Fue el verdadero pionero del rock’n’ roll, a pesar de que duró muy poco en éste mundo, ya que su vida se cortó abruptamente debido a un tremendo accidente de aviación. Cantante, compositor y tecladista, admirado por muchos, entre ellos John Lennon y Paul McCartney, iniciador de un estilo particular que luego tuvo influencia en posteriores ejecutantes de calidad: The Rolling Stones, The Beatles, Bob Dylan, The Hollies, Don McLean, Dave Clark Five, Don McLean, entre tantos más. Ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1986, después de Chuck Berry, James Brown, Ray Charles, Sam Cooke, Fats Domino y The Everly Brothers. En 2004 la revista “Rolling Stone” situó al artista en el puesto No. 13 en su lista “The 100 greatest artists of all time”, y en el puesto No. 48 en “The 100 greatest singers of all time”. Le puso categoría y elegancia al género que practicó, acaparó auditores con su sonido, y sus temas fueron rockeros pero con melodías a la vez. Se llamó Charles Hardin Holley, pero todos lo conocimos bajo el nombre de Buddy Holly, una leyenda del rock.
EL PEQUEÑO CHARLES
Buddy Holly llegó a éste mundo el 7 de septiembre de 1936, en Lubbock, Texas, Estados Unidos. Fue uno de los cuatro hijos del matrimonio de Lawrence y Ella. La familia Holley se había mudado hacia Lubbock para conseguir trabajo en la industria algodonera. El padre de la familia tuvo varios trabajos, carpintero, cocinero y sastre. A principios de la década del cincuenta fundó una pequeña empresa constructora con capital ahorrado. Allí laburaron sus cuatro hijos. Los Holley tenían –además- una gran devoción por interpretar y escuchar música, sobre todo blues, folk y country. El pequeño Charles aprendió a muy temprana edad a tocar violín, banjo, mandolina, piano y guitarra. Su habilidad vocal se desarrolló gracias a una competencia de canto, todo esto ocurría cuando solo era un niño de cinco años. Precisamente a esa edad, pisó por primera vez un escenario, cantando junto a sus hermanos Larry y Travis -de dieciséis y catorce años respectivamente- el tema «Down the river of memories». En este evento los hermanos Holley ganaron cinco dólares. Su familia siempre lo llamaba Buddy, y así surgió su nombre artístico. Cuando Holly empezó a asistir al instituto educativo J.T. Hutchinson Junior High School, entabló amistad con Bob Montgomery. Ellos tenían en común el country y el blues. Se desvelaron varias noches para escuchar determinadas emisoras que trasmitían canciones del estilo que les agradaba. En 1953 Holly y Montgomery empezaron a tocar en las fiestas de las academias de estudio con especial suceso. En 1954 logran un primer premio por la interpretación de una canción country, “Flower of my heart”, en un festival de la escuela. Este éxito los animó a más, entonces, el dúo consiguió una entrevista en la broadcasting local KDAV, cuyo director les sugirió que busquen un bajista, para formar una banda y estar así más compactos. Entonces se une Larry Welbom. En un principio el interés de Holly y Montgomery fue hacia el country, pero solo duró hasta que vieron por primera vez en vivo a Elvis Presley en 1955. Al final del show, Holly se fue directo al camarín de Presley y se hicieron amigos, así fue como se inclinó hacia el rock and roll. Unos meses después se presentaron como teloneros del propio Elvis y más tarde de Carl Perkins, Johnny Cash y después del mismísimo Bill Haley. Gracias al hit despertado en éstos conciertos, un ejecutivo de Decca Records lo escuchó y le ofreció a Holly firmar un contrato, ya que Decca buscaba algo para contrarrestar a Presley. Su primer simple fue “Blue days, black nights”, lanzado en abril de 1956. Aunque recibió comentarios alentadores, las ventas no fueron lo que se esperaba.
SE SABÍA BUENO
Al año siguiente se retiró de Decca al no estar convencido de la producción de la fonográfica. De regreso a Lubbock, Holly formó la banda The Crickets, junto a el baterista Jerry Allison, el bajista Joe Malduin y el violero Nikki Sullivan. Junto a The Crickets registró sus himnos: “Baby won’t you come out tonight”, “I guess i was just a fool”, “That’ll be the day” y “I’m lookin’ for someone to love”. Luego vendrían “Peggy Sue”, “Listen to me”, “Words of love”, y el sencillo “That’ll be the day”, que resultó muy impactante, llegando al número uno en Estados Unidos y en el Reino Unido, obteniendo fama en Inglaterra. Unos meses más adelante, el grupo fue a tocar esa canción junto con “Peggy Sue” en el famoso The Ed Sullivan Show. Debido a éste hit Coral Records, empresa filial de Decca, contrató a Buddy Holly & The Crickets. El tema “That’ll be the day” catapultó definitivamente a Holly y su banda al suceso mundial.
UN AVIÓN DESTROZADO
Buddy Holly se encontraba con problemas económicos, y ya separado de The Crickets, decidió unirse a la gira Winter Dance Party, que consistía en una serie de conciertos alrededor de veinticuatro ciudades, durante solo tres semanas, junto a Ritchie Valens, Dion and the Belmonts y The Big Bopper. Los músicos se encontraban acompañados por el grupo Waylon Jennings, el guitarrista Tommy Allsup y Carl Bunch en la batería.
Tras actuar en Clear Lake, Iowa, Holly con cansancio acumulado, decidió alquilar una avioneta ya que la calefacción del minibús se había roto y hacía mucho frío ese día -30 grados bajo cero- y además para tener más tiempo para dormir. Pero ni las bajas temperaturas, ni la calefacción estropeada del micro, fueron las causantes de su muerte. Sí lo fue el joven e inexperto piloto que estaba al frente del avión, Roger Peterson. Una vez finalizado el recital, la avioneta despegó de Clear Lake, a la una de la madrugada, dos horas y media más tarde, se denunció la desaparición del avión. En esa aeronave, Holly estaba acompañado por Ritchie Valens y The Big Bopper. En esa misma mañana, se encontró en un campo, un avión totalmente destrozado, estando alrededor los tres cuerpos de los músicos, que habían salido despedidos por la gran colisión de la nave contra el suelo del campo muriendo instantáneamente. En la cabina se ubicó el cadáver del piloto; él no había sido despedido por el avión. Así terminaba la carrera de Buddy Holly, quien más tarde se convertiría en uno de los músicos más influyentes de la historia del rock. Ocurrió el 3 de febrero de 1959. Hace hoy 55 años de aquella desgracia.
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