Luciano Pereda un día se puso a escribir sus memorias, y descubrió cosas que bien pudo haberle pasado a otro. Era tan distraído que a veces se olvidaba sus apuntes en cualquier lugar, donde escribiera, en el baño, junto a la compu, en el fondo de su casa, en la casa del vecino, donde mateaba.
Había cosas que no se acordaba bien, pero igual las emparejaba, las emprolijaba, como quien dice, las acomodaba para su lado.
Su diario estaba plagado de errores, pero eso a él no le importaba, porque era su diario íntimo, sus memorias, y uno tiene derecho a recordar las cosas como las recuerdas, no como fueron, así que tuviera errores sus escritos, no le importaba “el diario que no lo tenga, que tire la primera piedra”
Lo que tiene cuando uno escribe sus memorias es que arranca por donde se acuerda, y lo curioso del caso es que no fue él quien se acordó de lo que sigue, sino que fue su amigo Pantaleón, el de los mates a la puesta del sol. Luciano dejó sus memorias en lo de su amigo el Panta, y éste, le mandó lapicera largo y parejo.
“Recuerdo cuando Luciano dirigió a Cadena Suelta, el cuadro del barrio. Sus arengas pre partido eran geniales, hasta prensa de otros departamentos mandaban corresponsales para que le grabaran lo que decía Luciano. Me acuerdo del día que lo bautizamos “El Prócer”, porque siempre nos ponía como ejemplo cosas de Artigas. La frase que quedó para la historia fue “Sean los titulares tan aguerridos como calientes”, y ahí. el cuadro salía a comerse los niños crudos, y todo para nosotros, eran godos, visigodos, españoles, portugueses, brasileños, Capitán Posadas y cosas parecidas y les dábamos para las masas. Es decir, no les ganábamos, pero, los curtíamos a patadas.
Luciano recordó que en el año 84, del siglo pasado votó por primera vez. Que fue un día muy especial, que ni tomó café, no desayunó y se fue a votar. Eran las seis de la mañana y estaba paradito en la puerta. “Tenía ganas de ir al baño…,- recuerda-, pero temiendo que le sacaran el lugar, se aguantó en el molde. A las siete de la mañana se puse nervioso al no ver ningún movimiento. A las ocho pensó que se habían suspendido las elecciones.
Luciano, agrega a lo escrito por el Panta: “ A las nueve, lo veo al Augusto Conte, él también me ve, se para con su bicicleta a mi lado y me pregunta que hago aquí…cómo que hago, esperando para votar…pero, las elecciones son mañana domingo, me dice…¿hoy no es día de elecciones?…no, hoy es sábado, mañana son…
Me volví para casa y volví al otro día, fui de los últimos en votar, porque cuando me cambié de ropa, el día anterior, ni me acordé donde dejé la credencial.
El tío Pancho me la encontró, no, fue el tío Abel, miento, fue la tía Clodomira, lo cierto es que fui a votar. Y como era el último en la fila y ya se cerraba todo, pasé al cuarto oscuro y manotié la primer lista que vi, total como dijo el tío Adalberto, no el tío Juan, miento, la tía Eusebia, “a la primera lista que encuentre la mando dentro del sobre, total es lo mismo, se acomodan ellos, los que ganan y los que pierden, que vamos a estar haciendo distinciones”.
Después que se cerraron los comicios, cuenta Luciano que caminaba por una de las avenidas principales y pasaban autos, motos camiones, a tamboriles y bocinazos limpios con las banderas de los distintos partidos, palpitando los resultados. Se le cruza un borracho que le dice…”mire mi amigo, tantos bocinazos, tantos bocinazos y no todos van a salir campeones”.
Para los que dicen que nunca lo han encuestado en su vida, Luciano recuerda una vez que caminaba por una plaza y dos chicas uniformadas, con planillas, le preguntaron si quería participar de una encuesta: “Es sobre las hipotecas, señor, que opina de las hipotecas?. Luciano respondió:
Y son como las bibliotecas, en lugar de guardar libros, guardan hipo…
Y le pasó también aquello de que, “si no quieres sopa dos platos”.
Puesto que una mañana le sonó el celular, le dijeron que eran de una Consultora que estaba haciendo una encuesta sobre intención de votos, a lo que Luciano respondió, “mirá vos, era cierto, mientras no me pidan plata, lo demás, respondo todo. Eso si le voy aclarar que intención no tengo ninguna, yo lo hago de uruguayo nomás, dicen que hay que votar y voto…
-Si las elecciones fueran este domingo, a quién votaría?.
– Yo no lo quiero desilusionar, pero mire que las elecciones son el año que viene, salvo que me hable de la Argentina…
– No, no de acá, es una simple suposición…
– Suponiendo que votara el domingo, y voto en blanco..
-No lo seduce ningún candidato, ningún partido?
– Y como seducir, y la rubia flaquita esa que sale en la tele, la que se viste bien, porque la otra se viste más o menos…
– Se acuerda como se llama?
– Como no. Luciano Pereda, para servirle.
-No, la rubia esa que le gusta.
– No a mi la que me gusta es mi mujer, hace como treinta años que estamos juntos, las de la tele, porque sonríen lindo y hablan de cosas maravillosas y de un país que me gustaría conocer, pero ha de salir caro, no es para mi…Pero, a lo mejor quien le dice, que agarro para uno de esos lados y voto…
– Prefiere algún partido en particular?
– Yo miro los de Uruguay, nomás, y algún clásico de vez en cuando, soy mas de los programas de entretenimientos…
– Partido político, digo, no tiene aprecio por alguno?
– Ah, si, los aprecio a todos, ahora que vaya a votarlos…
– Gracias señor por su participación, ha sido muy generoso…
– Cuando sale la nota?,
– Un día de estos..
– Pero si las elecciones son el próximo domingo tienen que salir antes… Que hago, miro tele, escucho radio o compro el diario?
En otras de las páginas de Luciano se podía leer que una de las cosas que más le había impactado era el cuadro de Renato Luna “la rosa entre las piedras”. “Una pintura que bien se podría llamar las cuatro estaciones, porque el cuadro estaba dividido en cuatro, sin verse las divisiones, salvo con lupa o con lentes de aumento como los míos, un verdadero colita de botella…, los lentes, no yo….
“Cuando vi el cuadro, la quedé, me hice el bocho, fui…Una rosa abstracta, un sol del cubismo, el césped del mejor naturalismo, y una joven barroca, barroca o más roca?, porque se empecinaba en regar las piedras….
Renato Luna fue un genio, se ganaba la vida haciendo caricaturas, cuando tomaba vino y se ponía chistoso o retratos en la plaza, el día que cobraban los jubilados, era una paloma mas que le picoteaba monedas al viejerío…
– Luciano, “La rosa entre las piedras no es de Renato Luna, es de Gustavo Lima…
– Chep.che rerep,chep, che,che, che, Gustavo Lima y vocé….tenés razón.