«Boliches en Agosto”, el tradicional evento organizado por el Ministerio de Educación y Cultura, que apunta al rescate y la revalorización del boliche como lugar de encuentro y que consiste en espectáculos musicales, recitales de poesía, narración de cuentos o meras anécdotas o exposiciones pictóricas, a nuestro entender viene perdiendo fuerza y prestigio año tras año. Y el entusiasmo popular ya no es el mismo, pese a que se ha intentado revertir la situación agregándole otros atractivos: juegos de naipes, incorporación de productos de cocina, etc.
Los cambios han sido muchos. Desde su primera edición, hace ya varios años, cuando el propio Ministerio invitaba a participar a determinados artistas de destacada categoría y les pagaba muy buenos cachés; pasando luego por la modalidad de que quien quisiera participar debía presentar un proyecto y, de ser seleccionado, también resultaba bien financiado; hasta llegar al día de hoy, en que también se debe presentar proyectos, pero el Ministerio no realiza ningún aporte económico (“La Dirección Nacional de Cultura no se hará cargo del pago de cachet artístico, quedando el mismo a cargo del boliche o de otras formas de financiación posibles como auspiciantes”, se aclara), sino que solamente se encarga de la difusión (mínima, podríamos agregar).
Pero el principal y más preocupante cambio ha sido la paulatina pérdida de nivel en los espectáculos. Esto, evidentemente, es consecuencia de la falta de jerarquización de contenidos que ha ido haciendo el Ministerio, que al dejar de aportar económicamente, sólo se limita a “seleccionar” propuestas, vale decir, prácticamente a “aceptar” lo que se presente.
En Salto, cada año la iniciativa se lleva adelante por la valorable tenacidad e ingenio de algunas personas que luchan por la cultura: Silvio Previale, Walter Sánchez, por dar solo algunos nombres. Y por la buena disposición y el esfuerzo (a veces también económico) de los propietarios de los boliches. Entre los lugares participantes a lo largo del tiempo cabe recordar: Bar El Pibe, Bar El Vasco, cantina del Club Arsenal, cantina del Club Salto Uruguay, La Trattoria, entre otros.
Pero también, durante varias ediciones, las actividades se concentraron en la sala teatral El Andén. Desde esta página fuimos muy críticos en este punto, ya que entendimos siempre que la esencia de la celebración “Boliches en Agosto” se perdía al realizarse en un espacio teatral y no en un “boliche”. Justamente, días pasados, un músico salteño muy preocupado por este tipo de eventos nos planteaba: “¿Se pusieron a pensar por qué al Andén ya no le interesa organizar Boliches en Agosto?” La verdad no lo habíamos razonado. Según este músico, la respuesta es muy sencilla: “Es que ya no viene plata del Ministerio”.
Se trata sin dudas de un tema para analizar. Las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura deberían reverlo (y quizás volver a la modalidad inicial, la de invitación y pago a los artistas) si se pretende reflotar el nivel de esta celebración, que se viene institucionalizando en el país, pero que si no se la cuida, seguirá en decadencia. Y corre el riesgo de desaparecer.