Diciembre es un mes de reencuentros pero también de definiciones. Es una época donde mucha gente que había dejado de verse, se vuelve a ver las caras después de tanto tiempo y se abraza, y rememora anécdotas, y empieza con la cantaleta de los motivos por los cuales han dejado de encontrarse y ya se comprometen a que el hecho no va a volver a suceder, porque ninguno de ellos merece estar lejos y no verse, etc., etc.
Pero eso está bueno, porque encontrarse y saludarse nostálgicamente nos demuestra a nosotros mismos que también tenemos sentimientos, que no somos seres de piedra que pasamos trabajando pensando en las cuentas que tenemos para pagar y que ya se vino el fin de año, y no guardamos ni para el pan dulce.
Nos invita a ser reflexivos, a querernos un poco más y a hacer un repaso del año que se va, cuando a esta altura ya repetimos la misma frase de siempre con todo aquel que encontramos y le decimos: el año se nos pasó volando.
Lo mismo le pasó a un montón de políticos, que empezaron el año pensando que lo iban a terminar de una manera y lo terminaron de otra. Se les voló el año y muchos están parados frente a un escenario que por lo menos es adverso, aunque a algunos todavía no les cayó la ficha por lo bien que les fue.
Ahora, ya pasadas las elecciones, antes de fin de año, muchos volverán a encontrarse, a verse las caras y a contarse sus anécdotas. De esos encuentros surgirán los futuros candidatos a intendente del departamento, candidatos que conformarán sus equipos de trabajo pensando cada uno en ganar una elección que no está nada fácil, pero que tendrá mucho de disputada.
Cuando queramos acordar, con todo esto terminado y con los reencuentros ya cumplidos y con las decisiones ya tomadas, definirán lo que van a hacer durante los próximos 5 meses, que es trabajar por uno u otro nombre, con el fin de poder llevar a uno de ellos hasta el sillón municipal.
Lo que sí se viene ahora, después que pasen los festejos de fin de año y un rato antes también, será una nueva campaña electoral, distinta a las que ya vivimos, más directa, personal y de barrio, porque lo que se define es cuál va a ser el vecino que nos represente y nos gobierne por los próximos 5 años. Porque en definitiva, todos son nuestros vecinos, y eso hace que las próximas, sean unas elecciones de cercanía, donde todos nosotros conocemos de una forma u otra, más allá o más acá, a los candidatos, tanto a la Intendencia como a la Junta Departamental.
Por eso, es una buena oportunidad para que juntemos ganas, nos demos una vuelta por el barrio, miremos cómo está la cosa, saquemos nuestras conclusiones y las pongamos arriba de la mesa. Porque esta, será la oportunidad más clara que tenemos de mejorar el lugar donde vivimos, reclamándole y comprometiendo al que nos pide el voto, para hacer las cosas en serio. Vaya si el fin de año que se aproxima será un tiempo de reencuentros, porque nos estaremos reencontrando con los temas que nos importan a todos, que no es otra cosa que la vida diaria que tenemos que enfrentar con lo que sucede en nuestra vereda, en nuestro barrio y en nuestra ciudad.
Ya hay varios que largaron antes de tiempo, otros que están en las gateras y muchos que van a sorprender por meterse en una discusión que hoy aparece como casi cerrada entre pocos, pero lo que no saben estos pocos es que algunos que vienen con mucha fuerza están esperando el momento para decir las cosas.
Y con ellos hay barrios enteros que sienten que llegó la hora para expresarse y decir lo que sienten, esperando que llegue el candidato a golpearle la puerta para desembuchar lo que tienen atragantado. La política da esas oportunidades, es como el fútbol, da revancha. Por eso cuando un político prometió algo, pasó el tiempo y no cumplió, ya sea desde el gobierno o desde la oposición, el pueblo debe pasarle factura, anunciarle su disconformidad y decírselo en la cara para que sepan que la gente no se olvida, y no está para que le tomen el pelo.
Las últimas campañas electorales del 2019 han tenido mucho de eso, han subestimado mucho al votante diciéndole de un lado y del otro las cosas que pasaron, construyeron un relato desde el gobierno donde las dificultades en la marcha del país es lo menos que se reconoce. Y desde la oposición, ahora gobierno electo, la novela de que va todo mal y que al país hay que hacerlo de vuelta.
Pero la gente no es boba, sabe, piensa y analiza antes de decidir. Sobre todo porque hoy todos están expuestos y muestran a través de las redes sociales cómo piensan, qué es lo que tienen, qué es lo que quieren y hasta cómo viven, entonces los políticos deben saber que luego de sus reencuentros findeañeros deberán formular una propuesta seria y convincente para que la población los apoye.
Porque todos están cansados de que las decisiones se tomen entre cuatro paredes y que después el pueblo sepa cuánto tiene que pagar por la fiesta.
HUGO LEMOS