Polifacético, incursionador en nuevas concepciones y creativo por naturaleza, Julio César Errea Bella, conocido por sus vecinos, allegados y amistades como “Bocha”.
Sus ideas humanistas, lo han llevado a ejercer servicios en beneficio de la comunidad, desde sus emprendimientos.
Ello nos permite un breve espacio para reflexionar y advertir que existen personas que sin ser grandes políticos, muestran mediante la praxis una filosofía positivista y solidaria.
De ascendencia vasca, se crió en la colonia horti – frutícola de Nueva Hespérides (zona del aeropuerto), donde aprendió a convivir y a amar aquellas expresiones libres de artificios, que hablan de un hábitat natural por excelencia.
Inició más de una carrera profesional y casualmente todo en su vida se cumple en forma cíclica, donde el elemento central trasunta en la renovación continua.
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Un gran observador del tiempo…
La mayoría de los descendientes de vascos – en la época que naciera Julio César – eran propietarios de un tambo.
“Antes se repartía la leche con una jardinera… y si habría seguridad que la clientela temprano dejaba la puerta abierta para que el lechero dejara el preciado producto y levantara el dinero” – rememoró nostálgico.
Concurrió a la Escuela No. 35, institución a la que recuerda afectuosamente.
“Me complace rescatar la esencia de las cosas, por eso me siento compatible con la ecología, los medicamentos naturales y la vida sana… los rayos solares se sentían como una caricia, ahora son como una ortiga” – comentó.
La ausencia de agroquímicos hacía que los frutos de la tierra fueran extremadamente comestibles… la frutilla y los melones tenían su aroma genuino.
“Recuerdo tomar la leche directamente del tarrito, luego de ser ordeñada la vaca…éramos gurises que andábamos de shortcito, descalzos y al sol”.
– Da fe entonces que la realidad del cambio climático es un hecho…
– “Sí..sí..ni hablar… siempre fui un gran observador del tiempo e incursioné en temáticas vinculadas a la meteorología.
Antiguamente eran tres o cuatro días de viento norte, nubes del norte… luego se venía una franja azulada y la lluvia abarcaba cientos de kilómetros con el mismo milimetraje…. Podíamos predecir el tiempo por el almanaque del Banco de Seguros… me da la impresión que era todo más estable”.
Traslada esa misma particularidad a la formación educativa, que tenía su impronta… “Los maestros nos corregían y si íbamos con quejas a casa recibíamos doble zurra”.
Fue alumno de las recordadas maestras: Lisasola Máspoli de Peirano y Graciela Castellini.
Realizó los estudios secundarios en el Liceo IPOLL y posteriormente ingresó al Liceo Militar a iniciativa de su progenitor, quien consideró que la disciplina no le venía nada mal.
Allí estuvo por un año y luego completó los estudios en el Liceo Nocturno, estudiando a su vez Contabilidad Bancaria y Comercial, formación que le permitía entrar en un banco o una oficina pública.
Lo que sucedió dos años después es que ingresó a trabajar en ANCAP, luego de trasladarse a la capital, donde a su vez inició la carrera de Medicina.
“Cuando algo me motiva realmente, lo concreto…pienso que el entusiasmo es propio de la juventud… como buen descendiente de vasco en el momento que sentía viento en contra me mostraba a mi mismo que podía superar cualquier instancia” – indicó.
– ¿Por qué eligió Facultad de Medicina?
– “Me atraía la disciplina, aunque en el fondo lo que más cultivaba era la capacidad de inventiva…vivía inventando y diseñando cosas, en la búsqueda de lo no común y tradicional.
Estudió en la Facultad por dos años y posteriormente un año en Humanidades y Ciencias… le sucedieron cursos de cooperativismo, sindicalismo y otras diversas áreas.
Su primer negocio fue venta de fiambres y pollos al spiedo y un comercio de ramos generales.
El tiempo lo llevó a instalarse en la casa paterna y dedicarse a la compra y venta de libros y revistas, justamente en un momento de auge de las fotonovelas, las novelas de Agatha Cristie y otros autores que hicieron camino.
En la primera etapa también funcionaba la compra y venta de ropa usada. “La idea era promocionar un negocio diferente, que no compitiera con la vecindad
Se leía muchísimo, pues recién salía al mercado la televisión blanco y negro”.
Empezó a sumar revistas ofreciendo servicio de canje, emprendimiento que conserva hasta hoy.
– Cuáles eran las publicaciones que lideraban en esos momentos el mercado revisteril?
– “Radiolandia, Siete Días, Gente, Corin Tellado, novelas de Cowboys, policiales y de terror”.
Conseguía en una distribuidora montevideana números atrasados, pero nuevos.
Julio César señaló que hasta hace poco tiempo venía un periodista de la Patagonia en búsqueda de antiguos números de la prestigiosa revista deportiva argentina “El Gráfico”.
Señala que los clientes en su gran mayoría son mayores, pues la juventud tiende cada vez más a no leer, realidad que a su ver augura un futuro incierto para las revistas.
Sumó al negocio de las revistas el de la peluquería y de compra- venta, con una tarifa social, para que las personas de recursos económicos mínimos pudieran acceder a los servicios.
“Estos emprendimientos tienen una función social, a la vez de ser un medio de vida” – especifícó.
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“La Pirámide”
La denominación del singular negocio, “la Pirámide” tiene que ver con una corriente de pensamiento.
Se hablaba antiguamente de esta forma y sus medidas, como la facilidad de pasar de esta dimensión a otra… en cuanto a la métrica se refiere a un micro – cosmos, si bien en aquel momento la palabra era asociada a las tumbas, pero no olvidemos que nuestro entrevistado siempre procuró lo que fuera original.
Nunca fue su aspiración hacer fortuna, sino tratar de vivir dignamente, inmerso en un permanente ciclo de renovación.
“Al principio la gente tenía cierto pudor en adquirir ropa usada, pero durante la crisis del 2002, en medio de la necesidad el emprendimiento comenzó a tener “andamiaje”.
Las recetas naturales
Tal como se advierte al recorrer los párrafos de la entrevista, el protagonista de esta historia tiene un espíritu inquieto y emprendedor, donde no hay espacio para una única función.
Anexó a la multiplicidad de rubros la venta de yuyos “Me gusta investigar sobre la medicina natural y holística que era la practicada en la antigüedad”.
El conocimiento de la medicina natural fue adquirido en el entorno familiar, puesto que su tío Jorge Bella fue el poseedor de la mayor biblioteca naturista en Salto.
Pareciera que soy como la masa de la rueda de una carreta, voy hacia la punta, doy una vueltita y vuelvo” – con esta expresión figurativa se auto define.
– ¿Qué siente que le resta aún por hacer?.
– “Qué pregunta… (mira a su hija… le traslada la pregunta y luego retoma la entrevista)…tengo algunas inquietudes pero prefiero no comentarlas.
Los proyectos que he puesto de manifiesto por anticipado no se han concretado… tal vez es que al expresarlos, pierdo la fuerza, el incentivo”.
Para Julio César “Bocha”, como es más conocido, cada meta cumple su ciclo y luego hay que renovarse en las ideas, que deben rayar en la originalidad… eso si, siempre con una razón social de fondo.