1980: EL COMIENZO DEL FIN
Ernesto Nieto
Prácticamente todos los analistas que estudiaron el tema de las transiciones en América Latina señalan que en Uruguay la salida hacia la democracia, o sencillamente «la apertura», comenzó con el revés obtenido por los militares en dicha instancia electoral. Quizás quién mejor lo sintetizó haya sido Luis Eduardo González cuando dice… «la apertura política comenzó con el fracaso de los militares que no lograron obtener una legitimación plebiscitaria de su proyecto de 1980».
•1 – La Propuesta del Régimen
Veamos a partir de este resumen el intento del Régimen por «cambiar» las reglas de juego con los contenidos que propuso en el plebiscito de 1980:
Principales modificaciones en la organización institucional: Se proponían dos medidas concretas: a) se les daba competencia constitucional «directa» a las FFAA en lo referente a «la ejecución de las medidas tendientes a la preservación de la seguridad nacional»; b) se institucionalizaba al Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), confiriéndole a este «intervención preceptiva en lo relativo a la Seguridad Nacional».
Principales modificaciones en cuanto a los derechos y garantías: Se proponía la «eliminación de la prohibición de allanamientos en horas nocturnas». Se suprimía la «inamovilidad de los funcionarios públicos presupuestados por la Administración Central.» Se instituía el «Estado de Sublevación» dotando al Poder Ejecutivo de Amplias facultades tendientes a la neutralización de aquella situación. Se condicionaba la reglamentación legal del derecho de huelga a la iniciativa privativa del Poder Ejecutivo, a la aprobación parlamentaria por mayoría calificada y al establecimiento de fórmulas de «mediación, conciliación y arbitraje» previas al ejercicio de aquel.
Principales modificaciones en lo referente al ejercicio de la Soberanía y al funcionamiento de los Partidos Políticos: Se proponía la eliminación del doble voto simultáneo.Se estipulaba la presentación de candidaturas únicas por el Partido para cada cargo electivo.Se alteraba la Representación Proporcional Integral, se concedía representación mayoritaria absoluta al Partido ganador de las elecciones y reservando la proporcionalidad para la distribución de los escaños entre las minorías.Se negaba la posibilidad de construir Partidos «que por su ideología, principios, denominación, funcionamiento o componentes, denotaren vinculación o subordinación con instituciones, organizaciones o Partidos extranjeros o con otros estados».
Finalmente: Modificaciones Contextuales hacia la «Transición»: Se preveía que para las elecciones nacionales de 1981 («por corresponder a la iniciación de un perdido de transición») las FFAA buscarían «la concreción de un acuerdo patriótico con los Partidos, sobre la base de candidatos únicos de unidad nacional para los cargos de Presidente y Vice de la Republica.» En caso de no lograrse dicho acuerdo antes del 15 de agosto de 1981 le elección presidencial se regiría por lo dispuesto en el Acto Institucional Nº2 (designación del Presidente de la Republica por el COSENA).
Como vemos, hay tres ejes sobre los que se quería reformular las reglas de juego. En la amplia bibliografía que ha dedicado la academia a las dictaduras y luego al fenómeno de las transiciones el intento de las FFAA (y de muchos civiles) en Uruguay, entra dentro de lo que se ha denominado «intento tutelar»: se buscaba crear mecanismos, en este caso a partir de la reforma constitucional, para «tutelar» aquellas instituciones y prácticas que ponían en «peligro» a la Nación. Se apuntaba a varios de los derechos esenciales de los individuos, reglamentándolos o incluso suprimiéndolos. Pero además, se intentaba regular la actividad de los Partidos: se eliminaba la existencia de aquellos que según la visión de las Fuerzas Armadas significaran un peligro para el país, así como regular la actividad interna de los mismos. Y en un solo plumazo, reformular el sistema de Representación Proporcional Integral.
El intento fracaso, veamos ahora un poco más en profundidad los resultados del 1980.
•2 – Los resultados de 1980.
Comencemos observando los resultados generales que se dieron en el Plebiscito de 1980, considerando solo los votos válidos:
Universo | Votos SI | Porcentaje | Votos NO | Porcentaje |
Total País | 707118 | 42,70% | 946176 | 57,20% |
Montevideo | 274,394 | 36,30% | 481538 | 63,70% |
Interior | 432724 | 47,25% | 484074 | 52,75% |
Fuente: Elaboración Propia a partir de datos de la Corte Electoral
Ahora repasemos los resultados observados a nivel departamental en las diecinueve circunscripciones electorales del país, manteniendo los resultados porcentuales y ordenándolos con una doble orientación; a- según la opción ganadora; b- según la mayor o menor diferencia a favor de cada una de las opciones.
