más lejos, a arrojar todo tipo de desperdicios.
EL PUEBLO pudo saber, según personas allegadas al lugar, que el terreno es actualmente propiedad del Ministerio de Vivienda, entidad a la que incluso una familia del lugar envió una nota redactada por un profesional (escribana), por lo que pagó la suma de 600 pesos, en la que se solicitaba una solución, pero nada ha ocurrido. A esto se suman cinco denuncias realizadas ante la Intendencia, la que elude responsabilidades con el argumento de que «es propiedad privada».
«Los más perjudicados somos los vecinos que vivimos más cerca del terreno y los que tenemos niños, y niños enfermos como yo», contó a este diario una vecina, quien dijo además que «este problema ya tiene siete u ocho años; ustedes no se pueden imaginar las ratas que hay, tengo un hijo con retraso del desarrollo, y dos hijos asmáticos crónicos y con alergia crónica, y ellos no pueden vivir entre la mugre y las ratas; porque además cuando llueve, el agua de ahí, con todo el olor a podrido que tiene, corre hacia adentro de casa».
Esta misma persona, una vez sufrió en su propio domicilio la mordedura de una rata: «estaba durmiendo y me desperté a eso de las 3 de la mañana, me corría algo por acá (se toca la frente) y cuando me levanto y me miro veo que es sangre, incluso tenía el agujero del diente del animal, era una rata. Fui al médico, y con el papel del médico fui a la Intendencia y me dijeron otra vez que al ser del Ministerio es propiedad privada y entonces no pueden entrar a limpiar sin autorización».
En definitiva, es este un caso que ya supera ampliamente una cuestión de estética del lugar, que por supuesto afecta; lo grave ahora es el riesgo para la salud de la población. Por ello, es que los vecinos exigen una rápida intervención de las autoridades: del Ministerio que es el propietario del sitio
Preocupa el «basurero» de calle Artigas al 2700

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