Edila Mónica Silva, presidenta de la Comisión de Desarrollo de la J.D.
“Nací dentro de la política, aunque nunca pensé que iba a terminar haciendo política”
– “La visión de la mujer y del hombre se tienen que complementar, en la actividad que sea”
La edila Mónica Silva preside la Comisión de Desarrollo Departamental y Descentralización de la Junta Departamental de Salto, una de las comisiones que se muestra más activa y preocupada por los diversos problemas que aquejan al campo. Hija de un destacado e histórico dirigente del Partido Colorado, Hermes Silva, y esposa de un destacado médico de nuestra comunidad, Miguel Villar; sin embargo, desde su inserción en la política ha logrado despegarse de aquellos rótulos que la sociedad suele colocar, como ser hija de o esposa de, logrando ser reconocida por su propio nombre, fruto de la entrega en sus tareas legislativas, algo que además es reconocido desde todas las tiendas partidarias.
– ¿Desde cuándo le llama la atención la política?
– Puedo declarar que no me llamaba la atención la política porque yo nací dentro de la política, en la casa de mi abuela, en la casa de mi padre, en la casa de mis tíos, la familia Silva siempre estuvo metida en política. La política familiarmente no es buena, entonces yo nunca pensé que iba a hacer política. Sucede que mi padre en un momento en la elección anterior se retiró y me llaman a mí del partido, quien me llama es el Dr. Richard Boucq para integrar la lista a las internas en un momento en que era horrible hablar del Partido Colorado. Crecí dentro del Partido Colorado, lo quiero, es parte de mi vida, creo en lo que dice el Partido Colorado, creo en su gente, y me dije que era el momento de poner el hombro. Ahí comencé, después vino la otra elección donde Germán Coutinho nos invitó a participar y ahí fue realmente que empecé a andar en los barrios, a hablar con la gente, en un momento en que no era fácil hablar del partido pero bueno, pensé que los valores colorados tenían que volver, que la gente tenía que ver que en un momento histórico del Uruguay quien estaba en el gobierno era el Partido Colorado, si no, no se qué hubiera pasado. Conozco lo que pasó en aquellos momentos tan difíciles que nosotros también la pasamos mal porque la crisis nos tocó a todos, nadie logró escapar de aquel año 2002, pero sabemos también cómo se salió y cómo se actuó.
– Es colorada por tradición familiar, pero al tener responsabilidades como edil del gobierno departamental eso no alcanza, hacen falta ideas que nutran su trabajo. ¿Cómo logra entonces conjugar lo que corre por sus venas con lo racional?
– Bueno, en lo que refiere a lo genético la familia de mi madre son todos blancos, así que pienso que uno también hace una opción. El poner ideas es creer en el bien mayor que es la gente y es el país. Hoy uno piensa en los hijos, en el vecino, en la gente, en el futuro, y ahí están las ideas. El mundo va cambiando de una manera muy vertiginosa, y pensar en el otro ser humano, por ejemplo, si mi vecino no está bien, yo no puedo estar bien porque a la larga o a la corta me pega a mí. Esa es una de las cosas para mí esencial.
– De niña o de joven, ¿era de acompañar a su padre en las recorridas de campaña o a los actos políticos?
– A mi padre lo ayudaba cerca de las elecciones doblando listas, llevando gente a votar cuando empecé a manejar, estando prácticamente cerca de las elecciones, antes no. Me encontraba en otro entorno y mi padre tiene una personalidad bastante fuerte, nunca hice una recorrida de barrio con mi padre, ahora, en algunos lugares especiales cuando salgo me han pedido que lo lleve y él me acompaña, pero nunca hice política con él.
– ¿La mujer vive de forma distinta la política que el hombre?
– Creo que si, somos diferentes y para mí eso es lo más importante porque de esa forma nos complementamos, la visión de la mujer y del hombre se tienen que complementar, en la actividad que sea.
– En lo personal usted está dando sus primeros pasos en la política, ¿cómo lo vive?
