La mayoría de los comentarios que hemos escuchado en referencia al servicio de ómnibus municipal que desde hoy llegará hasta la zona de playas, ha sido favorable.
Y no se equivoca la gente. Darle a las familias de menores recursos la posibilidad de llegar hasta una zona del río donde disfrutar con cierta comodidad de sus refrescantes aguas, es una buena idea.
No dudamos que al facilitar una mayor afluencia a estos lugares es posible también que se multipliquen algunos de los problemas que habitualmente se registran en estas ocasiones, pero entendemos que una cosa es la seguridad y el orden y muy otra la posibilidad de poner a disposición de todo el mundo los recursos que la naturaleza nos ha dado.
Es altamente probable que se dé esta situación, pero de ninguna manera puede ello significar que se trate de aislar estos lugares del acceso a la mayoría de la población.
Las playas del río Uruguay constituyen uno de los paseos públicos más requeridos por la población durante el verano. Si tenemos en cuenta que las termas por costo y por lejanía no tienen fácil acceso para la población de menores recursos, creemos que el acceso a las playas debe ser facilitado.
Las temperaturas veraniegas en la zona han venido aumentando sensiblemente y en contrapartida, la construcción de la represa de Salto Grande ha privado a la población de algunas zonas de playa, porque además la erosión constituye una sangría permanente de la costa, transformándola y determinando que muchas de ellas se pierdan como zona de esparcimiento.
Los vaivenes del nivel del río, tanto aguas abajo como aguas arriba de la represa constituyen una dificultad casi insalvable en este sentido.
Salvo la escasa zona de escollera rocosa en las costas de Salto Chico, existen muy poco lugares de la costa que escapan al lodazal que dejan las permanentes variantes de nivel de las aguas que determinan las maniobras para la generación de energía en Salto Grande.
Que las familias de menores recursos puedan llegar a la zona de Salto Chico (o Ayuí), para disfrutar de las aguas del río y regresar en forma segura luego a su casa, mediante el pago de un boleto módico, nos parece una idea muy acertada.
Ojalá que sea aprovechada debidamente para justificar el costo del servicio, que seguramente será importante.