La Capilla de Adoración Perpetua del barrio Mi Tío, ubicada en Elías Pascale al 300, cumple hoy sus 6 años de vida, por lo que habrá una seria de actividades celebratorias: Hora 20: Preparación para la Reconciliación con el P. Jorge Conti. Desde la hora 20:30: habrá sacerdotes para el Sacramento de la Confesión. Todo enmarcado en la gran “Noche de la Misericordia”. En tanto mañana domingo habrá Misa Solemne a la hora 19:30, celebra Mons. Arturo Fajardo. Será al lado de la Capilla San José Obrero (Elías Pascale 385).
“Cuando nos preparamos para una fiesta arreglamos todo nuestro exterior, vamos a la peluquería, nos maquillamos, nos ponemos un lindo vestido, queremos que todo se vea bello.
La comunidad católica se prepara para celebrar los 6 años de la Capilla de Adoración Perpetua, es una fiesta para nosotros, y para esta fiesta preparamos nuestro interior, hacemos limpieza de nuestro corazón, a esto lo llamamos Reconciliación, con Dios en primer lugar, y con nuestros hermanos”, dijeron a EL PUEBLO personas allegadas a la Capilla, quienes han querido además compartir algunas reflexiones:
MISERICORDIA Y PERDÓN
Misericordia, del latín Misere (miseria) cor-cordis (corazón) ia (hacia los demás). Ser solidarios con los que sufren. Misericordia Divina es el Amor Perfecto de Dios hacia sus creaturas (nosotros). Buscar la Misericordia de Dios es, por lo tanto, buscar su amor. Buscar la Reconciliación es buscar el Perdón y el querer perdonar. El perdón no es un sentimiento, es un acto de voluntad, no es olvidar la ofensa y fingir que no pasó. El perdón no significa que no habrá consecuencias. Para pedir perdón es indispensable estar arrepentido, sentir dolor por el daño causado. En el Padre Nuestro decimos «perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Desde el Sacramento de la Reconciliación, Dios perdona nuestras ofensas, nos da otra oportunidad, nos abraza con su misericordia (amor infinito) y nos pide que también nosotros hagamos lo mismo.
«Sean Misericordiosos como su Padre es Misericordioso». ¿Y como serlo? Jesús dicta 4 imperativos que trazan la ruta: «No juzguen y no serán juzgados»; «No condenen y no serán condenados»; “Perdonen y serán perdonados”; «Den y se les dará». Dos imperativos en negativo, y dos en positivo. El gran Referente para Jesús es el Padre. Lo fue y siempre lo es. Para todos los discípulos de todos los tiempos les propone lo mismo. En el Evangelio de San Lucas explica que la perfección de Dios consiste en Su Amor Misericordioso. La Misericordia refleja la identidad del Dios Revelado. (Éxodo. Capital. 24, versículo 6. Deuteronomio capítulo 4, versículo 31). La novedad de Jesús es la Palabra Padre seguida del atributo Misericordioso. Ser imitadores del Padre. Ser hijos suyos consiste en Reflejar Su misma Misericordia. Así como un hijo se parece a su Papá, lo refleja. Pues eso también se espera de un Hijo de Dios. Viviendo estos 4 verbos claves qué están en la Palabra de Dios.
Luego cada una de estas frases tiene una segunda parte que nos deja comprender que Dios se comporta con nosotros de la misma manera que nosotros lo hacemos con nuestros hermanos. Quiere decir que no serán juzgados y condenados por Dios; cada vez que ustedes perdonen y den a los demás. No podemos rendirle Honor a Dios y al mismo tiempo insultar al hermano que está a nuestro lado. El No juzgar y No condenar nos invitan a No cerrar el corazón ante el hermano que falla, que embarra y que luego muestra arrepentimiento. Se trata de evitar juicios superficiales y más bien darle la oportunidad a esa persona. Ver el lado positivo que toda persona tiene. Se trata de dejar la puerta abierta para que esta persona tenga una oportunidad. El no condenar se entiende aquí por no efectuar una Sentencia definitiva. Los dos verbos en positivo: Perdonar y Dar, son ciertamente pro – activos. Se trata de tomar iniciativa de lo que hay que hacer y promover siempre. Se trata de emprender un camino de Sanación dándole al hermano todo lo que requiere para su superación. Se perdona dando. Ser perdonados en el campo litúrgico no es como en el campo civil. La Biblia no se queda en el campo del pecado. Que puede ser perdonado porque ha reconocido su pecado. Somos absueltos no porque no seamos culpables sino precisamente porque lo somos. Perdonar no significa olvidar. No significa dejar pasar como si no hubiera pasado nada. Sino hacer pasar. Perdonar no es lo mismo que excusar. Perdonar no es aceptar las excusas del otro. Volver a abrazar al hermano arrepentido, es un paso, pero no se queda ahí. Pues no se reflejaría lo auténtico.
Mi testimonio
Hace seis años apareció en mi vida una fuente de luz, de esperanza y de consuelo.
Había escuchado mucho hablar de las Capillas de Adoración Perpetua existentes en otras partes del mundo, un día leo una invitación a una charla sobre las mismas en la Parroquia Santa Cruz, allí acudí, muy pronto en nuestra ciudad, al lado de la Obra Don Calabria se inauguraría la segunda capilla del Uruguay, si mal no recuerdo.
En la Capilla de Adoración Perpetua es el encuentro de Jesús con uno mismo, no hay Biblia, no hay imágenes, no hay sacerdotes, no hay monjas, no hay gente, salvo alguna persona, pero los asientos están distribuidos de tal manera que si lloras, solo Jesús te escucha, si hay tristeza en tu corazón, preocupación en tu rostro, cansancio es tus manos, allí podes encontrar la calma.
Es un lugar de reflexión, de luz, donde podés llegar a oír al silencio, a tu voz interior.
En los primeros momentos , al escuchar el silencio, tus ideas, tus pensamientos comienzan a entrelazarse de una manera estrepitosa por definirlo de alguna manera, luego el tiempo va pasando, te vas tranquilizando y comenzas a tener pensamientos buenos, lindos, te llega una paz enorme.
A mí me sorprendió un día de lluvia, escuchaba el agua caer y al mismo tiempo el canto de los pájaros, nunca había puesto atención que en un día de lluvia, los pájaros pudieran cantar.
Puedo narrar cientos de hechos donde la paz llega de una manera reconfortable, te ayuda a aclarar las ideas, a encontrar respuestas, allí, donde parece que no las hubiera.
No voy a pedir milagros, voy a pedir paz, sabiduría, luz, esperanza, paciencia, claridad, humildad.
Recordemos que no son los sanos que recurren al médico, recordemos que acercarse a Dios no es de soberbios.
Esta capilla está abierta todos los días, las veinticuatro horas del día (durante todos estos años a excepción de este tiempo de pandemia donde el protocolo establecido es otro)
Adriana Martínez