– Lo que estoy haciendo me gusta y mucho, tengo la característica que me tomo las cosas muy a pecho y lo que me preocupa son los tiempos, lo que llevan las cosas, me gusta hacer las cosas de hoy para ayer y hay veces que los tiempos se estiran. Ahora que soy edil veo la importancia de la parte formal que reconozco además que es necesaria, así como también valoro y agradezco el trabajo de los funcionarios de la Junta y de las secretarias. Uno llega a este trabajo nuevo a un mundo tremendamente lleno de utopías de repente, pero hay que caminar hacia ellas, capaz no llegamos, pero debemos arrimarnos todo lo que podamos y tratar de lograr lo necesario en aquel bien mayor que son los ciudadanos.
– ¿Cómo ha logrado encontrar su lugar en el mundo al vivir rodeada de dos grandes hombres como son su padre y su esposo?
– Ha sido una lucha muy fuerte, siempre me río porque una vez un señor me fue a presentar y era la hija de o la señora de, y terminó enredando las líneas. A mí eso no me gusta, más allá que por supuesto tengo un orgullo muy grande de ser la hija de y la señora de, para mí es un orgullo, pero también soy yo. Por suerte he ido logrando que me reconozcan por quien soy.
– ¿Cuál fue su primer contacto con la realidad social?
– Con 18 años empecé la Facultad de Ciencias Económicas y dejé en momentos que se abrían nuevamente las Facultades después de un período bien especial. Fue muy chocante, a mí Montevideo realmente no me gusta, me gusta Salto y me volví, ahí empecé a trabajar con mi padre en el escritorio, pasé muchos años allí. A raíz de la Sociedad Criolla Los Teros fueron los primeros festivales que se hacían, organizando ayudas allí tuve mi primer contacto con el trabajo social.
– ¿Qué le gusta más, el campo o la ciudad?
– El campo, me encanta la paz del campo, el contacto con la naturaleza. Pienso que tiene que ver con el lugar donde pasé mucho tiempo de chica… la tierra, el cielo, los animales, la vida de campo me gusta mucho. En este momento lucho para que se conozca lo que significa vivir en el campo, es más dura la vida afuera, mucho más dura en todo sentido, todo cuesta más, es todo más difícil pero tiene un encanto especial, el silencio, la paz.
– Desde que preside la Comisión de Desarrollo se ha dado un gran impulso en hacer conocer la problemática que rodea al campo.
– Nuestro país vive de la producción del campo, es uno de los motores, está claro que si el campo funciona, funciona la ciudad, cuando al campo le va mal, a la larga o a la corta inmediatamente se siente. La Comisión de Desarrollo está abocada a la parte rural, nos tocó desgraciadamente en enero un tema que ojalá no lo hubiéramos tenido que tocar (la sequía), y ahí comenzamos por una circunstancia puntual. Después concurren el doctor (Carlos) Orihuela y (Héctor) Piedrabuena del sindicato, con todo el problema de la citricultura, que es algo que nos pega a todos en Salto, se habla de diez mil personas que dependen de la citricultura. A raíz de la intervención de la comisión en este tema creo que quedó instalado que la citricultura es una cultura de la que nos hemos siempre enorgullecidos al poner en un mismo plano la naranja y a Salto, el olor a azahares que es algo que también nos identifica, por eso entiendo que es un tema al que debemos empujar y tratar de hacer todo lo que esté en nuestras manos. En el caso de los ediles es una función que está bastante acotada, porque nosotros podemos ayudar pero tenemos un límite, por lo que nos sentimos bastante imposibilitados, pero podemos ayudar a golpear puertas fuertemente, a ver si los que pueden ejecutar algo lo hacen.
Ahora estamos con el tema del abigeato, tenemos miedo porque han cambiado las cosas. El otro día creo que nos cayó alguna ficha cuando habló el Jefe de Policía sobre el tema de la droga, en los pueblos entró la droga desgraciadamente, eso duele y está generando problemas.
«Tratemos que cada vez haya más», mujeres en política
– ¿Es de pedirle consejo a su padre en cuestiones de política?
– Sí, converso con él, no tiene muchas ganas de hablar de política pero converso con él, y también por supuesto converso con mi marido y con mis hijos.
– ¿Cómo logra distribuir el tiempo entre la política y su casa?
