El presidente de Salto Uruguay, Daniel Schiavi en la Liga
Compleja temporada la de este 2019 en el fútbol salteño, sobre todo porque una situación se ha tornado tan regente como imperturbable: el ausentismo de aficionados.
Ninguna relación con las expectativas que se fueron creando. Escenarios con menos de 200 entradas, recaudaciones escuálidas, pero de última también, los estallidos de violencia. Dentro y fuera de la cancha.
Lo ocurrido en torno a Salto Nuevo y Ceibal, pero también semanas atrás con Deportivo Artigas-Ferro Carril, en ambos casos se debieron suspender en los últimos minutos, a consecuencia de hechos violentos. Por lo menos dos meses atrás (o más), desde la Comisión Directiva de Salto Uruguay, se rubricaron ideas-objetivos en un texto que fue sometido a consideración de los clubes. Una columna vertebral de aspectos relativos a la violencia y sobre qué base articular soluciones. Pero pasó el tiempo.
Y a esa iniciativa decana, el tiempo se la llevó.
«ESTO VA A TERMINAR MAL»
El lunes a la noche en el Consejo Superior, acudió el presidente de Salto Uruguay, Daniel Schiavi. Recargó las baterías argumentales, frente a la intolerancia que reina, el alejamiento de la familia del fútbol, etc y como consecuencia, el impacto en la venta de entradas y recaudaciones.
Para el presidente decano, «cada vez somos menos los locos sueltos que andamos en el fútbol. Y entonces, no podemos seguir tolerando que sucedan situaciones como estas, porque frente a la nueva ley del deporte, los responsables podemos llegar a ser nosotros. No lo merecemos».
Daniel Schiavi invocó un fin: el de colectivizar el objetivo, «porque algo hay que hacer. Cuando se generan estos hechos, los implicados somos todos. Nos llega a todos. Si algo no se hace, esto va a terminar mal, muy mal. Estamos tocando fondo».
EL TEMOR ABIERTO A LAS MULTA
En esa compaginación de razones que Salto Uruguay elaboró, no faltó la aplicación de multas a quienes incurran en determinados desmanes. Saladero a través de José Luis Gracés, saltó de un plumazo: «porque encima que no recaudamos… multas. Nooooo, así no. Ni entramos a hablar». Por eso llegaría al momento en que el presidente de Salto Uruguay, cortó de cuajo: «está bien. Olvidemos lo escrito. Empecemos de cero. Pero hagamos algo».
Es por eso que definitivamente se concretó una comisión base contra la violencia, para relanzar el fin de «ese algo que hay que hacer», pregonado por Salto Uruguay.
Mientras se diseña un plan que admite el comprometer al propio Comando de Jefatura o a los representantes salteños en el parlamento nacional. Principio, quieren las cosas.