¿…Se puede ser culpable y ser condenado por la opinión pública o las redes sociales antes de que por la «ley»? … tan solo una pregunta, nada más…
Muchos de los que leímos a Kafka, o al menos un par de sus excelentes novelas, ignoramos que Kafka en su vida personal jamás trabajó en una oficina, que era un trepador ambicioso y que la orden de quemar su obra solo se refería a un paquete de facturas que no había pagado. Entonces nos viene la pregunta del millón, al saberlo, ¿cambiaría nuestra apreciación sobre su obra?
Y esta pregunta, aparece ahora con mucha fuerza y con mucha difusión por la prensa, no solo en literatura sino también en arte, cine, música, etc. al enterarnos, muchas veces sin pruebas y sin condena, de que personas de las cuales disfrutamos su genialidad creativa han sido convertidos en villanos modernos y muchas veces hay un botín considerable de dinero para los denunciantes.
Entonces, para la gente que realmente lee o tiene sensibilidad para las artes y puede discernir entre lo bien logrado y el mamarracho, ¿cambiaría su opinión si por ejemplo nos enteráramos por los cazadores de noticias que en realidad no fue Rodión Raskólnikov en «Crimen y castigo» que mató a Aliona Ivánovna, la anciana usurera y a su hermana, sino su propio creador el escritor ruso Fiódor Dostoievski?, ¿cambiaría nuestra apreciación sobre esa monumental y hermosa novela?
…como decía un amigo, yo no juzgo, solo muestro la herida o sea que solo escribo esto, sin negar o absolver lo sí condenable , solo escribo para intentar una repuesta sobre si hoy podemos ser honestos y sinceros para seguir leyendo sin prejuicios, para poder diferenciar entre obra y biografía . Es solo una pregunta por el bien de ese don alado que alimenta nuestra alma que se llama arte y que el apresuramiento o la banalidad ávida de ego, fama o dinero, puede estar maltratando nuestra manera de percibir la cultura de estos y de todos los tiempos…
Jorge Menoni
(Texto autorizado por el autor para publicarse en EL PUEBLO)