El Dúo «Luceros» integrado por los hermanos Abel (23) y Washington Lucero Silveira (36) – oriundos de Young.
“Cantamos canciones propias la mayoría de las veces… desde el año 2011 empezamos con el dúo, formado para el concurso “Guitarra Negra” que se llevó a cabo en Montevideo.
“Nos gustaría llegar a viejos con nuestra música” – aseveraron a EL PUEBLO los dos jóvenes cantautores
En el certamen Guitarra Negra fueron los vencedores en categoría dúo, presentándose con una canción inédita.
Luego comenzaron a presentarse en otros festivales, ganando en Santa Catalina 2do. Premio en Gregorio Aznares y otros concursos más, presentándose con un grupo denominado “Los Kenti”.
El dúo «Luceros” primeramente grabó algunos demos con temas propios en la ciudad de Young y recientemente en la ciudad de Maldonado un trabajo más profesional.
“Consideramos que nuestras canciones son muy sencillas, bien folklóricas con textos escritos por nosotros” – precisó el hermano mayor.
Washington Jesús canta desde niño y realizó estudios de guitarra durante un año y luego siguió con el instrumento en forma autodidacta.
Su hermano menor Abel se crió escuchando sus temas, a quien le enseñó las facultades del canto y la ejecución de la guitarra.
“DE GRILLO Y SOLEDAD”: LAS CANCIONES
“De Grillo y Soledad” se compone de 11 canciones letra y música de Washington, creaciones netamente folklóricas.
Allí se pueden distinguir dos vals criollos cantados a dúo, dos milongas – canciones.
“De Grillo y Soledad” habla de un obrero del campo… cuando llega la tardecita, en las estancias todo queda como en suspenso…
¿Qué mensaje pretende transmitir «Luceros” con sus canciones?
Washington – “El mensaje sería… la vida está hecha de cosas muy simples… y esas cosas simples son las más importantes para vivir… Cuando no las tenemos recién le damos su valor”.
Y vale destacar el recitado de la canción que dice… “Asimilando el cansancio en los brazos del obrero, la jornada de trabajo ya se va desvaneciendo…
Da sus últimos suspiros la luz del día en los cerros, mientras se tapan los campos con inmenso poncho negro.
Otro día se va yendo, con tonadas de un invierno, y entre algunos nubarrones se viene colando el viento por las ramas de aquel patio donde está ese rancho viejo que en la tiniebla del campo despacio se va perdiendo”.
Si bien los hermanos Lucero no se criaron en el campo, sus padres siempre se dedicaron a las tareas campestres, influenciándolos con el gusto por la tradición.
Abel y Washington en la actualidad se dedican a la construcción y paralelamente cultivan la música.
“No sé dónde hay que llegar con la música… solamente es música…
A veces pienso que solo con que nos alcance para vivir, ya basta.
Las canciones simplemente nos nacen y nos gusta interpretarlas” – revela el músico.