Tenemos nuevo Presidente de la República y se inicia otro tiempo para el país toda la ciudadanía.
Hoy quedan atrás las diferencias que nos mantuvieron separados durante largo tiempo. Hoy debemos hacer un esfuerzo todos para pensar juntos en el país que se viene. Hoy la justicia social y el mejoramiento de la situación de cada uruguayo, desde todo punto de vista debe agendarse con la prioridad que corresponde.
Nada más sano y justo que limar asperezas, que darle oportunidad de gobernar a otros compatriotas, así sea discutiendo y discerniendo el camino.
Sabemos que hay aspectos en que no transaremos, que habrá diferencias, que habrá discrepancias, pero una sola cosa deberá guiarnos: la justicia en general, nadie que infrinja la ley, así sea de mano negra o de guantes blancos, o de botas negras y uniforme verde olivo deberá quedar impune.
Todos iguales ante la ley y para eso debemos tener leyes justas y jueces capaces de aplicarlas como corresponde.
Esperemos que no se den en nuestro país algunos de los incidentes y desmanes que hemos observado en otros. Uruguay es uno sólo y debemos demostrar al mundo que somos capaces de convivir en paz, de manifestarnos con libertad y en forma pacífica.
Los extremos deberán ser reprimidos, y vaya si los hay, los hubo y los habrá siempre, vengan de donde vengan y sin lugar para la impunidad.
Nace un tiempo nuevo. Un tiempo signado por la expectativa de quienes o quienes han sabido obtener el voto favorable de la mayoría de la ciudadanía uruguaya.
Es tiempo de observar, de comparar, de fiscalizar como corresponde, pero eso si, ni un paso atrás con quienes infringen la ley y el orden y esperemos que se sepa analizar y no dejarse arriar por la primera impresión, o lo que se dice, porque es esta una vieja estrategia que conocemos.
Ha habido un comunicado publicado por el Círculo Militar en plena vigencia de la veda electoral, primera y flagrante violación. Si bien es cierto que la prohibición no establece sanciones para los infractores, simplemente no nos gusta, porque la ley debe ser respetada. Cabe aguardar las responsabilidades del caso, porque de una cosa estamos seguros, no hay ni habrá lugar en el país para el militarismo o los golpistas que guardan viejas reminiscencias de épocas en que se cobraron la sangre de muchos uruguayos, en su mayoría jóvenes y esto no lo aceptaremos nunca más.
¡Que conste!
A.R.D.