– Integró familia de varias generaciones de médicos desde
la primera mujer doctora de Salto
n un tiempo en que ir a Montevideo y emprender un estudio universitario – era aspiración netamente masculina – la Dra. Matilde Albisu fue una pionera en la profesión, enmarcada en una familia tradicional de médicos y estudiosos vinculados a la ciencia.
Su gran influencia tal vez fue su progenitor – Anastasio Albisu – un hombre con mentalidad abierta y una vasta formación.
Sus hermanas también fueron profesionales: odontóloga y química farmacéutica.
Una familia donde las mujeres se destacaron en la investigación y en el ámbito polifacético de la cultura y una fuerte vocación hacia el campo científico.
Las hermanas Albisu – tal como lo relata su sobrina Miriam – tenían un excelente don musical. Eran ejecutantes de violín, piano y el abuelo tocaba la bandurria…. Conformaban una singular orquesta familiar.
Matilde, la médica tenía un especial carisma y derramaba su simpatía por doquier.
Ninguna de las Albisu contrajo enlace… se dedicaron de lleno a sus profesiones.
LA PRIMERA MÉDICA DE
SALTO… SEGUNDA EN EL PAÍS
Nace en un hogar constituido por el maestro Anastasio Albisu (vasco – español) y Celestina Bruzzone (argentina de origen italiano) junto a trece hermanos más.
A principios de 1921 luego de realizar estudios secundarios en el Liceo Osimani y Llerena, ingresó a la Facultad de Medicina en Montevideo.
El 30 de agosto de 1927 se recibió de doctora en Medicina con la especialidad de Médica de Niños y Señoras.
Se constituyó así en la primera médica de Salto y la segunda en Uruguay (que realizó toda su formación en su país de origen.
Salto que en ese momento era aún una aldea se vio sacudida por el acontecimiento.
La única radioemisora suspendió sus programas musicales para dar la noticia.
Al poco rato una multitud de salteños cortaron la calle frente a la casa de sus padres y hermanos.
Se suscitó una verdadera fiesta que captó lo extraordinario del acontecimiento.
La Dra. Albisu ejerció en su consultorio particular, principalmente en su inicio y posteriormente fue profesional consultante en el hospital salteño de Concordia.
Además le enviaban pacientes (sobre todo niños) de toda la región, los que antes debían soportar interminables viajes a la capital del país.
Al fallecimiento del Dr. Suárez Sedraschi, pasa a ocupar su lugar en lo que se llamaba antiguamente el Consejo del Niño.
No solo actúa profesionalmente, sino que además preside desde 1948 a 1966 (que se retira) la presidencia de dicho Consejo.
En ejercicio, debía organizar la actividad en el Asilo de Niños, casa Cuna, Gota de Leche, Hogar de Niñas (adolescentes), Hogar Rural (varones adolescentes y escuela de Aire Libre.
Ejerció la docencia como profesora de Puericultura en el Instituto Normal de Magisterio y realizó ciclos de conferencia en todo el litoral argentino – uruguayo con temáticas de su especialidad.
TRABAJADORA INCANSABLE
“Fue una gran mujer que resaltaba su feminidad y cualidad de sentimientos. Sus amigos siempre le decían que la facultad le otorgó el diploma para ejercer la profesión y la naturaleza le otorgó el don maravilloso para que actuara con amor, abnegación y desinterés.
Estudiaba y trabajaba día y noche.
Permanecía junto al lecho del paciente superando la fatiga, inquietud y el desvelo… no le interesaban los honorarios.
Lo que le importaba, le preocupaba e inducía a sortear los trances más difíciles, salvar una vida” (Alberto Eguiluz).
Jamás hubo limitaciones en Matilde Albisu si se trataba de auxiliar a un semejante sea quien fuera.
A cualquier hora estaba a disposición de quienes necesitaban su asistencia.
Y no medía distancias a recorrer para extremar sus recursos profesionales, acudiendo con presteza junto al más humilde como al encumbrado.
Tuvo que enfrentar prejuicios inevitables en un ambiente todavía pacato y en cierto modo tributario de inhibiciones, que hoy nos resultan absurdas porque la mujer disfruta ya de la plenitud de los derechos para el ejercicio de las profesiones liberales.
Su fallecimiento se produjo el 29 de enero de 1970, dejando un significativo legado en el historial clínico del departamento.