Con Claudia Almada
Chófer de Recolectora de Intendencia de Salto
«Me siento una mujer satisfecha por lograr tanto, en tan poco tiempo»
Claudia comenzó siendo funcionaria municipal en el año 2006 en recolección, sector barrido.
Con el correr del tiempo, contó con la posibilidad de cambiar de actividad, sorprendiéndonos con el puesto en el que actualmente se desempeña, como la única mujer chofer de recolectora en el departamento.
Tiene una familia unida, a la que dedica todo el tiempo posible y está muy satisfecha con los placeres que la vida le brindó.
Cuando le preguntamos: ¿Qué actividad llevaba a cabo cuando ingresó a la Intendencia?, esto nos respondió:
Estaba trabajando en el Packing de Caputto, donde lo hice durante nueve años. Me retiré cuando salí sorteada con el puesto de trabajo en Intendencia.
¿Cómo fue el proceso de espera a ser sorteada?
Fue por casualidad que presenté currículum.
Un compañero al levantar el formulario para él, llevó dos en vez de uno. Me ofrece el que quedaba, preguntándome por qué no me presentaba yo.
Pasó el tiempo y quedé sorteada y él no.
Pero quedé como suplente del suplente y tuve suerte. ¡Ya era para mí!
Porque en el packing donde estaba trabajando, muchas compañeras se habían anotado para el sector limpieza.
¿Por qué eligió usted una tarea distinta?
Porque no quería trabajar más adentro, como encerrada. Hacía mucho tiempo ya que trabajaba en Caputto y estaba aburrida de estar así. Me gustaba más andar en la calle trabajando y fui la única que me anoté para barrido, ya que se podía elegir qué sector se pretendía.
¿Cómo fue el primer día de trabajo?
Me tenía que presentar a las 6 de la mañana y cuando eran las 5 y poquito llegué, sin saber qué iba a hacer.
Soy una persona que me cuesta sociabilizar con la gente. Después que conozco, sí me abro y me llevo bien con todos. Pero cuando llegué, estaba muy apartada, sola y había solamente un encargado que me dijo que esperara allí, que ya llegaban las otras barrenderas y así lo hice.
Cuando llega el momento de comenzar, me sacan a la calle y comencé barriendo la Costanera.
Hacía calor insoportable, era en pleno diciembre y no había llevado agua, porque no sabía qué me esperaba en la tarea.
¿Salió sola?
Sí. A la costa fui sola.
Con el tiempo salíamos de a dos y en la tanda que yo entré, éramos tres mujeres, pero las otras dos no continuaron. Se fueron antes.
¿Qué zona le correspondió?
Costanera Norte a partir de 19 de Abril, para el lado de la Virgen de Iemanya.
Fue muy duro. Barría un poco y pensaba: «voy a hacer que mis hijos estudien para que no pasen por esto».
Entre el calor y el cansancio, era agotador.
Y el hecho de no haber llevado agua, fue peor aún.
¿Cómo está conformada su familia?
Por mi esposo Ruben, que también trabaja en la Intendencia y cuatro hijos: Yuliana, Yesica, Ezequiel y Guadalupe. Además de 7 nietos.
¿Cuánto tiempo estuvo en el barrido?
Mucho tiempo, en varias zonas.
¿Ha notado cambios en el sector?
Sí. Cambió mucho el barrido de aquella época a hoy.
Antes teníamos una zona para hacer, actualmente se hace por calles de a dos.
Luego fue en forma individual, con la suerte de que llegó la barredora hace un tiempito. Otro cambio importante que noto, es el compañerismo que antes existía y ahora ya no. Cambió mucho en estos últimos tres años. Ha desmejorado la parte humana, entre compañeros.
En cuanto a la estructura también hubo cambios, como el techado del local, haciendo todo mucho más cómodo. Con un comedor, un vestuario mejorado. Encuentro que en el período pasado, la gente que entró fue en otras condiciones, con muchos más beneficios. No tuvieron que lucharla como la luchamos nosotros.
¿A qué se debe?
Las políticas son distintas.
Cuando ingresamos los que lo hicimos en mi época, una de las cosas carentes, era el hogar constituido, no teníamos asignación, no contábamos con la paga por insalubridad, entrando como zafrales con un sueldo de $ 3500.
La gente que entró en el período pasado, ya lo hizo con todo esto incluido, incluso con un grado. Nosotros no. Pasamos 5 años, cobrando ese sueldo.
Cuando llegó Coutinho, implementó todos los beneficios con los que contamos hoy. Otras medidas eran cuando una persona faltaba o no servía, directamente se quedaba sin trabajo. En el período anterior no fue así.
