Aunque nadie se anima a dar por sentado que la creciente del río ya ha pasado definitivamente, todo indica que de no haber una variante sustancial, efectivamente el mayor pico de la crecida habría sido superado.
Viene por lo tanto otra etapa, la del retorno a los hogares y ésta no es menos importante que la de evacuación en tiempo y forma.
Para entender a qué se enfrenta un evacuado hay que tomar conciencia de su situación. El desalojado por el agua, haya ingresado mucho o poco la creciente a su hogar, tiene que tomar una serie de precauciones para que su vivienda vuelva a ser habitable.
En primer lugar obviamente la limpieza y desinfección, debido a que es frecuente que las alimañas también desalojadas por el agua se refugien lo más cerca posible de los lugares donde tienen sus madrigueras, insectos y sobre todo roedores pululan en estas situaciones y es necesario tomar las medidas correspondientes para evitar su proliferación y sobre todo para evitar la aparición de enfermedades transmitidas por estos invasores indeseables.
Pero además existe un tema de seguridad. Quienes han pasado por estas situaciones saben que además de los daños que provocan los “malentretenidos” de siempre que no tienen mejor diversión que emprenderla a las pedradas contra las casas deshabitadas, existe un tema real y concreto de robo de todo lo que pueda venderse o apropiarse porque tiene algún valor. Es así que sobre todo puertas y ventanas corren este riesgo.
La permanencia de familias evacuadas cerca de sus viviendas, tiene entre otros objetivos el interés de cuidar sus bienes de la acción de estos delincuentes.
Todos estos elementos influyen en diferente medida a la hora del operativo retorno. Hay familias que incluso no desean retornar a sus viviendas, temerosos de tener que volver a pasar por esta situación y hay en el otro extremo, quienes tienen premura en retornar, ya sea porque están viviendo una situación inestable, en refugios improvisados, que les obligan a estar alertas y tener por lo menos un integrante de la familia siempre presente por los robos o sencillamente porque es de su interés volver a organizar su vida desde el lugar en que han habitado siempre.
Son todos elementos que influyen en diferente forma y que hay que entender y saber manejar, porque en definitiva es muy difícil impedir el retorno de los dueños de una vivienda, aún en una situación de emergencia y son muy pocas las familias prudentes y responsables –como deberían ser todas – que sólo volverán cuando tengan la certeza de que estos riesgos han sido eliminados.