Días pasados, EL PUEBLO tomó contacto con dirigentes del Sindicato de Funcionarios Policiales que trabaja a nivel nacional (SIFPOM), con activa participación de funcionarios de Salto, para conocer de primera mano lo planteado ante el Presidente de la República en una reciente reunión.
Más allá de que se conversó sobre varios temas (vivienda, salarios, retiro, etc.) y en todos se manifestó el compromiso del Poder Ejecutivo de ocuparse de estos problemas, algo fundamental que se planteó como urgente, es la necesidad de una mejor atención a la salud mental del policía.
Así transcurría parte del diálogo de Fabricio Ríos (Secretario de SIFPOM) con este diario:
-¿Qué plantearon sobre salud mental?
Pedimos que se trabaje en el tema. No es un tema nuevo, pero se ha agravado. En octubre hubo cuatro policías que se quitaron la vida; es preocupante que no haya un seguimiento a los policías siendo que tienen una tarea bastante complicada. El policía no tiene por qué estar normalizando situaciones que le generan algún tipo de trastorno o problema psíquico. Entendemos que tiene que haber una estructura en Sanidad Policial que aborde esto.
-Cuando dice tiene que haber una estructura, ¿es porque se debe mejorar esa atención o directamente incorporarla porque no existe?
El Hospital Policial tiene una atención psicológica como la tiene cualquier otro hospital. Un policía va a puerta de emergencia y dice «me quiero suicidar» y le dan número para dentro de tres meses. Eso es lo que queremos que cambie. Debería haber un sistema en el que el policía sea atendido en el momento que lo precisa, no tres meses después y que quede a la buena de Dios lo que puede pasar con esa persona que va a pedir ayuda. Si un policía va a puerta de emergencia a pedir ayuda es porque realmente algo le está pasando…
-¿Cuáles serían, a modo de ejemplo, situaciones traumáticas?
Sacar un niño muerto de un accidente…o ver una persona descuartizada en esto de los enfrentamientos de bandas…Entonces entendemos que los policías tienen derecho a ser atendidos y no esperar a que pasen años y el policía esté en una situación irreversible.
-En definitiva, están pidiendo una atención más rápida y más constante…
Claro, o que un funcionario después de pasar por una situación traumática sea atendido por un psicólogo, no es tan difícil, pero hay que gestionar esas cosas. Hace años que venimos pidiendo esto y las cosas no cambian, lo que hace que tengamos que ir a hablar con el Presidente de la República, como lo hicimos ahora, a ver si puede intervenir desde su lugar.
-El sindicato como tal, ¿no ha pensado la posibilidad de contratar profesionales de la salud mental?
Sí, y eso se podría sí, pero el sindicato no puede tomar las potestades que le corresponden al Estado, porque además la cuota que se descuenta por mes para la atención en el Hospital Policial es bastante alta, y se descuenta del sueldo, se descuenta del 222, etcétera.
-Finalmente, sobre vivienda, que es un tema siempre presente en los reclamos de ustedes, ¿qué se plantearon?
Que para nosotros es importantísimo que se empiece ya a trabajar, tenemos compañeros que viven en «zonas rojas» no sólo en Montevideo sino en todo el país, funcionarios policiales viviendo en el mismo barrio, es decir como vecinos de los delincuentes, o tienen alguna boca de pasta base frente a la casa, todo lo que lleva a las amenazas, a que les apedreen la casa… Es algo urgente y a la vez un reclamo histórico.