Días pasados en la Catedral San Juan Bautista fue bendecida la boda entre Alvaro Federico Ferreira Resende y María Cecilia Bérniz Freccero, siendo acompañados por múltiples familiares y amistades que con su presencia les testimoniaron su afecto.
El templo lució una bella decoración en base a flores blancas con algo de follaje, sobre el altar y los bancos que dan hacia el sendero principal alfombrado de rojo.
A la hora señalada y mientras se escuchaba la marcha nupcial vimos pasar al cortejo de niños, fueron ellos Guzmán Guzzetti y Selene Gonçálvez llevaban el almohadón de raso amarillo con las alianzas, los hermanitos Lorenzo y Valentina Pierotti Sasías, ambos vestidos de blanco con faja de raso amarilla, llevaban una rosa en la mano para ofrendarlas.
Unos pasos más tras del brazo de su padrino de bodas les seguía la desposada vistiendo modelo de ceremonia confeccionado en crep satén blanco, bustier recamado de gasa drapeada se extienden en breteles anchos caídos, señala la línea del escote y otras terminaciones delicados bordados de cristalitos, falda en gajos la van ensanchando para culminar al dorso en importante traine, en su peinado lució dos hilos de cristales y canutillos dando nacimiento al velo muy largo de tul ilusión, en la mano llevó rosario de cristal de roca y plata con un liliums amarillo.
En el altar fue recibida por el novio, el sacerdote oficiante Guillermo Buzzo y los padrinos que fueron Miguel Angel Ferreira y Celsa Resende, vistió modelo de crep color celeste intenso, Eduardo Bérniz y María Freccero, lució elegante modelo de gasa color uva con bordados al tono, complementó con torerita de igual tela.
La ceremonia muy emotiva contó con la participación de Daniela Repetto en la lectura bíblica, las madres de ambos leyeron las peticiones por la felicidad de la nueva pareja, los momentos más significativos fueron señalados con propicias interpretaciones de canto y guitarra de Torres y Henderson, acordes al momento que se vivían.
Finalizado el ritual la gentil pareja en el atrio fue efusivamente saludadas, posteriormente con una recepción fue celebrado el acontecimiento, los colores elegidos para la decoración fueron el blanco y amarillo. En el recibidor estaba la foto de los novios y sobre la mesita un copón de cristal donde los invitados introducían tarjetitas con buenos deseos y consejos a la novel pareja. En el salón habían telas en estos colores, al igual que los manteles que cubrían las mesas de los invitados, lucían al medio candelabros con velas, acompaña cuenco con flor amarilla. La mesa principal fue tendida con mantel de familia, encima se exhibían los tres módulos de torta decorada con flores naturales. Recibieron finos y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar, en su luna de miel viajaron a Punta Cana.