En informe atribuido a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Intendente Germán Coutinho ha afirmado que Salto se halla entre los cinco departamentos de peor calificación en referencia a condición socioeconómica de la población.
Se señaló asimismo que el departamento es el último de los 19 del país, en cuanto a la instalación de nuevas empresas.
Desde tiendas de la izquierda, se han hecho puntualizaciones, sosteniendo que el informe no es actual, pero dicho sea de paso, hemos esperado hasta hoy, casi dos semanas después, para que alguien saliera a rechazar o desmentir directamente la veracidad del informe.
Nada ha sucedido. Algunas tibias posiciones restando trascendencia o sosteniendo, que no son datos actuales.
Tampoco hemos escuchado nada de parte de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), que nos ubique con certeza en la situación.
El tema es que tampoco hemos podido acceder a la publicación por parte de OPP del informe al que alude el Intendente.
Hemos visto si un informe firmado por el propio Coutinho, que seguramente es al que ha hecho referencia, pero sin que aparezca en el mismo firma alguna de alguien de OPP.
Esto nos priva de darle a las afirmaciones del Intendente el carácter de irrefutable, porque necesariamente para ello necesitamos contar con todas las certezas que corresponden.
No dudamos de las dificultades que enfrenta el departamento en materia de condiciones económicas.
No ignoramos que la instalación de empresas de gran porte en los últimos tiempos ha sido prácticamente inexistente.
Sin embargo, para hablar con propiedad, para manejarse con la debida autoridad en estos temas, es necesario aportar todos los elementos probatorios.
No dudamos que la situación sea la que pinta el Intendente, pero desde el punto de vista periodístico, debemos decir que nos siguen faltando elementos como para dar por sentado que se trata de un informe contundente de un organismo del gobierno nacional como es la OPP.
Si el Intendente tiene en sus manos esta carta, hace mal en no jugarla, en no exhibirla debidamente, porque es la mejor forma de descartar las dudas sobre sus afirmaciones.
La mejor forma de desacreditar las críticas, los cuestionamientos, las posiciones que apuntan a desacreditarlo, es exhibiendo las pruebas de la irrefutabilidad de lo que sostiene.
Este es el punto de partida.