Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo
PARTIO A LOS 71 AÑOS
El mismísimo Frank Sinatra lo escuchó cantar a través de sus discos, y le pidió a su productor que le agendara una reunión en Estados Unidos, para introducirlo en «La Gran Manzana», con grabaciones y shows estelares. La entrevista nunca se dió a expreso pedido de la discográfica del intérprete que no lo dejó acudir, debido a que tenía un contrato firmado con el artista por los registros canoros, management, y presentaciones personales. Apesadumbrado, al perder una oportunidad que el entendía sería motivadora y enriquecedora para sus movimientos profesionales, al trabajar al lado de una estrella como Sinatra, asesorándolo, no disminuyó la marcha siguiendo adelante con su carrera, registrando una sucesión de himnos románticos, entrando en el corazón de la gente. Así, supo primero conquistar México, donde le llamaron «El príncipe de la canción», «El rey de la canción méxicana» o «El rey sin corona», vendiendo la friolera de más de cien millones de discos, que lo convierten en uno de los solistas latinos más exitosos de la historia misma, recibiendo numerosos reconocimientos a nivel internacional, nueve nominaciones al Grammy, llenando el Madison Square Garden y Radio City Music Hall, con introducción en Arabia Saudi, Egipto, Israel, Japón, y Rusia. Se llamó José José, o José Rómulo Sosa Ortíz, quien acaba de partir a sus 71 años rumbo al cielo eterno, el pasado 28 de septiembre, en Homestead, USA, debido a su cáncer de páncreas.
NACIDO EN UNA FAMILIA DE MUSICOS
José José llegó a éste mundo el 17 de febrero de 1948, en Azcapotzalco, Ciudad de México, y la vida lo fue transformando en un gran vocalista y actor en distintas películas. A través de 55 años de trayectoria, su categoría, brillo, y estilo influyeron sobre numerosos cantantes del ámbito mundial. Nacido en una familia de músicos, tocaba la guitarra ya de pequeño, entonando verdaderas serenatas durante su juventud a jovenes enamoradas que lo escuchaban y observaban atónitas desde el balcón. Al tiempo, se unió a un trío de jazz y bossa nova en el que cantaba y tocaba el contrabajo. Poco duró el número, ya que directivos de Orfeón Records le graban su primer simple solista con versiones de «El mundo», de Jimmy Fontana, y «Ma vie», de Alain Barriere, hits de Italia y Francia que estaban sonando de manera mundial. Para promover el lanzamiento se presentó en «Orfeón a go-go», espacio televisivo juvenil bajo el nombre artístico de Pepe Sosa o José Sosa. Escuchando ésta placa ya el intérprete impresionaba por sus condiciones, pero, con el disco no pasó demasiado, grabando su segundo sencillo con «Amor» de Coqui Navarro, y «No me dejes solo» de Rodolfo Tovar, teniendo un poquito más de suerte, pero no demasiada. En 1967, desembarca en RCA.
LA NAVE DEL OLVIDO, EL DESPEGUE
Entra al gran estudio de la grabadora del fonógrafo y del perrito, bajo la supervisión de los compositores Rubén Fuentes y Armando Manzanero, editando su primer álbum en 1969, ya adoptando el seudónimo de José José; el primer José por su primer nombre, y el otro por su padre, quien había fallecido en 1968, víctima del alcoholismo. Pero, quiso el destino de que en diciembre de 1969, lanzaría lo que sería su «caballito de batalla» o «tarjeta de presentación» que lo convertiría de la noche a la mañana, en un solista de brillo y colorido: «La nave del olvido», bajo la autoría del compositor argentino Dino Ramos. A fines de ese año, fue el tema más escuchado por las radios en tierra azteca, elevando la popularidad de José José hacia otros países de Latinoamérica, como Chile, Venezuela, y Argentina. Lejos de dormirse en los laureles, el 15 de marzo de 1970, representa a su país en el «II Festival de la Canción Latina» con «El triste», de Roberto Cantoral García, que consigue el tercer puesto en el evento, pero que se convierte en el ganador moral de la competencia, según el voto del público presente, brindándole trascendencia como hit internacional.
INSACIABLE AMANTE, DE CAMILO SESTO
En 1977 se desvincula de RCA, y firma con Ariola, logrando imponer una sucesión de temas románticos de impresionante proyección en América toda: «Gavilán o paloma», «Volcán», «Lo pasado, pasado», «Si me dejas ahora», «El amar y el querer», «Lo que no fue no será», «Desesperado», «Amor amor», e «Insaciable amante», éste último de la inspiración del español Camilo Sesto, entre otros, que le otorgarían a José José, una década de los ochenta que lo vería en su máximo esplendor, pero cuyo final lamentablemente lo marcaría por un notado quebranto de su salud y de su voz. Envuelto en esos problemas, abusa del alcohol y de otras sustancias, pero, paralelamente rompe récords con sus ventas de discos, logrando discos de oro, de platino, y de doble platino, por doquier, sumando más de doscientos en total!… El 6 de junio de 2007 sufre una parálisis facial que lo mantiene alejado varios meses de los escenarios. El 19 de noviembre de 2008, recibe la codiciada Estrella de la Fama en el Paseo de las Estrellas en Las Vegas, Nevada.
Su última mujer, la cubana Sarita Salazar, lo ayuda a salir del alcoholismo, rehabilitándolo. Ya en los últimos tiempos, se había deteriorado bastante, ayudado por quimioterapias, siguió lo que pudo hacia adelante, hasta encontrar su final hace unos días. Dejó sus sentidas obras, y sus filmes: «Buscando una sonrisa», «La carrera del millón», «Gavilán o paloma», «Sabor a mí», y «Perdóname todo», su último protagónico en 1995.
Se le recordará siempre por ser uno de los cantantes mas virtuosos del estilo romántico universal. Más allá de la nostalgia.