Sus apasionantes experiencias en el mundo del cine: “ Las peripecias en las filmaciones, con el tiempo las vemos divertidas”.
Salomón Reyes no escatima en las curiosas revelaciones que hace al hurgar en su cúmulo de experiencias que ha vivido, esta vez con su actuación en el cine.
Su primera película de relevancia se intitula “Cuento de hadas para dormir cocodrilos”, la cual fue filmada en Oaxaca (México) en un lugar my particular, un lugar de montañas, vegetación escasa y vientos que dan lugar a condiciones climáticas complejas.
Luego en nuestro país vivió momentos muy interesantes con la filmación que recreó el duelo entre Batlle y Washington Beltrán, el duelo más famoso que tuvo lugar entre José Batlle y Ordóñez y el joven periodista, Washington Beltrán Barbat, desencadenado por una nota que éste último escribió sobre el primero. Dicho duelo dio como resultado la muerte de Beltrán, el 2 de abril de 1920 .

¿Qué recuerdos mantiene de esas filmaciones?
“Recuerdo una escena en la que encarnaba el papel del hijo de uno de los personajes principales.
Por un problema de herencia mi hermano se acerca a mí mientras yo iba a caballo, como en esas viejas películas del cine de oro mexicano y me dispara a quemarropa.
Mi padre, que me quería muchísimo, se percata que algo malo sucedió y al irme a buscar al campo donde quedé tumbado en el piso. Se enfurece de tal modo que al verme muerto, empieza a patearme.
Esa escena se filmó cuando ya casi no había luz. Estaba atardeciendo… y resultaba difícil continuar con la escena… además yo estaba caído sobre un arroyo… recuerdo que me pusieron un costal de arena en la espalda sobre el que me tendí. Arturo Ríos – mi padre en la película – comenzó a golpearme (en realidad al saco de arena, como parte del truco de filmación). Yo debía mantenerme inmóvil, mientras por debajo corría el agua fría de un arroyo.
¿Cuál fue su primera experiencia cinéfila en nuestro país?
” El primer corto que filmé se intituló El Duelo o Qué Tupé, que es una versión histórica sobre el duelo entre Batlle y Washington Beltrán. Fue una recreación del duelo entre el colorado y el nacionalista. En el elenco había actores muy interesantes entre ellos el gran Beto Fontana, Juver Salcedo, Nicolás Furtado y Alfonso Tort. Fue la primera vez que dirigí actores uruguayos. Recuerdo que estábamos filmando en un estadio de Nueva Helvecia, simulando el Estadio Centenario de Montevideo donde en verdad ocurrió el duelo… hacía un frío tremendo y Beto Fontana en su descanso se protegía con una cobija y no se podía mantener en el set por mucho tiempo debido al frío y su edad…. yo temía que se pudiera descompensar en pleno rodaje”.
¿Cuál fue su experiencia más reciente?
“Participé en una serie llamada Ámsterdam de HBO, que se filmó en Montevideo. Hice el papel de veterinario en el Club Neptuno.
Me tocó trabajar con un perro actor que se tiraba pedos durante el rodaje… son curiosidades que a veces vivimos los actores.
Son experiencas que en el momento parecen difíciles, pero con el paso del tiempo las vemos con sentido del humor.
A diferencia de lo que el público piensa, los rodajes son difíciles y requieren de mucho tiempo y paciencia por parte del actor. Uno sabe cuándo comienza pero no cuando termina”.
¿Qué diferencia existe entre el cine y el teatro?
”Sí, existen diferencias, aunque no son tan difíciles de ajustar. Para un actor que ha hecho teatro es relativamente fácil entender cuál es el ajuste de energía y proyección que debe hacer cuando se enfrente a la cámara.
El actor debe estar muy pendiente del encuadre que está filmando la cámara, por lo tanto sabe dónde tiene que poner énfasis, si es en la mirada, en el rostro… todo ello cuenta. Otro punto importante es la marca espacial… el lugar donde te debes parar o hacía dónde mirar y buscar el tipo de registro que se requiere… el actor debe poner todo de sí para ser creíble la gestualidad y la modulación de la voz, que en el teatro son esenciales”.