De la fantasía del 2 a 0, a la mueca del segundo tiempo.
De la reacción de Paysandú y esos fatídicos desniveles de Salto.
A ver, a ver… no fue acaso Salto, ese primer tiempo de la generosa respuesta?. Sobre todo, después de los 15’ de arranque, en que el equipo se fue cimentando, a favor de la idea que Luis Cavani pretende.
Y entonces, en ese media hora, la teoría se transformó en consigna y la consigna en manifestación de certidumbre y explosión. Porque hasta ese Salto supo de la fantasía real, cuando la pelota le llegó a Carballo y el puntero le enrostró a Odriozola, el lateral zurdo de Paysandú, el repertorio sabio del que sabe: gambeta por afuera o enganche por el medio. Y olé!.
A nadie le quedó la mínima duda: Gustavo fue esencial, porque además Dany Samit, se dio cuenta del negocio. Tocando en corto con el puntero, el festín estaba cantado. Desde la banda de técnico, Ulises Betti se transformó en un inocente observador, porque nunca escalonó la marca ni mandó a anticipar a Carballo. El puntero le pidió una mano al diablo que tiene en el cuerpo y por derecha, el negocio auténtico.
Por los 26’ de Carballo al medio y Samit al palo. Un minuto después, ritual inapelable. El atrevido de Gustavo… y otra vez. Las marcas blancas ridiculizadas… y otra vez. Hasta que Dany llegando limpio para el frentazo arriba y el 1 a 0 en la condenada guarida de Federico Acosta.
ESE SALTO SI
No el que terminó finalmente empatando 2 a 2 en el estreno de la serie sur del Campeonato del Litoral Norte. Ese Salto del primer tiempo, es seguro que se trata del equipo que el “Gringo” pretende y ambiciona. Porque no solo fue el ala derecha del desnivel, sino la exposición general del equipo, más allá de los rústicos procedimientos defensivos en el arranque del partido. Pero en la medida que Gómez-Olivera fueron componiendo el dictado de la regulación por el medio, Salto produjo alza de rendimiento general, frente al Paysandú de la duda, de la incierta partida y el amargo retroceso, porque en definitiva, el bloqueo mental y táctico fue permanente. Un remate de Murieda por encima del larguero a los 25’ y poco más. O nada más. Una sombra blanca y extendida… hasta pisoteada.
ESE SALTO NO
El del segundo tiempo. Porque el partido se fue alterando. Modificando hasta en la esencia misma. Al final, que relación entre el Salto del arranque y el Salto de final?. Qué paralelo?. Ninguno. Un tiro libre del “Zurdo” Fagúndez a los 7’ que Acosta desvió. A los 22’ el contragolpe de Gustavo Carballo que se fue por arriba. Las únicas señales de un equipo que se fue partiendo dramáticamente. Que se fue perdiendo bajo la lluvia. Que se quedó sin brújula, porque ninguno de los volantes apareció en escena y en esa lentitud irreconocible, uno de los factores desencadenantes de la crisis.
Dany Samit, lejos del protagonismo táctico y ahora sí, enjaulado Carballo y sin abastecimiento Fagúndez. Entonces, el eclipse. La desvalorización táctica. Ese Salto no es seguro, el que Cavani sueña en la mente.
…Y ESE PAYSANDU
Convengamos. Betti, el DT ajustó las clavijas. En la actitud se fue dibujando un Paysandú distinto. Menos expuesto a la vacilación. Caratte fue la bandera y Bianchi arriba, complicó vidas contrarias, mientras Finozzi anduvo metiendo balazos con zurda. Por los 15’ desvió Frontán y a los 34’ Bianchi fue el último en tocar esa pelota que se transformó en el descuento. Caratte y Frontán lo exigieron a Andrés Paz que resolvió con sentido práctico y a los 39’, el vivo de Bianchi habilitó de cabeza para que Mauro Caratte incurriera en el acto de locura con ese gol del empate y el grito de guerra. La pelota se fue elevando. Imposible para Paz. El abrochado empate de Paysandú.
Frente a ese Salto de la herida abierta. Porque en una llave de tres, donde avanzan dos, imponerse de local, es un acto de obligación. Por eso, a esa herida Salto, quién la cierra?. Y cómo se cierra?.
ELEAZAR JOSE SILVA
Campo de juego: Parque Ernesto Dickinson. Partido correspondiente a la serie sur del Campeonato del Litoral Norte. Asistencia: 480 aficionados. Recaudación: $ 29.400. Categoría de mayores. Arbitro central: Julio Rivero (Discreto). Asistentes: Ciro Camargo-Enrique Farías (terna de Rivera).
SALTO- Ruben Andrés Paz; Alejandro Zabala, Cristian Cavani, Alejandro Romero, Richard Fabián Albín (Rolando Benet); Dany Alán Samit, Angel Antonio Gómez, Robert Olivera (Fernando Andrés Pintos); Pablo González; Gustavo Carballo (Diego Araújo) y Nicolás Fagúndez.
Director Técnico: Luis Alberto Cavani.
