Excede nuestra capacidad de entendimiento. Mientras por una parte se procura favorecer la producción del país por otra se ha presentado a la opinión pública un proyecto que procura destinar por lo menos parte de los recursos de que dispone actualmente el Instituto Nacional de Colonización a los planes de eliminación de asentamientos.
Tenemos entendido que existen miles de aspirantes a colonos, vale decir a fracciones de campo agrícolas, agropecuarios y otras formas de explotación que siguen esperando adjudicaciones para arrendar fracciones como colonos y producir o extender sus producciones al menos.
Sacarle parte de los recursos a Colonización para otorgárselos al Ministerio de Vivienda o a las intendencias, es para nosotros poner pobres contra pobres. Vale decir los pobres de la ciudad, que viven en los asentamientos, contra los pobres del campo que hace años, en algunos casos, esperan predios del INC para asentarse y producir.
En estas columnas hemos expresado nuestra oposición a este propósito, porque si entrar en el derecho o no de quienes han usurpado predios para “asentarse”, creemos que existen en el país otros rubros con excedentes que podrían ser destinados a este propósito.
Existen a nuestro entender grandes extensiones de tierra productiva que se hallan ociosas, algunas de ellas en el área de ministerios y otros organismos oficiales, que no tienen a nuestro entender justificación alguna de mantenerlo en esta situación.
Ya hemos manifestado los diversos motivos que pueden existir para que haya pobladores que ocupen o busquen un lugar para vivir. A veces sin tener alguna otra opción, pero otras veces los asentamientos son incentivados por los propietarios de los predios que saben que una vez que reclamen la propiedad si el predio ha sido ocupado lo más probable es que termine en una expropiación en la que se espera obtener mejores dividendos que si se los vendiera individualmente.
En otras ocasiones se ha incentivado las ocupaciones con un criterio politiquero, por parte de personas que a veces con buenas intenciones, han “exhortado” a ocupar a cambio del voto hacia su fracción partidaria.
No ignoramos que la actual situación hay familias enteras que se han visto “empujados” a vivir en un asentamiento.
Es obvio que no podemos probar lo que decimos, ni nosotros ni nadie, lo que no quiere decir que no sea verdad, pero sería interesante saber de que forma han llegado hasta su nueva ubicación los ocupantes.
A.R.D.