Días atrás escuchábamos al comisionado parlamentario Juan Manuel Petit, cantarle loas al nuevo sistema (CPP) porque ha permitido que algunas personas que estaban presas, por ejemplo por robar un celular, quedaran en libertad a la espera de su condena.
Realmente nos sorprendió la afirmación del comisionado, un hombre respetado por todos los partidos políticos a quien consideramos bien formado y con opiniones atendibles.
Sin embargo no podemos ocultar nuestra discrepancia por esta afirmación sorprendente. Más allá que el nuevo CPP hace poco que ha sido puesto en práctica y por lo tanto es muy temprano para evaluarlo, la diferencia radica en que parece beneficiar al infractor, al victimario y no a la víctima y su entorno.
Nos gustaría saber cuantas de las personas presuntas responsables de delitos han sido liberadas por el nuevo sistema (sólo en Salto son decenas de acuerdo a lo que sabemos) y cuántas de ellas estaban acusadas o presas por robar un celular.
Nos consta que la mayoría de ellos estaban por hurtos de otro tipo y si hubiera una sola excepción, de alguien sin antecedentes que ha sido procesado con prisión a pesar de todo. Sólo sería la excepción que confirma la regla, porque en la mayoría de los delitos que no se descubren al momento de cometerse la obtención de pruebas fehacientes, como exige el nuevo CPP para condenar a una persona, es harto difícil, máxime cuando la policía ya no puede interrogar a los sospechosos, salvo en presencia de su abogado.
Que se entienda bien, no nos pronunciamos ni a favor ni en contra del nuevo Código del Proceso Penal, sencillamente porque consideramos que deberá esperarse más resultados a más largo tiempo para poder hacerlo, pero es evidente que hasta el momento la impresión es que los resultados obtenidos no son los esperados.
Días pasados una fuente nos comentaba con sorpresa porque había ocho personas que estaban procesadas en el centro de reclusión de Salto, que una vez que pasaron por el Juzgado Penal correspondiente quedaban en libertad. Eran ocho personas, las que se aprestaban a “festejar” que quedaran libres a pesar que a nivel policial no había ninguna duda que eran responsables de los delitos de los que estaban acusados.
Por eso lo del título: beneficioso pero ¿Para quién?