PAYSANDU- Federico Acosta; Sebastián Belassi, Julio Martínez, Nicolás Barreto, Ruben Odriozola (Juan Gularte); Mauro Caratte, Richard Frontán, Ricardo Murieda, Rodolfo López (Julio Bianchi); Fabricio Finozzi y Richard Pons (Martín Medina).
Director Técnico: Ulises Betti.
GOLES: 27’ Gustavo Carballo (Salto); 36’ Nicolás Fagúndez (S). Segundo tiempo: 34’ Julio Bianchi (P); 39’ Mauro Caratte (P).
Expulsado: 44’ Sebastián Belassi (P).
EL MEJOR DE LA CANCHA: Mauro Caratte.
EL MEJOR DE SALTO: Gustavo Carballo.
Uno x uno
Gustavo Carballo: aquella arma letal…
RUBEN ANDRES PAZ (3)
En los goles, las distracciones defensivas terminaron condenándolo. Dos remates sanduceros que desvió con la practicidad propia de su clase.
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ALEJANDRO ZABALA (2)
Mucho menos de lo que es. Arrancó dudando, escaló el nivel y concluyó en medio de vacilaciones de contención.
CRISTIAN CAVANI (3)
Por lo menos, sentido de temperamento no le faltó y potencia aérea tampoco. Más allá de algunos errores tácticos, saludable nivel.
ALEJANDRO ROMERO (2)
Ninguna relación con el jugador que fue en el año. Lento, impreciso en la reacción. Bianchi lo superó de arriba. En fin…
RICHARD FABIAN ALBIN (2)
Discreto en marca, y sin alcanzar influencia en el desdoble. No fue partida ni sorpresa. O sea, la sensación de su no aprovechamiento en esa materia.
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DANY ALAN SAMIT (3)
Un primer tiempo con luces encendidas, hasta que fue mermando de manera poco creíble. Tendrá que alcanzar regularidad. Después de todo, aptitudes no le faltan. El frentazo en el primer gol, a la medida de lo que sabe.
ANGEL ANTONIO GOMEZ (2)
De las razones esenciales, cuando Salto situó perfiles rescatables. No solo por el ida y vuelta, sino por la cuota de abastecimiento. En los 35’ finales, desbordado. Extraviado y sin bríos. Qué pasó?.
ROBERT OLIVERA (2)
Un caso similar a Gómez. Pero en el caso de Robert, merma en la dinámica. Sin reacción física y mental, como para convertirse en dique de contención o salida. Deuda pendiente.
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PABLO GONZALEZ (2)
En cuenta gotas. No se justificó que jugara todo el partido. Para colmo de males, sin acertar en los remates libres. Una noche en penumbras.
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GUSTAVO CARBALLO (3)
Referencial y básico en el primer tiempo. Locura por la punta derecha. Clave para el desnivel. Una chance en la recta final y disminución concreta. La pelota entonces, le llegó solo una vez.
NICOLAS FAGUNDEZ (2)
Bárbaro que el “Zurdo” apueste a la gambeta, pero no con circunstancia desfavorable y en medio de dos o tres marcas. El segundo gol y su búsqueda. Después, como el equipo: se fue yendo…
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FERNANDO PINTOS (x)
Solo algunos minutos… algún toque de pelota.
ROLANDO BENET (x)
Una amarilla y marcaje desprolijo.
DIEGO ARAUJO (x)
Le costó amoldarse a un trámite adverso.
En el túnel del Estadio
Todas las selecciones están acusando falta de tiempo de preparación y algunas con severos problemas económicos, Artigas, Salto y Paysandú no llegaron en la mejor forma y ello perjudica la calidad de campeonato.
Entre luces y sombras, un título adecuado para la iluminación del Estadio Ernesto Dickinson, habían zonas que muy poco se veía. La red lumínica esta perdiendo intensidad y está llegando la hora del recambio.
Las descargas eléctricas ameritaban la suspensión del partido, si los árbitros se ajustaban al reglamento, pero al parecer a ellos no les interesaba y le “dieron de punta”, suspender y quedarse un día más no les convenía. Aparte de ello lo que llamó la atención al público del Dickinson fue la actitud del Cuarto árbitro, quien con su cámara digital en mano le sacó fotos a todo lo que se movía, en realidad se parecía más a un turista que a un árbitro.
Del partido podemos decir que los primeros 15 minutos fue de estudio, luego Salto con claridad vapuleó a Paysandú, convirtió dos goles y pudo convertir alguno más. En el segundo vino la debacle, un incomprensible conformismo, y desatención ameritó que la tímida selección sanducera, con muy poco le empatara. Un resultado inesperado, pero cierto, que se va hacer.
Este empate no reflejo lo realizado por uno y otro equipo en la cancha, si Salto hacía un gol más en el primer tiempo –que estuvo muy cerca- cerraba el partido. En este caso se dio aquello de “goles errados son goles en contra”.
El miércoles Salto – Soriano, la selección local no puede dejar puntos por el camino, y aunque de tres selecciones clasifican dos para la segunda fase lo importante es definir de salida.