No es la primera vez que en estas columnas un primero de octubre “Día de la Música”, nos manifestamos abiertamente partidarios de la enseñanza de la música a nuestros niños y jóvenes.
Es que el aporte de la música desde temprana edad es uno de los mejores aportes que pueden recibir nuestros chicos.
A través de la música es posible trasmitir valores, dar a conocer y enseñar en un ámbito abierto a la más rica disposición espiritual.
Seguramente que no toda música está debidamente encarada, está enfocada a tratar de lograr valores y riqueza espiritual, pero nos atrevemos a sostener que nada ni nadie tiene tantas posibilidades de lograr estos objetivos que como la música debidamente tocada e interpretada.
Es a través de ella que se logra una abierta disposición a conseguir los mejores frutos, a sembrar solidaridad y sensibilidad en el seno de nuestra sociedad. A lograr trasmitir los valores comunitarios que pretendemos lograr para nosotros y nuestros chicos.
Nada más hermoso y reconfortante que asistir a un espectáculo musical encarado por niños que dedican tiempo y esfuerzo a aprender música. La labor de la Escuela de Música, ya con varios años de funcionamiento en nuestro medio, es sin duda uno de los mejores logros de la educación pública en nuestra ciudad.
La música clásica es un aporte determinante en la formación de nuestros niños, pero no se agota en ella, por la sencilla razón que toda música es buena y saber interpretar un instrumento musical o más de uno incluso es de las mejores cosas que podemos conseguir y lograr con nuestros niños.
Grandes músicos han precedido nuestros días y no siempre fueron valorados como corresponde, pero reconocer su aporte es de justicia y de la debida valoración al enriquecimiento cultural de nuestra comunidad.
Corresponde que haya un día para celebrar y difundir las actividades musicales que se cumplen en nuestra ciudad, pero también corresponde que la iniciativa crezca, se multiplique y se ponga a disposición de todos los que se sienten atraídos hacia ella y estamos seguros que los niños de temprana edad en un alto número son atraídos hacia la música.
La función de la Escuela de Música en nuestros días es muy loable, merece el reconocimiento de todos, pero deseamos que las exigencias sean menores para ponerla a disposición de más niños.
A.R.D.