Es cierto que un empate a Ferro Carril le genera el avance mismo a la ronda siguiente del Campeonato del Interior de Clubes Campeones. Pero es posible que Ferro no transite tanto por esa dirección en tren de especulaciones. Sino más bien…¡a lo seguro!. Y lo seguro es tentar desde el arranque mismo los tres puntos que impliquen el pasaje, sin tener que soportar el peso de una incertidumbre. Sobre todo, atento a la jerarquía misma del rival. Porque Wanderers es eso: un rival al que no le falta jerarquía, mucho más allá de la caída reportada como local ante Ferro.
Por eso, qué mejor que Ferro vaya a lo seguro?. Que proponga la conciencia abierta de par en par y que asume el rol clave.
Desde Ramón Rivas a EL PUEBLO, una convicción: “No pensar que ganamos nada. Hay que repetir en lo posible el partido jugado en Artigas. Los anticipamos y no nos generaron ninguna situación de gol. Defendimos bien y ganamos bien”.
¿QUÉ HISTORIA
ES LA DE HOY?
De visitante en el Estadio Matías González de la frontera, el 1 a 0 de Ferro Carril, gol mediante de Nicolás Ferreira. Los tres puntos de la franja, pero también expresión mínima. No es una gran diferencia y Ferro lo admite. Wanderers viene a echar el resto. Los futbolistas enrolados para este torneo se juegan demasiado. Se juegan cuestiones deportivas y económicas. Se juegan demasiado.
Por lo tanto, vale la pena rescatar puntualmente uno de los dichos esenciales del DT albinegro: “Wanderers es de los que sabe jugar con los errores del rival. Por lo tanto, bajar al mínimo de los errores”.
INTACTO Y
VITAL: ESO ES
La historia de hoy, es una historia seguramente distinta a la de seis días atrás.
Porque que a Ferro son dos los resultados que el ambientan la clasificación y porque Wanderers de Artigas no tiene escape: o gana o la queda. Es cara o cruz.
Ferro Carril debiera ir a lo seguro. Lo seguro es ser inteligente y conceptualmente apto. Leer el partido y ejecutar en el momento justo. Wanderers no solo es Ledesma, Laca o Sebastián Martínez. Es su clase copera. Es su pasado ilustre. Y no quiere precisamente transformarse en pasado. Ferro está intacto. Y más que nunca lo está.