La gente que entró en mi período, tenía que servir. Cumplir y trabajar, la peleamos. Me parece como que nos enseñaron y nos ganamos el puesto en el que estamos. Comparado con la gente que entró después, es distinto. Trabajábamos de lunes a sábados, 6 horas. Y si teníamos que ir cuatro veces en la semana en la tarde, íbamos. Ahora no lo hacen.
O trabajar todos los domingos, lo hacíamos, hoy no lo hacen. O si les dicen para ir un día feriado, directamente no van. En cambio nosotros hicimos todo lo posible responsablemente y cumpliendo. Ellos ya entraron permanentes y con un grado.
¿En aquel tiempo era suficiente dinero el sueldo?
Sí, era plata.
Pero nosotros también nos acostumbramos con los $ 3500. Hoy no nos alcanza con el que tenemos.
¿La situación económica había cambiado?
Sí.
Yo no tenía casa, vivía en el fondo del terreno de mis padres en un ranchito. Contaba con una moto, porque salí beneficiada en un sorteo en Caputto. Luego de entrar a la Intendencia, prosperamos.
Logré mi casa, mi moto, mi auto y cada uno de mis hijos, tiene su moto.
Fue un antes y un después.
Lo que nunca pude darle antes a mi familia con un sueldo muy bajo, lo pude hacer después. Siento que he criado a mis hijos como pude haciendo lo mejor, pero cuando ingresé a la Intendencia, creo haber tenido suerte en la vida.
Mis compañeros y yo estamos más tranquilos porque estamos presupuestados. Es decir que al trabajo lo tenemos seguro.
¿Cuál es la tarea que lleva adelante hoy?
Me desempeño desde hace un año en la máquina levanta-contenedores como chofer de la recolectora.
Lo realizamos conjuntamente con dos peones, en Termas y en toda la ciudad.
Cuando comencé manejando, fue la camioneta del sector. Pasado el tiempo, me correspondió practicar en la recolectora, pero salía a lugares no céntricos y siempre iba con el chofer que la manejaba.
¿Cómo surge la tarea allí?
Estando como barrendera, fue el Director del sector Fernando González quien me lo propuso en la camioneta primero, luego en la máquina y yo acepté.
Cuando lo hace me pregunta si tenía libreta de conducir y le dije que a mi auto si lo manejaba. Me solicitó que me sacara la libreta que necesitaba y yo al principio no lo tomé muy en cuenta. Volvió a solicitarme los papeles y cuando lo hizo por tercera vez, me dijo que si presentaba los papeles, ahí tenía el camión para practicar.
Mi esposo es también chofer de recolectora, empezando mucho antes que yo, eso me dio pie para aprender mucho con él y tomar todos los recaudos. Como en las esquinas, ir un poquito más abierta en la curva, porque el camión es grande. La primera vez, cuando fui a doblar, habían autos de los dos lados y pensé: «¿cómo entro acá?».
Pero actualmente, cuando uno está arriba de la máquina tiene otro panorama. Ve mucho más allá que de arriba de un auto.
También estuve trabajando en la barredora, pero me gusta mucho más el camión.
¿Qué siente cuando sube al camión?
¡El primer día que salí sola, tenía un miedo!
Recuerdo que yo esperaba que alguien me dijera que me bajara. Y en un momento dado, estaba González al lado mío, me mira y cuando yo esperaba que me dijera que me bajara, me dice: «suerte».
Desde ese momento, traté de que mi trabajo sea lo mejor posible.
La gente que me ve, a veces me gritan con frases lindas y a mí me da mucha vergüenza. Pero he escuchado decir que tengo que tener en cuenta que soy la primera mujer que maneja una recolectora.
Actualmente hago toda la parte céntrica en la noche y ya no le tengo miedo y a veces estoy rotando, al igual que mis compañeros. Me encanta.
¿Cómo se siente saber que es la única mujer chofer de esa máquina?
Una gran responsabilidad, pero me gusta mucho. Cuando comencé pensaba con mucho miedo: «¿cómo me metí acá?».
Pero es como dice Fernando nuestro Director: la práctica es todo.
Estoy muy agradecida con él porque de los años que hace que estoy, fue quien me dio la oportunidad de manejar. Les ha brindado oportunidades a personas que nunca la han tenido antes y también están muy agradecidas con él.
¿Con qué disfruta?
Estar con mi familia y ocuparme de mis hijos y nietos. Me gusta mucho estar en casa. Aunque a veces con mi esposo no coincidimos en el horario, pero siempre que podemos, disfrutamos mucho en familia. Cuento además con la compañía de una nieta que vive con nosotros y pronto se va al extranjero.
¿Qué planes tiene?
Mi meta más próxima es mudarme.
¿Cómo se siente hoy?
Una mujer satisfecha.
¿Cómo imaginarme que iba a lograr tanto en tan poco tiempo?