Por lo poco que faltaba. Por las complicaciones planteadas.
Por ese 1 a 0 que Juventud había alcanzado a los 32′ del segundo tiempo, cuando de última, Anderson Fermnández se anticipó a Agustín Carrara para meter el frentazo. Y porque además en ese segundo tiempo Universitario fue el del argumento de contragolpe y mal lo aplicó. Siempre a destiempo o la imperfección del último pase.

¿Cuántos contragolpes netos?…no menos de cinco. El 1 a 0 de Juventud pareció un mazazo. Emilio metió las variantes y una clave: George dos Santos. No solo por el gol del empate a los 42′, sino por el mismo revuelvo que le produjo a un rival de consabida desprolijidad a la hora de defender. Si de cada contragolpe Universitario generó una situación de gol, ¿cómo no suponer que se trató de un rival que mal defendió?.
El punto fue uno: Universitario se vació de eficacia.
Hasta que Bentín ganó en el segundo piso, la pelota reconquistada por Dos Santos, el espacio justo, el remate con cirugía de la buena y el 1 a 1 consumado.
Fue el grito del alma roja, porque anduvo bordeando la condena. Sobre todo porque Juventud se apegó a la lógica. Fabricar treguas, para que el tiempo pase.
Pero George torció la historia de porfiado que es. Los goleadores son así.
En esa tarde del 1 a 1 final y de aquel primer tiempo expuesto a la cartelera del error compartido. En el arranque la chance por Lucas Píriz y en los 42′ un frentazo de Facundo Gómez que pudo ser gol. Mientras Juventud fue la imagen de la indiferencia.
Como si no supiese que por lo menos necesitaba un gol, para prolongar el dictado de su ilusión.
Ya en el segundo tiempo, se abrió el trámite. Terreno fértil para una búsqueda ofensiva superior. Universitario distó de ser preciso. Por eso le costó resolver.
Juventud fue equipo de entonación superior. Por lo menos, quiso algo más. Ese 1 a 0 que hasta de repente no lo soñó.
Hasta el 1 a 1 del empate. El gol de la clasificación a los Cuartos de Final. El gol de boleto para avanzar y avanzó.
No hipotecó el sueño. Si hasta parece gozar de buena salud.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-