– Estoy en un momento muy especial de mi vida, en donde he cumplido con una cantidad de cosas, mi hijo más chico ya está casi con dieciséis años, ya puede quedar más horas solo, hay veces que yo lo jorobo y le digo que Dios mandó esto para que lo destetara como decimos en el campo (risas). No tengo problemas económicos, debo reconocerlo, eso me da un tiempo para dedicar a los demás, es por eso que a veces mi trabajo se puede notar más porque cuento con más horas que todos los que están trabajando conmigo que tienen que cumplir con su hogar, que tienen que llevar el sustento. En vez de quedarme en mi casa prefiero hacer esto.
– ¿La extrañan en su casa?
– Sí, me están extrañando, por supuesto que reclaman, pero me va yendo bien. Tengo menos horas para dedicarles, no estoy, pero bueno, ahí también Miguel (su esposo) me ayuda, se hace cargo pero se nos complican algunos días cuando tiene que atender en el Centro Médico, pero ahí llamo a mis padres para que se den una vueltita por casa para que no quede mucho tiempo solo mi hijo, por suerte nos vamos arreglando.
– Se la ve una persona muy ejecutiva, ¿cómo es participar de largas horas de discusión en la Junta?
– Bueno, todavía no lo entiendo (risas), eso no va conmigo, es una de las cosas que me está costando, debo reconocerlo, cuando hablo en el plenario son dos o tres palabras, cosas puntuales, no se hacer grandes discursos. El otro día me tocó cuando se retiraba Mario (Kroeff) de la presidencia, la verdad que me emocioné porque Mario siempre me dio un apoyo importante. Cuando salí con estas reuniones le llegaba con complicaciones y me empujaba hacia adelante, arriesgándose, porque no sabíamos lo que podía pasar, eso para mí fue importante, su impulso y apoyo. Eso mismo siento de los ediles de todas las bancadas, casi todos me incentivan, me apoyan. Nunca pensé que con la gente del Frente Amplio me llevara tan bien, me llevo bárbaro a medida que nos vamos conociendo, eso tiene una riqueza humana, el poder conversar y ver cómo piensa el otro que piensa distinto, tomar cosas también de ahí, lo que debe importarnos es el norte y la vista hacia dónde vamos, nadie es dueño de toda la verdad.
– ¿La mujer participa de la política o debería hacerlo más?
– Uno de los factores que me parece de lo más importante es que la mujer sale de la casa, deja un hijo con fiebre y está todo el tiempo colgada en el teléfono. El hombre sale de la casa, cerró la puerta y se olvidó. Por algo pasa esto, entonces, en esa etapa es bastante difícil para la mujer abarcar otros espacios, actualmente se trabaja y está en la casa, nos hemos llenado de tareas, entonces queda poco tiempo para la política. Pero debemos tratar de conquistar a más mujeres, porque esa visión, diferente a la del hombre, tiene que estar siempre, hay pocas mujeres en política, tratemos que cada vez haya más.
– ¿Cómo evalúa este primer año de gobierno del intendente Coutinho?
– Veo que las cosas van marchando, la gente está recibiendo lo que necesita, creo también que Salto estaba bien deteriorado, había una cantidad de cosas que estaban mal y ahora ya hay cosas en donde se está viendo los efectos, la ciudad está cambiando. Lo que más me importa es la gente, donde tenemos un termómetro de la situación, y con dos o tres medidas que se han adoptado en este gobierno se ha dejado conforme a la gente. ¿Que hay mucho por hacer? Sí, ¿qué hay mucho para corregir? De acuerdo, ahí tenemos que estar todos para aportar, nadie tiene la solución mágica, y que Germán y su gobierno no van a poder hacer todo, también es cierto, pero vamos a seguir mejorando, se ve en la gente bien y eso es algo importante.
Entrevista de Leonardo Silva
PERFIL DE MÓNICA SILVA
Casada, tiene tres hijos, es del signo de Cáncer, de chiquita quería ser secretaria, “nunca fui hincha de ningún cuadro, increíblemente porque en mi casa se vive el fútbol de una manera… creo que ya son todos enfermos” (risas).
Los tallarines, las moñitas con manteca y el asado son su comida preferida. La sinceridad es lo que más le gusta de la gente, mientras que lo que menos le gusta de las personas es la mentira.