Ceibal 1 El Tanque 0
…y al fin de cuentas, costó todo. Entre el sofocón de la temperatura durante el día (38 grados), más la saturación que va haciendo mella, mientras que en el caso de Ceibal jugadores que retornaron como en los casos de Franco González, Braian Rodríguez, Sebastián Menoni y Agustín Suárez, fue un equipo «de apenas», que fue superior en determinados conceptos del fútbol. Se impuso 1 a 0 a El Tanque, se quedó con la punta en propiedad a falta de una fecha y tiene toda la avenida despejada. Pero ya el lunes vuelve a jugar.
Entonces, ¿cómo es posible reclamar dimensión de fútbol, ante esta continuidad que masacra? El gol de penal a los 34′ del primer tiempo, cuando la mano en el área determinó la sanción del penal y en la hora de la decisión, Fabio Andrés Rondán es un criterioso experto.
Derechazo neto para que Rafael Paiva asista nomás a la inevitable resignación.
POR ESO DE NO PODER
Cómo Ceibal no jugó bien, como no expuso condimento a favor de la causa ofensiva, todo fue lento, maniobrero y sin recursos de desnivel, El Tanque fue pautando una utilidad defensiva por lo menos rescatable, con ese Jorge Gómez que tiene la etiqueta de líder grabada a fuego.
Pero cuando El Tanque tentó alguna escalada, los roles no visibles de quienes podían influir, por lo que todo se le fue clausurando antes de nacer.
La pelota no le llegó nunca a Roger Galeano y en el primer tiempo, Braian Ferreira metió un par de desbordes, pero finalizando en penumbra. Medina buscó sin contemplar lo básico y entonces con algo más peso desde la inspiración más que en la idea, Ceibal alcanzó algo de propuesta. Pero algo nomás.
Una chance de Franco González en el primer tiempo y otra también. En los 28′ del segundo tiempo, Diego Tavárez fue directo a la destrucción. Ya tenía amarilla y esa situación lo condenó. Se fue para afuera.
Ya todo en medio de la turbulencia del no poder. Costó todo al fin de cuentas: correr, jugar, crear y golear. Por eso Ceibal, de penal se hizo ganador. Eso fue a buscar. Los tres puntos.
Al boleto liguillero lo tiene en la palma de la mano. Y el tema es uno: no lo suelta. Siente que la justicia, está de su parte.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-