El plebiscito de 1980 fue la única instancia donde los mecanismos de la democracia directa en la historia reciente del país muestran que se da un casi empate a nivel de universos departamentales. En 1980 se vio al país dividido como nunca lo ha estado después en materia de instancias de Mecanismos de Democracia Directa, ya sea en Plebiscitos o en Referéndums; en definitiva fueron 11 los departamentos en donde triunfo el NO y fueron 8 en los que triunfo el SI.
Por lo general se ha puesto de manifiesto en reiteradas oportunidades lo extraordinario del caso uruguayo en cuanto a los votos mayoritarios al NO. Pero sería un profundo error de apreciación desconocer que también existió casi un 43% de votos válidos a favor del SI. El régimen no era solo militar, era cívico y militar.
Diferentes investigadores han dado diversas respuestas al resultado del plebiscito. Algunos ponen el acento en las tradiciones democráticas del país; otros en su cultura política y su apego a la misma; otros destacan el rol de los partidos a pesar de estar prohibidos por el régimen. Debo confesar que ninguna de las respuestas anteriores, así como otras que se han elaborado, me parecen del todo convincentes. Explicar el resultado del Plebiscito de 1980 todavía sigue siendo una materia pendiente que tenemos los politólogos de nuestro país.
A modo de simple raconto de algunos elementos que se deberían de tener en cuenta me gustaría mencionar:
- a– no debe ser casual que el mapa del Uruguay se mostrara tan dividido como nunca más lo estuvo en materia de democracia directa. Existe algún significado que en 11 departamentos ganara una opción y en 8 la otra. Esto puede tener que ver con el papel que tuvieron las dirigencias locales que trabajaron políticamente por una u otra opción.
- b– las comunicaciones no eran las de hoy. En el extenso «interior» no se utilizaban los grandes medios «nacionales» con la excepción de la prensa escrita. Que por cierto, tampoco vendía por estos lugares demasiados ejemplares. Nuevamente, el rol de los medios locales debe de haber tenido algún impacto importante en cada departamento.
- c– en muchas oportunidades hemos encontrado que cuando la ciudadanía vota en instancias de democracia directa lo hace no solo por lo que estrictamente se está definiendo, sino también como forma de apoyar o rechazar las políticas implementadas por los gobiernos de turno. ¿Por qué con la dictadura esto habría sido diferente? ¿Acaso no deben haber existido muchos ciudadanos para los que votar por NO eran rechazar al régimen, y no solo rechazar los contenidos plebiscitados?; ¿acaso no habrán existido muchos que votaron por SI como forma de apoyar decididamente al gobierno cívico y militar y los resultados que mostraba en su gestión de gobierno, más que hacerlo meramente por avalar lo plebiscitado?
- d- Un análisis de la totalidad del fenómeno del Plebiscito de 1980 debería incluir en clave semiótica aquella cuestión que se pregunta entre la relación de las palabras y las cosas. El régimen propuso la formula dicotómica entre «Si» y «No» para establecer en las papeletas de votación. El Sí determinaba la aprobación a la reforma Constitucional propuesta, y lo contrario el No. A juzgar por los resultados, todo parece indicar que la elección de dichas dicotomías no fue de las más felices para los impulsores de la reforma; parecen haber sobrevaluado el carácter positivista de la afirmación, desconociendo la profunda fuerza del término que implica resistencia, negación. El No, en muchos aspectos, se transformó en un No a la Dictadura, y no solo a la reforma propuesta.
Si todas estas cuestiones aún quedan pendientes como materias a esclarecer, aún hay otras no menos importantes. De las diversas entrevistas realizadas a los integrantes del gobierno de turno por periodistas nunca ha quedado demasiado en claro algo elemental: ¿por qué los militares hicieron el plebiscito? Nada en el momento los urgía, ¿por qué tuvieron tanta confianza en la decisión del «soberano» cuando a ese mismo soberano pretendían quitarle libertades? Pero todavía hay más preguntas, ¿por qué respetaron el resultado del Plebiscito? Para un régimen que no dudo en desaparecer personas, torturar y encarcelar a miles, enviar al exilio a otros y realizar el cambio de identidad a bebes o participar activamente del Plan Cóndor no parece ser impensado sostener que podrían fácilmente haber fraguado los resultados. Pero no lo hicieron, ¿por qué? ¿Estaban tan confiados en triunfar que no tenían ese Plan B pensado de antemano?
La dictadura cívica y militar comenzó a desmoronarse por una pequeña burla del destino, los dictadores de turno quisieron perpetuarse en el poder y para eso usaron el mecanismo que habían prohibido: las elecciones. Eran tantos los militares y tantos los civiles que los apoyaban explícita o silenciosamente; tenían todos los controles y todos los recursos que al parecer nunca pensaron en perder. Era tan desigual el partido. Pero la mayoría de los que quedaron en el país dijeron NO. Y esa noche del 30 de Noviembre de 1980 y sin festejos dimos nuestro Maracanazo democrático. Eso sí, al igual que en Maracaná no ganamos por goleada, solo con lo necesario.
Politólogo Ernesto Nieto
UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias