Esta vez, fue otra versión.
Menos técnica, más combativa.
Menos disfrutable, más expuesta a la generosidad física.
Menos contempladora en lo estético… y con pasión de lucha siempre.
Es que ayer a la noche en el estadio Raúl Goyenola de Tacuarembó, apareció el Salto guerrero. El que fue ganando 2 a 0. El que reportó la expulsión de Bennet a los 16’ del segundo tiempo. El que concluyó resistiendo la ofensiva local, para abrochar los tres puntos en condición de visitante, que parecen trasladar al equipo de Luis Cavani y sin más trámite, a la zona final del certamen.
El golazo de Bennet en los 29’ del primer tiempo, tras la fantasiosa maniobra que terminó en el remate a las piolas y por los 31’, cuando el penal llegó en la sanción del floridense Otaiza y Pablo González con derecha, la mandó a media altura para el canto del transitorio 2 a 0.
En ese reinado de la impotencia de Tacuarembó, peleado con la pelota y torpe para descubrir avenidas de llegada, la contrafigura de un Salto sólido para defender y con recaudos de salida y explosión, sobre todo en los 20’ finales de la primera fracción.
Ocurre que al principio, a Salto le costó localizar espacios y lo suyo fue intermitente al tiempo de elaborar la construcción.
LOS MANDATOS
DEL BLOQUEO
Con el 2 a 0, la selección “naranjera” se fue convenciendo. Bajar a Bennet y Gómez, plantear el desdoble de Pablo González, y por más que el equipo se fue incomunicando, con semejante ventaja fuera de casa, cómo no pasarle listado a la carpeta del negocio?.
Recién en los 33’, Tacuarembó produjo la llegada, con un tiro libre de Cuello que Andrés Paz rechazó desde el ángulo superior. Cuando caía el primer tiempo, el mismo zaguero se transformó en dinamita real. Mandó la bala de derecha y Andrés flexibilizó el cuerpo sin evitar. La verdad?: un golazo. Lo que Tacuarembó necesitaba para reclamarle creencia a su tiempo de encadenado infortunio.
Con Salto, sin embargo, siempre quedaron en claro, los mandatos del bloqueo. La actitud guerrera. Tantos corazones para regar la cancha…
ESA ROJA A BENNET…
Cuál mérito de Salto?. Conservar la distancia del 2 a 1, después de jugar la media hora final con 10 hombres, cuando Rolando Bennet se excedió en la continuidad de las infracción y el árbitro lo condenó a las duchas: se fue expulsado. Pero este Tacuarembó fue tan livianito en materia de exposición ofensiva, que lo suyo concluyó limitándose a rústicas e inocentes individualidades.
Salto rearmó el sistema e incluso Gustavo Carballo fue un volante más. Arriba, la soledad de Fagúndez. Por eso, después de la expulsión de Bennet, Salto no produjo más llegada.
No es menos cierto que Andrés Paz fue parte de una noche sin grandes sofocones. Porque al cabo, que fue Tacuarembó siempre, sino un equipo repetido?.
¿QUÉ ES ESO
DE LA ESTETICA?
Cuando Coelho ingresó por Diego Araújo, Salto truncó más aún los tímidos vaivenes ofensivos del local. La resistencia del 2 a 1, con ese Salto guerrero. Con el escudo del rechazo defensivo. Cuando hubo que reventar pelotas, reventó. Después de todo, que tanta reserva a la cuenta del fútbol estético, si la pasión de victoria le abrió la sonrisa otra vez?.
El 2 a 1 de la imposición clave.
Salto fue a Tacuarembó y localizó la recompensa vital de la victoria soñada. Ganar de visitante en semifinales, un paso gravitante y definitivo. Definitivo o persiste algún cimbronazo de la duda misma?.