Por: Jorge Pignataro
Del libro «Reír llorando»
ace un par de domingos atrás, María Angélica Pérez fue parte del informe semanal de EL PUEBLO. Habló de lo que ha significado, y significa, salir adelante codo a codo y sin más compañía, que la de una hija -María José- que nació con capacidades diferentes. Pero además, Ma. Angélica logró publicar en el año 2014, un libro con narraciones, reflexiones, apuntes, poemas y demás, que describen el proceso vital que ha construido desde el nacimiento de María José.

Ese libro se titula «Reír llorando» y estos son algunos de los textos:
A MARÍA JOSÉ
Ese cuerpecito
como orquídea,
fue creciendo…
Delicado y efímero,
dulce y encantador,
encendido por el amor
de cada primavera,
atrajiste: aves,
insectos,
y otros seres.
Aún hoy, con el paso del tiempo
y el delicado cuidado
deseas sentir una vez más
ese encanto tibio de amor
y deshojarte feliz
antes que la muerte llegue,
y que no espera.
POR UN POCO DE AMOR
Por un poco de amor te di mi vida
por un poco de fe te
di mis sueños
no puedo darte más aunque me empeño
si hasta en tu misma piel hay sangre mía.
Quién no sintió la tristeza de un hijo.
Quién no buscó la esperanza
por un mundo mejor.
Quién no quedó con la paz postergada
al vivir con el dolor.
Quién no imploró con voz quebrada
a Dios por un poco de amor.
YO AÚN SUEÑO
Yo aún sueño
con un mañana
con un mundo nuevo
sin obstáculos
sin barreras,
que pueda llegar…
Sueño con amor
en vez de barreras
con manos tendidas
con un sol brillante
con rostros sonrientes
a mi alrededor.
Sueño con un mundo
tan distinto
donde pueda sentir paz
y seguridad.
Yo sueño…
Y sueño en grande.
María José – Gracias mamá, por todo
REÍR LLORANDO
Vivir muriendo
Vivir llorando
así van pasando
los días
desde aquel momento
en que tú
gimiendo llegaste
a la vida.
Pendiente de ti
continuamente
mi sensibilidad
despertaste,
finamente
enlazamos nuestras vidas
tan fuertemente
que lloro por ti
y tú ríes por mí.
Tú sientes mi tristeza
porque cuando
silenciosamente
te me acercas
algo por dentro me sacude
y mi corazón
por momentos sonríe.
Y cuando tú ríes
tan fuertemente
todo mi ser vive en suspenso,
cierto miedo me invade
y no sé
si al reír contigo estoy llorando
o si al llorar por ti
contigo estoy riendo.

SI MI MATE HABLARA
Desde niña
desde la falta de mi madre
el mate fue nuestro compañero.
Con espuma caliente
y el pan con manteca.
Momento ceremonial,
momento esperado,
momento de amor.
Mi hija y yo
conversación por medio
y el mate.
En las mañanas
y en las nochecitas
estabas en nuestras manos
en un vaivén lento y sentimental.
En las mañanas, me calentabas
antes de ir a la escuela.
En las tardecitas ya de regreso
con buñuelos o torta fritas conformaba nuestra cena.
Fueron tantos años
que aún ahora
que mi madre ya no está, sigo con mi hija
como nuestra
tradición.
Sabe de nuestras tristezas
sabe de nuestras alegrías
él nos acompaña siempre.
Si mi mate hablara…
te contaría mi
historia, toda.